El amanecer del Planeta de los Simios. Comentario.




Ficha técnica y notas de producción en cinelodeon.com, propiedad de Foxprensa. Pinchad aquí.

Comentario.


Estamos ante una película importante y así ha sido saludada por la prensa y el público norteamericano sin excepciones y suponemos que la prensa y los espectadores españoles reaccionarán también positivamente ante el nuevo film de Matt Reeves. El amanecer del planeta de los simios retrocede estilisticamente hacia  la estética y el estilo audiovisual de las décadas de los 70 y 80 del siglo XX, a medida que las precuelas se van acercando a la película de Franklin J.Schaffner , realizada en 1968 y protagonizada por Charlton Heston, una distopía futurista, en la que la Tierra, castigada por los excesos de los hombres había convertido a los simios en la especie dominante, un film poético que no se ocupa demasiado de la verosimilitud y la coherencia entre las culpas y el castigo que sufrió la humanidad.Esto no quiere decir que el realizador no se sirva de las nuevas tecnologías de forma magistral, sin que en ningún momento nos abrume echándonos encima primeros planos de los protagonistas y que se incline por encuadrarlos en un contexto emblematizador y simbólico.




Este cartel que anuncia el film, sin tener en cuenta sus valores estéticos, es de la mayor riqueza semántica; en él vemos a Koba convertido en un 'señor de la guerra', un simio que es todavía un cuadrimano, con dedos pulgares opuestos en las manos y en los pies, que camina a gatas y se desliza entre los árboles usando sus cuatro extremidades, pero que ejerce su poderío sobre un animal inferior, el caballo, al que domina y doblega según las leyes de la evolución; acierta visualmente Matt Reeves cuando nos muestra a los simios, ya sea con lanzas rudimentarias o con armas modernas, a la grupa de estos animales, a los que, en absoluto trata como iguales.

El film parte de varias premisas, profundas y comprometidas:

