Corazones de acero. David Ayer.




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Ficha técnica:

Título original: Fury.
País: Estados Unidos.
Año: 2014.
Duración: 134 minutos.

Guión y dirección: David Ayer.
Casting: May Vernieu, c.s.a., Lindsay Graham, c.s.a.
Director de Fotografía: Roman Vasyanov, r-g-c-
Música: Steven Price; editor: Del Spiva.
Montaje: Dody Dorn, a.c.e., Jay Cassidi, a.c.e.´
Directores artísticos: Phillip Harvey, Mark Scruton
Decorador del set Senior: Malcolm Stone; Decorador del set: Lee Gordon.

Diseño de Vestuario: Owen  Thornton,
Supervisor Maquillaje Especial FX: Steve Painter.
Diseño de maquillaje y peluquería: Alessandro Bertolazzi.

Productores: Bill Block,  David Ayer, Ethan Smith.
Productores ejecutivos: Brad Pitt, Sasha Shapiro, Anton Lessine, Alex Ott, Ben Waisbren.
Diseño de producción: Andrew Menzies
Compañías. Productoras: Columbia Pictures presenta en   asociación con Qed International y LStar Capital una producción de Qed International/Le Grisbi Productions/Grave Films.

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Intérpretes:

Brad Pitt: Don 'Wardaddy' Collier
Shia LaBeaouf: Boyd 'Bible' Swan
Logan Lerman Norman Ellison
Michael Peña: Trini 'Gordo' Garcia
Jon Bernthal: Grady 'Coon-Ass' Travis
Scott Eastwood: Sargento Miles,
Brad William Henke: Sargento Davis,
Kevin Vance: Sargento Peterson,
Xavier Samuel: Teniente Parker.

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Sinopsis:

Abril, 1945. Mientras los Aliados inician su ofensiva final en el frente europeo, un aguerrido sargento de artillería llamado Don Collier, conocido como Wardaddy se encuentra al mando de un tanque Sherman y de los cinco hombres que componen su dotación, en una misión mortal detrás de las líneas enemigas. Superados en número y en armamento, y con un soldado novato metido en sus filas, Wardaddy y sus hombres lo tendrán todo en contra en su heroico intento de lanzar un ataque en pleno corazón de la Alemania Nazi.

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Críticas:

El género bélico, que ha escrito grandes páginas en la Historia del Cine,  irrumpe de nuevo en las pantallas, con un título 'Corazones de acero' de David Ayer, que Antonio José Navarro saluda como la confirmación del " carácter áspero y sombrío  del cine de su autor (...) Enfrascado en sus pesimistas historias de violencia - las cuales revelan un profundo conocimiento de los géneros populares a fin de ejecutar una reinvención audaz de sus fórmulas-,  estas articulan un poderoso discurso personal sobre la sociedad y el mundo muy alejado de los estándares del Hollywood actual."

Hay que atender a la biografía del realizador para entender un poco sus realizaciones, que son la exteriorización de un carácter rebelde forjado desde la  infancia,  a causa de una vida nómada y trashumante, impuesta por cuestiones laborales paternas; esta falta de arraigo personal le llevó a abandonar la enseñanza secundaria, algo que enfureció a su padre que lo echó de casa e, indirectamente, provocó de nuevo el éxodo del joven hacia el barrio de South Central en los Ángeles; se alistó en la Marina de los Estados Unidos. Licenciado y tras una serie de vicisitudes y relaciones personales redactó el libreto de Training Day, lo que supuso la entrada por la puerta grande de la carrera cinematográfica. ¿Un paradigma del milagro americano? (David ayer. Zona de Combate: las calles, el mundo. Antonio José Navarro. Dirigido por..., enero 2015).

