Vogue, el número de septiembre. R.J.Cutler

Anna Wintour

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Ficha técnica:

Título original: The September Issue
País: Estados Unidos
Año: 2009
Duración: 89 minutos

Dirección: R.J.Cutler
Guión: R.J.Cutler
Dirección de Fotografía: Bob Richman
Música: Craig  Richey; Margaret Yen
Edición: Azin Samari
Sonido: Edward L. O'Connor
Directores artísticos: Gareth Smith & Jenny Lee

Productores: Eliza Hindmarch y Sadia Shepard
Productor ejecutivo: Molly Thompson, Robert DeBitteto, Robert Sharenow, , R.J.Cutler
Productor en Línea: Lauren Sherman
Compañías. Productoras: A & E  Indie Films, asociada con Actual Reality Pictures; distribuidora: Avalon

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Intérpretes: Documentary.

Anna Wintour: Editora-Jefe edición americana de Vogue,
Virginia Smith: Directora de marketing,
Candy Pratts Price, Directora ejecutiva de moda,
Tom Florio, Editor de Vogue
Stefano Pilati: Director creativo de Vogue
David Sims: Fotógrafo,
Grace Koddington: Directora creativa y narradora del documental,
Thakoon Panichgul: Diseñador,
André Leon Talley: Editor independiente
Vera Wang: Diseñadora,
Burton Tansky: Presidente almacenes Neiman Marcus
Bob Richman

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Sinopsis:

Anna Wintour, la legendaria editora jefe de Vogue durante los últimos 20 años, es la figura más influyente y poderosa del mundo de la moda. Con un look muy definido, siempre escondida tras su característica melena y sus célebres gafas de sol, nunca antes había permitido que nadie se adentrara en el universo de su redacción. R.J.Cutler ha sido el primero en conseguir este 'privilegio', y aprovecha la ocasión para introducir a un público que cree conocer este mundo en la elaboración del número de septiembre, el más importante del año, porque marca tendencias, y especialmente en el de 2007, una edición muy especial que batió auténticos retos.

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Premios:

-Sundance 2009: Mejor Fotografía

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Comentario:

Anna Wintour, comienza con un alegato a favor de la moda y termina con una auto-justificación por su actividad en el mundo de la moda:  Mi hermana se dedica a buscar casa a los pobres desahuciados, mi hermano a defender a los pequeños agricultores de Sudamérica y el pequeño es el Redactor de Política de 'The Guardian'. Podría haberse leído a las Hermanas Bronte, que escriben en su lengua, y se ahorraría tales justificaciones, precisamente por redundar en la mala conciencia de que hace gala. Tras ceder ante el cineasta para que penetrara en su mundo, se anticipa a lo que vamos a ver y se pone la tirita antes de la herida: "Creo que lo que ocurre es que, a veces, a la gente le asusta la moda. A algunas personas les da miedo o les hace sentirse inseguras, así que la menosprecian. En general hay mucha gente que tiene opiniones degradantes sobre el mundo de la moda y creo que eso se debe, de alguna manera, a que se sienten excluídos del grupo de gente 'moderna' y con estilo que integra este mundo, así que se burlan de él " ( ¿será que los rechazan por modernos). "Por el simple hecho de que te guste llevar un vestido de Carolina Herrera o..., en lugar de las típicas cosas de los centros comerciales, no significa que seas un idiota. La moda tiene algo que pone muy nerviosa a la gente." ¿Quién ha dicho que sean idiotas? Lo malo es que para que haya un 'listo' tiene que haber un millón de imbéciles; no querrá encima que la adore la humanidad.

