Madame Bovary. Claude Chabrol.







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Ficha técnica:

Título original: Madame Bovary.
País: Francia.
Año: 1991.
Duración: 143 minutos.

Dirección: Claude Chabrol.
Guión: Claude Cabrol, basado en la obra de Gustave Flaubert.
Dirección de Fotografía: Jean Rabier.
Música: Matthieu Chabrol, Jean-Michel Bernard, Maurice Coignard.
Montaje: Monique Fardoulis,

Diseño de Vestuario: Corinne Jorry.
Maquillaje: Catherine Demesmeaker, Elisabeth Percher, Jean-Pierre Berroyer, Sandrine Coraux.

Productor: Marin Karmitz.
Diseño de producción: Michéle Abbé-Varnier.
Compañías. Productoras: MK2 Productions, CED Productions, Club Des Investissments, Consell Regional de Haute Normandie, France 3 Cinéma; distribución: Profilmar, P.C.

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Intérpretes:


Isabelle Huppert : Emma Bovary,
Jean-François Balmer : El médico Charles Bovary ,
Christophe Malavoy : Rodolphe Boulanger,
Jean Yanne : El farmacéutico M. Homais,
Lucas Belvaux : Leon Dupuis ,
Christiane Minazzoli : La viuda Lefançois.


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Sinopsis:


Adaptación de la célebre novela de Gustave Flaubert, cuya protagonista, que da nombre a la historia, Emma Bovary, es el emblema de la mujer insatisfecha que busca un lugar en el mundo, no como esposa ni como madre, sino como mujer, lo que la empujó a adquirir deudas importantes, con el objetivo de lograr un puesto en la sociedad de su tiempo. "(...) Emma, sigue siendo un ícono narrativo: esposa infeliz, adúltera, irresistible, destructiva. Dijo Flaubert que Emma Bovary era él mismo; y dicen que este libro, de narrador imperceptible, inició la escritura moderna. Sea como fuere, quien mejor desentrañó la novela fue Vargas Llosa en su ensayo “La orgía perpetua”. La publicación de “Madame Bovary” provocó un gran escándalo en la burguesía francesa de la época, pues el relato dejaba desnuda a una sociedad que apenas podía esconder sus vergüenzas. El mito creado en este libro tuvo influencia en otras obras cumbre de la literatura como “Anna Karenina”, de Leon Tosltoi (1877) o “La Regenta”, de Leopoldo Alas “Clarín” (1884) . (www.algundiaenalgunaparte.com)

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Comentario:

 
La Emma Bovary de  Claude Chabrol, a diferencia de otras versiones, como la de Vicenten Minnelli, en las que se la describe casi como una heroína,  es una mujer corriente, insatisfecha, con tendencia a la depresión y muy caprichosa, a la que la sociedad francesa nunca perdonó que antepusiera el hecho de ser mujer al de ser madre. Su actitud existencial, contraria a las convenciones, la conducirá irremediablemente a un final trágico, no sólo para para ella, sino también para su amante marido; Flaubert no busca justificación alguna al deseo de esta mujer de vivir su vida y ser feliz, a pesar de los obstáculos de todo  tipo que se levantan frente a estas pretensiones. 

La actriz fetiche del cineasta de la Nouvelle Vague, Isabelle Huppert,  representa muy bien el tipo de mujer que Chabrol quiere recrear, con apariencia débil, gesto antipático, y  muy diferente a la desbordante y pasional protagonista de Minnelli, una mujer fuerte, decidida y vigorosa.  Inmersa en un ambiente vulgar y en cierto modo depresivo, como contagiado por el drama que en él se vive, el relato se recrea en el error médico del Doctor Bovary y en la trágica muerte por suicidio de Emma, mostrando todo el proceso de un óbito por envenenamiento con arsénico, desde que se inicia el proceso de pérdida de color que acentúa de la palidez progresiva de su rostro y de su cuerpo, hasta el tintado en negro de la boca y la lengua y el vómito final. La propia hija, Berta, siente miedo cuando el padre la acerca a su lecho mortuorio para que se despida de su madre. Una voz en off  acusa la irreflexión de esta mujer, cuando narra el destino final de la niña, desamparada, tras la pronta desaparición de su padre y abuela. 

Todo el film adopta la apariencia de una venganza contra esta mujer insignificante y egoísta, que se siente atraída por los ambientes sociales más elevados que el suyo, que vive por encima de sus posibilidades y que acaba machacada psicológicamente por sus amantes, las deudas, los embargos y físicamente por sus propios excesos, y especialmente por el último. Ella cree que la muerte que ella misma elige será rápida y placentera, -se acuesta en la cama, cierra los ojos y piensa que ya no despertará-, pero, por el contrario es larga y altamente destructiva; en sus últimos momentos pide un espejo para contemplar cómo es esa destrucción.

En la escena del baile en casa del Marqués de Andurvilliers Chabrol,   Chabrol dirige su cámara a los pies de los danzantes, con el objetivo de hacer patente el fetichismo del creador del personaje que desvela Vargas Llosa, en "La orgía perpetua", novela en la que afirma que  Flaubert tenía una especie de pulsión escópica y voyeurística hacia esta parte del cuerpo femenino. La adaptación del cineasta francés se ceba especialmente con la mujer que ha sido infiel a su marido y ha arruinado a su familia, cuya frivolidad deja a una hija huérfana y desamparada.


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