Según antonio José Navarro, David ayer no es un cineasta moderno, ni un intelectual, sino que nos sumerge en "un intenso estado viviencial, dentro del cual las emociones dirigen la acción, al tiempo que revelan una voluntad de expresarse, de ser, que existe en el artista, pero nunca es el artista."El historiador Studs Terkel definió en 1985 la  intervención de los norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial como la "Guerra Buena", creencia que ha tenido consecuencias nefastas, ya que según Antonio José Navarro "(...) la revisión del conflicto ha revelado  que nada fue tan simple como asegura el mito de  la "Guerra Buena". Su desarrollo estuvo marcado por tremendas ambigüedades morales; y aún peor, la glorificación de la Segunda Guerra Mundial ha tenido consecuencias prácticas funestas. Nos ha llevado, por ejemplo, a  una aceptación más fácil del 'intervencionismo liberal', fundamentado en la  virtud de Occidente a la hora de distinguir el bien y el mal, que justifica el uso de la fuerza para derrocar a tiranos reales o ficticios. " Yo que soy una profunda admiradora de Antonio José Navarro, sin embargo creo que aquí se ha metido en un jardín repleto de cardos: Hitler y Mussolini no fueron tiranos ficticios, y su expansión militar se produjo en un mundo muy avanzado económica y socialmente, al que debía exigírsele el respeto de los derechos humanos como a ninguno. Aquí no caben revisionismos. Europa cometió atrocidades en las colonizaciones y, de aquellos barros estos lodos, por estos son más culpables (quienes son y quienes se han beneficiado, se benefician y se beneficiarán del expolio de pueblos en un estadio de evolución  cultural menos avanzado), y por ello hay que exigirles responsabilidades e incluso hacerles pagar con la privación de la libertad, si se le demuestran sus crímenes ( algo que denuncia Fernando Meirelles en 'El jardinero fiel, entre otros), pero esta es otra cuestión ; algunas películas americanas glorificaron las virtudes militares y el patrioterismo, pero muchísimas otras cuestionaron todo tipo de excesos desde el principio, ya se tratara de las obras de realizadores comprometidos como  Stanley Kubrick, David Lean, Samuel Fuller o Robert Aldrich, o de otros menos concienciados, como  Franklin J. Shaffner, que también  cuestiona los excesos y caprichos del general Patton. (Opus cit.)

Sin olvidar el axioma de Thomas Hobbes de que todas las guerras son horribles, atroces, inhumanas, pues la guerra es aquella condición en la que el hombre  es enemigo de todos los demás (La guerra es crueldad, no puede ser refinada, ni se la puede civilizar, según William T. Sherman, ,-1820-1891-, promotor de la 'guerra total').  Quizás por esta razón, porque cuando se desata una guerra el instinto humano  es la propia  lucha por la supervivencia hay que preguntarse cuando comienza de verdad a generarse las primeras condiciones que desembocan en una contienda; quién, cuándo y por qué alguien lanza a la mitad de la población contra la otra mitad, con mensajes simplistas que eviten la división de los frentes. Cuando se produce el reclutamiento obligatorio de soldados, ya nadie ni nada puede impedir que la bestia inmunda que habita en demasiados corazones humanos se desborde. El problema de los humanos es que no sabemos reaccionar a tiempo, cuando intereses particulares nos arrastran a la hecatombe y esperamos al 'salvador, del que se ocupa Sallinger,  que evite que nos despeñemos.

El relativismo histórico tiene su reflejo en el relativismo de los críticos, que reaccionan según su conciencia: mientras unos ven que se ha erradicado el sentimentalismo ( Robbie Collin de Telgraph), otros creen que está escrita y dirigida con una exigente habilidad y dolorida sensibilidad (Peter Travers, de Rolling Stone); otros menos osados arremeten contra los decorados de cartón  y un enfrentamiento emocionante, pero tonto (Peter Debruge de Variety). José Arce sostiene que : "Hollywood regresa a los horrores del hombre contra el hombre con una película que arranca poderosa y contundentemente y luego se diluye hasta convertirse en una propuesta bélica más. No está mal, pero parecía otra cosa, ciertamente." ("Corazones de acero": ¿Qué queréis desayunar?. La Butaca.net) .



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