  1. Todos los pueblos tienen un origen criminal. En esta historia Koba intenta acabar con César. como en su momento hizo  Rómulo con Remo, fundando el gran imperio romano sobre el cadáver de su propio hermano. Cayo Julio César el estadista y líder de los populares romanos, en cuya figura se inspira el simio humanizado, cuya mujer se llama Cornelia, como la primera esposa del famoso prohombre de la Roma Antigüa, un estratega-historiador y político democrático que no quería la guerra,  pero que cruzó el Rubicón y marchó contra su propio pueblo dominado por los optimates y finalmente padeció la misma suerte: fue asesinado. Esta es la actitud que mantiene el noble personaje lo que le enfrenta a su  propio hijo 'Ojos Azules', más cercano a las posturas radicales de Koba, un simio resentido,un bonobo de ojos blanquecinos y rostro con cicatrices que aparece por primera vez en El origen del planeta de los simios, y que ha pasado gran parte de su juventud encerrado en laboratorios, donde fue sometido a experimentos en nombre de la ciencia. Poco a poco ha evolucionado convirtiéndose en un guerrero entrecano que alberga un fuerte odio hacia la raza humana, convencido de que el único humano bueno es un humano muerto (Foxprensa); 'Ojos Azules al ver la masacre de su pueblo, comprenderá a su padre y se alineará con sus posiciones. 
  2. En la película  'El origen del planeta de los simios' de Rupert Wiat, (2011), vemos a César liderando a su pueblo en un éxodo multitudinario, escapando de los laboratorios en los que los de su especie son, en realidad, cobayas de los científicos, que generan un virus, al que llaman de los simios, lo que hace recaer la culpa sobre ellos ante las masas poco informadas, y posteriormente planteando una dura batalla en puente de Brooklin, que une la Gran Manzana, la zona de los negocios de New York, con un barrio de trabajadores. Ahora los vemos instalados en la selva, en un estadio de evolución más cercano al neolítico, comunicándose por medio de signos muy similares a los de los sordomudos, excepto César, al que su antiguo amo enseñó un lenguaje verbal rudimentario, con lanzas muy primitivas, aunque dominan ya el fuego, adoptan en ocasiones la posición erecta,se pintan el rostro y el cuerpo para la batalla y tienen ya creencias en el más allá y hechiceros que espantan los malos espíritus, signos todos ellos de que están evolucionando hacia una forma de hominización. Pero, tan pronto como dominan un territorio, surge, como en su momento defendieron los filósofos Marx y Engels la institución de la familia y un estado organizado de forma primitiva, pero con jerarquías y estatus, por los que están dispuestos a luchar e incluso a morir; un pueblo depredador, en el que los hombres cazan y las mujeres cuidan de los suyos. Cornelia, como la mujer de Julio César, que murió tras dar a luz a su hija Julia,  está a punto de morir de fiebres puerperales, algo muy frecuente hace dos mil años y no tanto en la actualidad en la que los médicos, como la esposa de Malcolm, disponen de antibióticos que reparan lo que parece irremediable. La familia de Cesar, el simio, se confronta con la de Malcolm, el hombre moderno, hecha de retales de otras anteriores,sea cual sea la razón por la que se rompieron.
  3. Otra premisa de la que parte el texto fílmico es la de que el hombre, cuando adquiere la posición erecta, establece el feedback mano-cerebro lo que le permite utilizar instrumentos; la desaparición paulatina de los dedos de los pies, la pérdida del pelaje y un largo etcétera de cambios físicos, mientras se iba desarrollando su cerebro, le dio una gran superioridad sobre las demás especies y lo convirtió en la dominante que acabó por aniquilar a casi todas las otras,como advirtió Darwin, ( de ahí las férreas posturas de quienes defienden el equilibrio ecológico); pero Matt Reeves nos hace ver con claridad, que, si, por cualquier razón, el hombre pierde los instrumentos que su inteligencia ha generado y en los que se apoya para sobrevivir, (todo tipo de enseres domésticos, armas, material eléctrico e informático, etc.), no puede enfrentarse a cualquiera de estos simios, mucho más protegidos y adaptados al medio natural que los hombres, a pesar de gozar de la ayuda de la inteligencia artificial de la 'era del conocimiento', que usan para comunicarse con otros supervivientes de la pandemia que ellos han generado. La guerra entre las especies es inevitable, como le dice César a su amigo Malcolm. un  antiguo arquitecto que perdió a su esposa víctima del virus que exterminó a la mayor parte de la humanidad; la han iniciado los simios, han realizado una gran masacre entre los hombres y éstos no se lo van a perdonar. Llegado al punto en que lo dejó Schaffner,nos entristece la pérdida de toda la riqueza que ha generado la evolución cultural, de todas las aportaciones humanas a la ciencia, la filosofía, el cine, emblematizadas en esa imagen de Malcolm que nos trae a la memoria a Indiana Jones con su sombrero, o a Clint Eastwood con su poncho, y que nos llega a estremecer cuando, tras la activación de la central eléctrica lo primero que se escucha es a Bob Dylan cantando knokin'on heaven's door, y nos hace sentir nuestra humanidad como la sentía la protagonista de El cielo protector de Bertolucci, tras volver del desierto en el que había sufrido todo lo humanamente posible y al llegar a un café europeo se sentía de nuevo en casa.Todo esto está a punto de perderlo el hombre en sus guerras destructivas,en el agotamiento de la naturaleza a causa de un consumismo excesivo que amenazan con devolverlo al neolítico, cuando, además, los individuos, en lugar de tender puentes como hacen César y Malcolm, se lamen sus propias heridas y levantan barreras al entendimiento.
Hoy, cuando hemos perdido los periódicos de referencia, esos que defendía 'El ciudadano Kane', (Orson Welles, 1941), sometidos a una declaración de principios, instituciones honradas,con artículos firmados por gente de prestigio porque daban con fidelidad y exactitud las noticias, gente responsable que no permitía que intereses de ninguna especie entorpecieran la comprensión de la verdad de los hechos, volvemos nuestra mirada a los cineastas, que como Matt Reeves rescatan del pasado figuras nobles como las de Julio César, de quien Theodor Momsem decía: " (...) las ideas que inspiraban la obra de César no eran, realmente, nuevas; pero fue él quién les dio realización, y a él le corresponde el mérito de la grandeza de su ejecución, la cual habría sorprendido incluso al hombre genial que concibiera la idea, si hubiera podido presenciarla, como llenó, llena y llenará por siempre de la más profunda emoción y admiración a quien la contempló en la realidad viva o la contempla hoy o haya de contemplarla mañana en el espejo de la historia, cualquiera que sea la época histórica a que pertenezca o las ideas políticas que profese, en la medida de su capacidad de comprensión para la grandeza histórica y humana." Cesar 'El Simio' sabe que el triunfo de los suyos, originado por el odio de Kobak, su única herencia de la convivencia con los humanos, hará retroceder a una humanidad que amanece al neolítico, y que deberá andar de nuevo todo lo desandado a causa de la guerra y el levantamiento de barreras entre los hombres, que los dividen y justifican las actitudes más feroces de ambos bandos en contienda, sacrificando a los más humanos, instruidos y sensibles. Es cierto, como afirma un miembro del exiguo equipo de Malcolm, que los primates están mejor adaptados para vivir en la selva; lo que Kobak ve como una debilidad en César es precisamente su máxima fortaleza, que le ha permitido avanzar y entender qué es mejor para su familia y su propio pueblo. Pero como le ocurrió al antiguo político romano, el noble simio no tendrá más remedio que seguir el camino que inició su enemigo Kobac: los odios ya estaban desatados y la guerra cabalgaba de nuevo sobre el horizonte. Todos iban a perder.



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