Black Hawk derribado. Ridley Scott





Black Hawk derribado se abre con una cita de Platón: "Sólo los muertos han visto el final de la guerra". El film, rodado en Marruecos es una película coral, sin protagonistas destacados, con el fin de profundizar en la solidaridad de un grupo de combatientes norteamericanos de las fuerzas de pacificación de Somalia , que en 1993 participaron en una operación basada en una resolución de Naciones Unidas con el mandato de capturar a Mohamed Farrah Aideed, que 'reinaba' en Mogdiscio, por el asesinato de marines americanos y cascos azules de la ONU. Los hechos están contados desde la perspectiva norteamericana, como norteamericano es Ridley Scott, que tiene el coraje de mostrar la superioridad tecnológica de EE.UU. por tierra, mar y aire, y a la par su talón de Aquiles: luchar contra unos objetivos, milicianos somalíes, peor armados pero que se protegían confudiéndose con la multitud, en un teatro de operaciones urbano, cuestión que plantea Red de mentiras. Las primeras secuencias están filmadas con un filtro azulado, un efecto visual de distanciamiento, que aproxima el lenguaje cinematográfico al estilo del fotógrafo de guerra, con títulos similares a las declaraciones superficiales de los periódicos.





Los soldados enviados por Clinton, que formaban parte de cuerpos de élite, Delta Force y Army Rangers, se vieron involucrados en una acción para derrocar a Aideed, organizada por el General William F. Garrison, operación, que si bien fue exitosa, acabó con más bajas de las que puede soportar el ciudadano medio norteamericano. El derribo de dos black hawk y el intento de rescatar a sus ocupantes, tanto a los vivos como a los muertos, constituye el núcleo de la acción. La voz del cantante senegalés Baaba Maal es un lamento, un canto al estado de Africa ; así lo siente Riley Scott.




Carlos Boyero formula un juicio ético: la película es indecente. Pero es una cuestión compleja dilucidar si es más inmoral relatar unos acontecimientos en los que, al final, el cuerpo a cuerpo es inevitable, y hacerlo desde la perspectiva de unos soldados norteamericanos por parte de un norteamericano, o preconizar el uso de la fuerza y luego desentenderse, cuestión que denuncia el personaje encarnado por Eric Bana. Una de las consecuencias letales de esta guerra fue la piratería somalí, a la que se ve empujado un pueblo sin futuro, y frente a la que nuestro mundo ha creado la Task Force 150; todos tenemos presente el debate que originó la captura de un barco español. Ridley Scott no duda en mostrar a un anciano con el cuerpo muerto de su nieto en brazos y un grupo de niños y adultos saludando a las fuerzas de pacificación norteamericanas, mientras otros juegan en el Black Haw derribado, un trofeo para los somalíes. Estas imágenes están también filmadas con un filtro azul. Dos semanas después Clinton retiró a los Delta y los Rangers sin conseguir sus objetivos de derrocar al tirano.






Un miliciano somalí formula un juicio no exclusivo de esta área: " Sin victoria no hay paz"; algunos colectivos contemplan la negociación como una cesión y sólo confían en la derrota del contrario. Nadie elige ser héroe, que conlleva perder la vida o ponerse en riesgo de morir, y estos hombres luchan por lo más inmediato: el compañero que puede salvarles a ellos después. El saldo de muertes fue desigual, como desiguales eran las fuerzas: 19 norteamericanos y mil somalíes, pero la proporción en relación con el número de combatientes más elevada en los cuerpos de élite estadounidenses: de 120 hombres, 19 muertos y ochenta heridos, algunos muy graves; la gesta fue un suicidio, que no acabó con Aideed, a cuya cabeza los americanos habían puesto precio,; fue asesinado tres años después en Mogadiscio, ( agosto de 1996 ), en una batalla entre clanes rivales. Garrison asumió toda la responsabilidad del ataque; dos semanas después Clinton retiró a los Delta y los Rangers, ante la impopularidad por el elevado coste en vidas, el derribo de sus emblemáticos Black Hawks y la pérdida de algunos humvees. Hay guerras que sólo se pueden dirimir en el interior del país; si intervienen fuerzas internacionales y viendo el terreno en el que se mueven los soldados de pacificación, es practicamente imposible garantizar que no habrá muertes. Una de las imágenes más inquietantes es la de los soldados americanos deslizándose por cuerdas desde los black hawks en el barrio de una ciudad absolutamente hostil; el milagro es que sobreviviera alguno.

Uno de los efectos más graves de estas contiendas, que constituye una trama secundaria del film, fue la dificultad de distribuir alimentos a la población civil, acción boicoteada por los partidarios de Aideed para mantener a su ejército y traficar con ellos. El general Garrison se enfrenta a Osman Atto, un traficante de armas que aspira al poder, que le reprocha la intervención de las fuerzas de las naciones unidas en una guerra que no les concierne; el problema no es la guerra sino el geoncidio contra el pueblo somalí, ante el que el cineasta no tiene dudas: hay que intervenir. Otra cuestión moral que genera muchos debates. Sin duda el film invita a reflexionar sobre este tipo de acciones tan arriesgadas, que algunos defienden como las únicas eficaces...hasta que se producen víctimas mortales.




Espectacular rodaje de los Black Hawk sobrevolando a escasa altura las azoteas de las casas y aterrizando en sus calles. Filtrados azules que evocan el lenguaje periodístico y televisivo, grandes angulares, contrapicados y efectos especiales contribuyen a recrear la zona de la acción, el mercado de Bakara, donde ha sido derribado el black hawk y donde residen las milicias de élite de Aideen. Las imágenes verdes de visión nocturna nos evocan los episodios que los ciudadanos de todo el mundo vivieron con gran intensidad en las últimas guerras del siglo XX, y ya en el XXI en Irak, invadida por la noche y retransmitida por televisión. Los Delta y los Rangers llegan a Somalia con un objetivo militar, desconocido por el COC (Centro de Operaciones Conjuntas), lo que suscitó recelos y grandes debates; las guerras actuales son vistas por el ciudadanos tan virtuales como las imágenes cinematográficas o de los videojuegos, pero no soportan el hecho de ver volver a sus conciudadanos en ataudes. La prensa juega un gran papel en estos conflictos, animando primero y atacando si algo no sale bien después, esquizofrenia que se extiende a los parlamentos. Nadie quiere cargar con los muertos.









La BSO combina, de manera efectiva y epectacular, silencios, voces y ruidos de las aspas de los Black Hawks o el tránsito de los humvees, con música árabe, cantos del senegalés, o temas muy conocidos de Elvis Presley o Steve Ray Vaughan, música de blues muy escuchada en aquella época.

Un detalle curioso es la presencia de mujeres, niños y algún perro en la zona del combate, y mucha gente en general, corriendo de un lado a otro. Hut, personaje encarnado por Eric Bana, representa al sector escéptico del ejército.




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