La gata sobre el tejado de zinc. Richard Brooks






Ficha técnica:

Título original: Cat on a hot Tin Roof
País: Estados Unidos.
Año: 1958.
Duración: 108 minutos.
Dirección: Richard Brooks.
Guión: Richard Brooks y James Poe, basado en una obra de Tennessee Williams.
Dirección de Fotografía:  William Daniels.
Música: Charles Wolcott.
Edición: Ferris Webster.
Efectos especiales: Lee Leblanch.
Productores: Lawrence Weingarten.
Metro Goldwin Mayer (MGM), Avon Production.




Intérpretes:

Elizabeth Taylor: Maggie Pollitt ,
Paul Newman : Brick Pollitt,
Burl Ives : El abuelo,
Jack Carson :  Gooper Pollitt,
Judith Anderson : La abuela  Pollitt,
Madeleine Sherwood : Mae ,
Larry Gates : Dr. Baugh,
Vaughn Taylor : Deacon .

Sinopsis:

La inminente muerte del anciano patriarca de una acomodada familia sureña desencadena terribles tensiones entre sus herederos. Uno de sus hijos, Brick, indeciso y apático, se refugia en el alcohol y se muestra completamente indiferente ante la situación, pero Maggie, su mujer, no está dispuesta a contemplar impasible su destrucción. El otro hijo, Gooper, al igual que su esposa, es ambicioso y oportunista.



Comentario:

 Richard Brooks  inició su trayectoria profesional  como periodista deportivo para la NBC, como el protagonista de su adaptación cinematográfica de 'La gata sobre el tejado de zinc' de  Tennessee Williams,  se inició en el cine como guionista de películas de serie B,y comenzó su propia carrera como director tras el éxito de la película de cine negro dirigida por John Huston, Cayo largo (1948). Militó en el realismo social, fundamentalmente en defensa de la libertad de expresión o la supresión de la pena de muerte. Se hizo famoso por no sobrepasar nunca el tiempo ni el presupuesto fijado para sus películas.

De todas sus películas la más notable,  'La gata sobre el tejado de zinc', ( Cat on a hot Tin Roof),  un drama sureño sobre un alcohólico, Brick (Paul Newman), y una mujer insatisfecha, Maggie (Elizabeth Taylor), obligados a asistir a la fiesta de cumpleaños del  patriarca, tuvo serios problemas con la censura, que intentó desviar la atención  de temas tabú como la homosexualidad o el suicidio, vetados por el Código Hays, todavía vigente, hasta la aplicación de un nuevo sistema  de clasificación por edades de la MPAA.

Aunque, al parecer,  Tenneesse Williams hubiera preferido a Vivian Leigh para el papel de 'la gata', lo cierto es que Elizabeth Taylor encarnó con precisión el papel de una  mujer que, como Scarlett O'Hara, la heroína de 'Lo que el viento se llevó', interpretada por Leigh, no quería volver a ser pobre y mostraba un egoísmo desmesurado, como el de su cuñada, y una sumisión repelente hacia el hombre que la maltrataba, su marido . Entre ambos había un muro inconfesable, solidamernte alzado, del que nadie hablaba, pero del que todos sabían de que material estaba construido: la homosexualidad no reconocida por Brick, y la intromisión entre él y el amigo del que siempre había estado enamorado, de una  esposa, que quería, injustamente, apartarle del compañero y del deporte que había constituido su pasión, el rugby. El matrimonio de Brick con Maggie, y  el  suicidio del amigo, constituyen el background del film, y no se entiende nada si no se deshace este nudo gordiano, formado por el odio, el rencor  y la cobardía, alimentados con alcohol.


Brick  y Maggie son como dos extraños en la conservadora  mansión del patriarca, una pareja sin hijos. Él alcohólico, el hijo pródigo que se había  atrevido a vivir su propia vida, ella  seductora y atractiva, estupenda y magníficamente vestida y peinada, pero estéril y resentida,  distante y fría con los niños, a los que ve como insoportables y 'cuellicortos'. El hijo mayor y su esposa son los hijos que todo padre quiere tener, dóciles en su orientación profesional , forjadores de  una familia numerosa, aduladores de  los abuelos y  con intereses también inconfesables; su gran desengaño es que se les desprecia precisamente  por dóciles. Un ambiente en el que impera la mendacidad, la hipocresía y en el que todos prefieren enfrentarse por lo que en realidad más les interesa, la herencia y las propiedades, usando las debilidades de todos como piedras arrojadizas.

Los personas se mueven como gatos rabiosos en dos estancias, una sala de estar y una alcoba, dándose continuos zarpazos e incapaces de romper este diabólico circulo vicioso, enfrentándose con una auténtica felina de ojos morados, que se siente como si estuviera en un tejado  de zinc caliente, defendiendo al mismo tiempo a su marido, su estatus social y económico, su matrimonio y el afecto,  del 'abuelo', que la admira especialmente por su belleza física, a la que concede gran importancia, pasando por alto su ambición y mediocridad. Ahora que se acerca su momento definitivo,  el patriarca recuerda a su padre, un vagabundo al que quiso más que a nada y a nadie en el mundo, y que únicamente le legó una maleta vieja,  vacía y un sombrero raído. Él había amasado, por el contrario, una gran fortuna, y cuando le llegaba su fín, contemplaba con dolor la guerra cruel entre los miembros de la familia por sus riquezas; el rebelde e indómito  Birck era el único que le profesaba un amor desinteresado, inmerso en sus terribles problemas emocionales.

Richard Brooks opta por una puesta en escena muy teatral, en la que el duelo intenso entre la gata de ojos violeta y el hombre al que desea constituye el núcleo de la trama. Una mujer bellísima, encarnada por Elizabeth Taylor, adornada de la tobelookedatness, la sermiradaidad, de que hablan los norteamericanos, que impide al espectador apartar la mirada de su rostro y de su cuerpo, pero que no logra romper el hielo de la total indiferencia de su marido, entregado al rencor y el resentimiento, sentimientos magníficamente expresados por Paul Newman, actitud que sólo abandonará impulsado por otros  sentimientos tan negativos como los que le habían dominado hasta el momento, y no por  la convención cinematográfica, probablemente impuesta por la Comisión Hays. Tenneesse Williams, homosexual reconocido, tuvo dos amores platónicos, en los que basaba sus personajes masculinos: Marlon Brando y Paul Newman, llegando a reconocer en la revista  Modern Screen, (enero 1983), que nunca tendría un orgasmo perfecto " sin sentir el olor a sudor de Brando en 'El tranvía llamado deseo', o penetrándome Newman cuando mira fijamente a  Maggie al final de la gata..., como si los tres nos meciéramos al ritmo de una melodía sureña, bajo los ojos inocentes de Baby Doll"  . (www.telefónica.net/web2).




Scarlette Johanson ha representado con éxito a una nueva Maggie en un teatro de New York, el Richard Rodgers, una mujer ambiciosa, inmersa en una crisis matrimonial, que intenta salvar para asegurarse un buen futuro económico, aunque parece que se ha perdido la oportunidad de corregir los errores de la censura que sufrió el film de Richard Brooks. El trabajo de Scarlett, a diferencia del de Elizbeth Taylor, ha sido muy bien valorado por la crítica, sin embargo se ha cuestionado al director Rob Ashford, al que le ha faltado talento para entender la obra de Williams y profundizar en los  personajes.




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