La tapadera. Sidney Pollack.






Ficha técnica:


Título original: The Firm.
País: España.
Año: 1993.
Duración: 154 minutos.

Dirección: Sidney Pollack.
Guión: David Rabe, Robert Towne, David  Rayfiel, basado en la novela de John Grisham.
Casting: David Rubin, c.s.a.
Dirección de Fotografía: John Seale, a.c.s.
Música: score:  Dave Grusin.
Edición: William Steinkamp y Frederic Steinkamp.

Diseño de Vestuario: Ruth Myers.

Productores: John Davis, Scott Rudin,
Productores ejecutivos: Michael Hausman y Lindsay Doran.
Diseño de producción: Richard McDonald.
Compañías: Paramount Pictures, Mirage Productions



Intérpretes:


Tom Cruise: Mitch McDeere
Holly Hunter: Tammy Hemphill,
Gene Hackman: Avery Tolar,
Jeanne Tripplehorn: Abby McDeere,
Ed Harris: Wany Tarrance,
David Stratahirn: David McDeere,
Paul Sorvino: Tommie Morolto.



Sinopsis:



Mitch McDeere (Tom Cruise), un joven y brillante abogado recién salido de la facultad de Harvard, se deja seducir por las promesas y regalos de un prestigioso bufete de abogados de Memphis. Sin embargo, muy pronto tendrá razones para empezar a sospechar que algo extraño está sucediendo en la poderosa empresa. se

Comentario:


Como en la novela de Gabriel García  MárquezCrónica de una muerte anunciada, en la vida cotidiana, y a través de la prensa, la radio, la televisión  o el cine, se han ido encendiendo luces que advertían de que esa gran Hidra de la avaricia, cuyo poder residía en que por cada dos cabezas que se le cortaba, de las múltiples que tenía, regeneraba una, y la única forma de erradicarla era cortar el cuello y cauterizar la herida. A pesar del hedor que emite su aliento venenoso, muchos se tapan las narices y  miran hacia otra parte,y ésto es lo que nos ha pasado, con graves consecuencias, en los últimos tiempos.

Sidney Pollack denunciaba en 1993  la corrupción en las empresas, que crean 'tapaderas' para ocultar sus fraudes, premiar a los defraudadores con suculentos sobornos y evadir capitales. El personaje representado por Tom Cruise será evocado en 2009, en plena crisis económica, por el protagonista de El soplón de Shoderberg, como un ilustre antecesor de sus  prácticas delictivas. Pero llama la atención la vanalidad con que se comentan ciertos síntomas de la enfermedad que nos afecta. Un tertuliano de la radio más escuchada en este país, al comentarse una  anécdota de la estancia de  Herbert (Heribert Ritter) Von Karajan en  Barcelona para dirigir un concierto: los regentes del palacio de la música   tapizaron  de terciopelo su camerino, lujo que se completó  con el mobiliario exquisito  de la estancia, sin que él exigiera nada de ésto. Un representante de los jóvenes músicos quitó importancia a la anécdota y la comparó con el chicle o la chocolatina que un artista determinado necesita para calmar sus nervios antes de la actuación. La distancia que separa ambos 'regalos' es escandalosa.

Si volvemos la vista atrás, películas de la década de los setenta, como La mansión bajo los árboles de René Clément, nos muestran la 'modestiia' en que vivían los delincuentes económicos, en pisos pequeños,  casi claustrofóbicos. En poco tiempo se desarrolló una cultura del lujo y la ostentación faraónica, en la que el hábito corruptor del regalo a los hombres, que ocupan puestos clave de los negocios, ha dado terribles sorpresas a la sociedad, que ha podido comprobar que, si no se benefició de estas prácticas, si está sufriendo  las consecuencias de la externalización  de la deuda y le toca pagar la factura de los despilfarros.

El cine es una ventana abierta al mundo, y cada vez se abren más a las causas de  esta gran depresión que había sido escandalosamente anunciada y que  como la hidra, amenaza con devorarnos a todos ¡Hasta tiene corcho! dice Tom Cruise.

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