Le llaman Bodhi. Kathryn Bigelow.





Ficha técnica:


Título original: Point Break.
País: Estados Unidos.
Año: 1991.
Duración: 117 minutos.

Dirección: Kathryn Biguelow.
Guión: W. Peter Iliff, basado en una historia de Rick King y W. Peter Iliff.
Casting: Richard Pagano, Sharon Bialy, C.S.A.
Director de Fotografía: Donald Peterman, A.S.C.
Música:  Mark Isham, supervisada por Gary  Goetzman y Sharon Boyle .
Edición: Howard Smith.
Dirección artística: Pamela Marcotte, John Huke.
Decoración del set: Linda Spheeris.

Peluquería: Paul Abascal.
Maquillaje: Wes Dawn.

Productores: Peter Abrams, Robert R.Levy.
Co-Productor : Rick King, Michael Rauch.
Productor ejecutivo: James Cameron.
Diseño de producción: Peter Jamison.
Compañías: Largo Entertainment, Levi/Abrams/Guerin Production


Intérpretes:



Keanu Reeves: Jhony Utah,
Patrick Swayze: Bhodi,
Gary Busey: Pappas,
Lory Petty: Tyler.
John C. McGinley,
James Le Gros: Roach,
John Philbin: Nathanial.
Bojesse Christopher: Grommet.


Sinopsis:



Johnny Utah (Keanu Reeves), un joven agente del FBI, se infiltra en los ambientes del surf para desenmascarar a una banda de atracadores que, como sello de identidad, usan caretas de presidentes de los Estados Unidos durante sus golpes. Pero Johnny pronto se encapricha de la guapa Tyler (Lori Petty) y, además, conoce a Bodhi (Patrick Swayze), el jefe de la banda, un hombre que vive al límite y que acaba ejerciendo una gran influencia sobre el joven policía.


Comentario:



La solvencia y la valentía de  la oscarizada Kathryn Bigelow, (En tierra hostil) ex-esposa de James Cameron, productor  de Le llaman Bodhi (Point Break), se hace patente en un film que rompe con  éxito todos los tópicos del género, (el protagonista  no es un sabueso, se rebela contra sus jefes, se rinde ante el carisma del perseguido...) y  el  análisis  de la sociedad de la década de los 90, que también padeció una crisis, aunque mucho menos profunda que la actual, es tan  meticuloso, que, si esta película se hubiera hecho hoy,  hubiera provocado un gran escándalo mediático.

Johnny Utah ( Keanu Reeves) es un policía recién ingresado en el FBI, cuyo primer trabajo es enfrentarse a la banda de los cuatro presidentes, unos ladrones que usan caretas de cuatro mandatarios estadounidenses republicanos (Richard Nixon, Gerald Ford,  Ronald Reagan  y  George Bush padre). Los sospechosos son unos surfistas de pelo largo, que roban durante el año para descansar en verano en las playas con gran oleaje y practicar su deporte favorito, y otros de riesgo como el parapente. Infiltrado en el grupo se enamora de  Bodhi  y de su novia Tyler, y su trabajo como agente del orden comienza a presentar grandes fisuras, cuyo resultado es la evasión del Jefe de la banda criminal y la caída de algún compañero; especialmente dolorosa es la muerte de su camarada que se juega el tipo por él. En teoría el lucha por la chica, pero salva a su héroe siempre que tiene la oportunidad de acabar con él. Edgar Wright hace un homenaje a  Johnny  en su film Arma fatal, de ese momento cargado de romanticismo en que dispara al aire para dejar escapar a Bodhi.

Bodhi y su grupo no roban para enriquecerse, sino que realizan sus acciones como ese acto de rebeldía que no osa realizar la mayor parte de la población por miedo, sentimiento que desconoce quien se mete en olas de cinco metros o se tira desde un avión y abre el parapente a pocos metros del suelo. Cuando finalmente el agente del FBI deba optar por seguir en el cuerpo y detener al delincuente o dejarle escapar y seguir su camino como un hombre libre e independiente, arroja su placa a  la arena. No cabe la menor duda de a quien sonríen las cámaras. A Johnny no le falta valentía, es el héroe por excelencia que se juega la vida en cada acción; carece de convicción y fe en el trabajo que realiza.

Persecuciones, cámara al hombro, por el interior de las casas, que  veremos en películas posteriores como  Billy Elliot  de Stephen Daldry, o Teniente corrupto  de Werner Herzog. Como toda buena película de acción, rodada en Hollywood, tiene alguna secuencia filmada en  Sunset Boulevard y el balcón  a la ciudad de Los Ángeles, con su espectacular visión nocturna, de Mulholland Drive, mil veces repetida en el cine.


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