Esta mujer, gracias a la experiencia vicaria de tantas otras, que sueñan con llevar vestidos que sigan la moda que ella dicta, ha acumulado un enorme poder que pesa extraordinariamente sobre propietarios de exquisitos almacenes e incluso creadores como Jean Paul Gaultier, que aparecen desempoderados y temblorosos por el miedo a no aparecer en una de las escasas páginas de esta publicación centenaria. Sin embargo ella sólo es delgada; viste y peina de la forma más vulgar, a pesar de llevar prendas elaboradas con los últimos avances técnicos y científicos de la producción textil y ejerce su poder en silencio, no necesita ni chillar sólo mirar a su víctima.

El documental de R.J.Cutler es una prueba evidente de que no siempre es el mejor género para representar la realidad, a causa del temor que emana de los rostros de quienes dependen de ella y no se atreven a cuestionarla por el miedo a perder sus empleos privilegiados. Películas como 'El diablo se viste de Prada'  de David Frankel, esconden tras sus personajes ficticios, todas las relaciones de poder que se producen en el mundo de la moda, en cuya cúspide Miranda, interpretada por Meryl Streep, se convierte en el fetiche, distinguido y elegante, de la vulgar Anna Wintour. Esta mujer, se sube al carro de Fukuyama y da por finiquitada el sistema de clases sociales, en una revolución, la de la década de los 60,  que  cambió el look de la mujer y trajo consigo su emancipación de la mano de la píldora anticonceptiva. Con lo que no parece contar esta ejecutiva que dicta la moda y marca tendencias, es que la crisis que ya había comenzado a dar sus frutos en 2009, cuando ella protagonizó este desafortunado reportaje, la sociedad estaba retrocediendo al siglo XIX, que las masas ya no podían comprar en los centros comerciales, sino en pequeñas tiendas de 'chinos', que son las que de verdad marcan tendencia con esos encajes, tules y coloridos que imitan sus sofisticadas y horteras creaciones, pretenciosas, en las que sus modelos quieren volar delante de edificios históricos emblemáticos, como el Coliseo de Roma o el Arco del Triunfo de los Campos Eliseos franceses. No se puede ser más cutre, en un momento en el que algunos quieren resucitar el sistema de castas, en las que los máximos representantes del poder son, en su mayor parte, funcionarios mileuristas, por el simple hecho de poseer un empleo vitalicio.

La dictadora de la moda saluda el principio del fin del pensamiento trascendental, el triunfo de la frivolidad, la ligereza y la liviandad, que conduce a los populismos triunfantes. Una periodista televisiva del film de Paolo Sorrentino 'La gran belleza' se lamenta de que los jóvenes italianos que suman dos neuronas huyen del país. Lo mismo ocurre en España y otros muchos lugares, que están empezando a ser dominados por la gerontocracia. Cuando muere el único joven del film de Sorrentino, no hay ni siquiera cuatro chicos de su edad que lleven su ataúd al hombro. Por lo que no nos debe extrañar que el día menos pensado, cuando levantemos la vista al cielo veamos un satélite como el Elysium de Neil  Bloomkamp, creado y habitado por estos jóvenes que tienen mucho más de dos neuronas, y que están siendo exiliados de nuestro planeta. El que avisa no es traidor.

No podemos pasar por alto la advertencia de un tal Burton Tanski, cuyo nombre no tiene especial interés para nosotros y que vamos a olvidar en el acto, Presidente de unos almacenes de lujo, Neiman Marcus, que advierte a la poderosa editora-jefe de Vogue,- que siendo adolescente sólo tuvo que escribir en un papel su deseo de dirigir esta publicación, sin necesidad de curriculos que avalaran su trayectoria profesional -, de que la demanda de moda es superior a la oferta de los creadores, algo que se debe corregir de inmediato. Ya lo advertía Andy  Robinson  en 'Un reportero en la Montaña Mágica": los hombres de Davos concentran el 99% de la riqueza en un mundo en el que tan sólo representan el 1%, cumbre a la que asisten Jefes de Estado, hombres de negocios, cantantes como Bono y actrices como Angelina Jolie, estos dos últimos en defensa de sus respectivas ONGs.  ¿Curioso, eh?