La Deuda
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Ficha técnica:
Título original: Oliver's Deal.
País: Estados Unidos/España/Perú.
Año: 2015.
Duración: 99 minutos.
Dirección: Barney Elliott.
Guión: Barney Elliot.
Dirección de Fotografía: Bjørn Ståle Bratberg Música:
Música: Jesús Díaz, Fletcher Ventura.
Compañías. Productoras: Atlantic Pictures, Viracocha Films, Arcadia Motion Pictures. Distribuidora: Alfa Pictures.
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Intérpretes:
Stephen Dorff : Oliver,
Brooke Langton : Kate,
David Strathairn : Nathan,
Carlos Bardem : Caravedo,
Alberto Ammann : Ricardo,
Lucho Cáceres : Dr. Cerrón.
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Sinopsis:
Oliver Campbell (Stephen Dorff) es un hombre de negocios estadounidense que con la ayuda de un viejo amigo, Ricardo Cisneros (Alberto Ammann), pretende cerrar un acuerdo con el gobierno peruano. Pero por el camino se toparán con Pampacancha, una región de la sierra que viven de los productos de la tierra y que está dirigida por el terrateniente Caravedo (Carlos Bardem), que les hará cambiar de opinión. Un acuerdo de financiación entre Nueva York y Perú será el trasfondo de 'La deuda', película que explora cómo la gente hace cualquier cosa por conseguir aquello que quieren.
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Críticas:
Javier Ocaña hace una crítica positiva de un film de co-producción española: "Ganadora de dos premios en Málaga (guión original y actriz secundaria), La deuda es una extraña coproducción entre EE UU, Perú y España, con profesionales de los tres países, que sin embargo acaba conformándose como una película con cierta entidad (...) La deuda es cine político, de ahora y de siempre; de análisis, de denuncia; estimable cine político, bien filmado. Aunque, segundo de los referentes, en exceso semejante en su narrativa, estructura, música e imagen a Syriana, que Elliott parece haber estudiado al dedillo, y que también tenía como esencia el efecto encadenado de los actos. " (Cadena de decisiones. Diario 'ElPaís').
Alberto Luchini parece que valora que, por fin, en España alguien empiece a analizar la crisis que atravesamos en serio; el país más perjudicado del conjunto de los estados occidentales democráticos, no sabe salir de las tertulias y los gags televisivos: "A través de tres historias que discurren paralelas (unos empresarios tras el negocio de su vida; una enfermera que busca ayuda para su marido enfermo y el día a día de una familia indígena) y acaban confluyendo en un final demoledor y sin un sólo resquicio para la esperanza, se cuenta una trama de especulación inmobiliaria y corrupción política y económica que tiene como objetivo una aldea perdida en las montañas. Pero, más allá de denunciar bien clarito los oscuros tejemanejes de los poderes fácticos, lo más doloroso que demuestra el filme es que cualquier ser humano está dispuesto a renunciar a sus principios y venderse a cambio de un beneficio, por nimio que éste pueda parecerle a lo demás. Vaya, que todos somos corruptos en potencia y sólo varía el precio." ( Corrupción global. Diario 'El Mundo').
Claro que Jordi Batlle Caminal descubre que las cosas no son lo que parecen, y que muchas dudas se despejan cuando cambiamos el marco geográfico y señalamos con el dedo acusador a otros, pobres campesinos de Perú: "Una mixtura de película de intriga política y melodrama social de denuncia (contra la explotación del campesino peruano por un poder multitentacular), con tramas paralelas que acaban confluyendo, posee sobriedad formal y voluntad de realismo, pero le falta emoción, fuerza y convicción. Su desenlace es un mal truco de guión que malogra las pocas virtudes del producto, entre ellas un reparto eficaz y atractivo." ('La deuda': Contra la explotación. Diario 'La Vanguardia).
Javier Ocaña hace una crítica positiva de un film de co-producción española: "Ganadora de dos premios en Málaga (guión original y actriz secundaria), La deuda es una extraña coproducción entre EE UU, Perú y España, con profesionales de los tres países, que sin embargo acaba conformándose como una película con cierta entidad (...) La deuda es cine político, de ahora y de siempre; de análisis, de denuncia; estimable cine político, bien filmado. Aunque, segundo de los referentes, en exceso semejante en su narrativa, estructura, música e imagen a Syriana, que Elliott parece haber estudiado al dedillo, y que también tenía como esencia el efecto encadenado de los actos. " (Cadena de decisiones. Diario 'ElPaís').
Alberto Luchini parece que valora que, por fin, en España alguien empiece a analizar la crisis que atravesamos en serio; el país más perjudicado del conjunto de los estados occidentales democráticos, no sabe salir de las tertulias y los gags televisivos: "A través de tres historias que discurren paralelas (unos empresarios tras el negocio de su vida; una enfermera que busca ayuda para su marido enfermo y el día a día de una familia indígena) y acaban confluyendo en un final demoledor y sin un sólo resquicio para la esperanza, se cuenta una trama de especulación inmobiliaria y corrupción política y económica que tiene como objetivo una aldea perdida en las montañas. Pero, más allá de denunciar bien clarito los oscuros tejemanejes de los poderes fácticos, lo más doloroso que demuestra el filme es que cualquier ser humano está dispuesto a renunciar a sus principios y venderse a cambio de un beneficio, por nimio que éste pueda parecerle a lo demás. Vaya, que todos somos corruptos en potencia y sólo varía el precio." ( Corrupción global. Diario 'El Mundo').
Claro que Jordi Batlle Caminal descubre que las cosas no son lo que parecen, y que muchas dudas se despejan cuando cambiamos el marco geográfico y señalamos con el dedo acusador a otros, pobres campesinos de Perú: "Una mixtura de película de intriga política y melodrama social de denuncia (contra la explotación del campesino peruano por un poder multitentacular), con tramas paralelas que acaban confluyendo, posee sobriedad formal y voluntad de realismo, pero le falta emoción, fuerza y convicción. Su desenlace es un mal truco de guión que malogra las pocas virtudes del producto, entre ellas un reparto eficaz y atractivo." ('La deuda': Contra la explotación. Diario 'La Vanguardia).
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