Asalto en Wall Street (2013). Uwe Boll





Ficha técnica:

Título original:  Assault on Wall Street.
País: Canadá.
Año: 2013.
Duración: 92 minutos.
Género:economía

Dirección: Uwe Boll.
Guión: Uwe Boll.
Casting: Maureen Webb.
Director de Fotografía: Mathias Neumann, BVK.
Música: Jessica de Rooij.
Edici´: Thomas Sabinsky.

Diseño de Vestuario: Katrina McCarthy.


Productores: Dan Clarke, Shawn Williamson.
Productor asociado: Jonathan Shore.
Productor ejecutivo: Dale A.Andrews, Uwe Boll, Shawn Williamson.
Diseño de producción: Geoff Wallace.
Compañías: Lynn  Peak Producciones, en asociación con Studio West Productions (VCC) INC, Event Film Productions .


Intérpretes:

Dominic Purcell
Erin Karpluk
John Heard
Edward Furlong
Keith David
Michael Paré
Clint Howard
Eric Roberts



Sinopsis:

Jim, interpretado por Dominic Purcell, ( 'Prisión Break')  es un guarda de seguridad, cuya esposa está gravemente enferma pero podría tratarse con un caro tratamiento experimental. Su seguro médico le niega el pago y Jim decide recurrir a sus ahorros pero descubre que la empresa de inversiones donde depositó sus fondos han desparecido, víctimas de la avaricia de los movimientos avariciosos de la  Bolsa. Cuando su mujer acaba suicidándose, a causa de la desesperación, decide invertir lo poco que le queda en armas ( los abogados exigen grandes sumas sin garantías) y selecciona a sus víctimas en las revistas especializadas. El primero de ellos Jeremy Stancroft (John Heard), jefe de un banco de inversión que demuestra desprecio por aquellos a los que ha esquilmado.



Críticas:

Gary Goldstein sostiene que "la película, ambientada en 2008 (...) es tan carente de lógica y de realidad, por no hablar de la ausencia de tensión, , que resulta más risible que catártica. Pero es sobre todo la maza anti-capitalista de Boll, a través de  Purcell, que apenas impresiona cuando éste se presenta como 'soldado de personas'. (Reseña de la película 'Asalto a Wall Street'. Los Ángeles Times).

Frank Scheck da algunas claves para interpretar el film y la crítica, al pedir al público que ponga de su parte para poder interpretar correctamente  el zeitgeist  populista o 'espíritu de la época', que anima el film del cineasta alemán Uwe Boll 'Asalto en Wall Street', una especie de deseo de muerte  de la generación de 'Occupy Wall Street' (más o menos el movimiento de indignados europeos'), un drama de venganza que ofrece la experiencia catártica de ver a un 'trabajador de cuello azul' agraviado, derribando el emporio de la industria financiera de los peces gordos. La lástima es que la película no sea divertida, a pesar de emular la estética 'Taxi Driver', especialmente cuando el personaje principal practica sus movimientos letales frente a un espejo (...) El ritmo lento y la cara de piedra  tediosa (de ladrillo para otros) impide  que la película ofrezca el placer inconfesable que prometía." (Reseña de la película 'Asalto en Wall Street '. The Hollywood Reporter).


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Comentario:

El tema que constituye el background del film es la crisis económica que atravesamos del que hace sospechosas ciertas críticas, aunque, en este caso, hay que reconocer que todos los elementos que contribuyen a crear el discurso cinematográfico son tediosos: la fotografía, la música, la cercanía más propia del documental, la falta de poesía que busque la emoción del público y un largo etcétera de aspectos mediocres. Sin embargo, esta calamidad e incluso la falta de carisma de Dominic Purce, permiten que  el espectador sienta de forma cercana la ruina, el dolor, el desamparo de un ciudadano como él, un hombre sobre el que los financieros han dejado caer el peso de su injusticia total nacida de la avaricia. El responsable de llevar a buen puerto esta nueva pieza del puzzle que han construido americanos y canandienses para explicar a sus ciudadanos cómo y dónde se gestó su tragedia y quiénes fueron los responsables, es Uwe Boll un director y productor alemán , experto en adaptaciones cinematográficas de videojuegos, considerado  el nuevo Ed Wood, es decir el peor realizador de todos los tiempos, que se ha esforzado en demostrar,  algo de lo que ya hablaba Ken Loach en sus películas, que la lucha de clases no ha muerto. Kasi lemmons, en una película mucho más poética, repleta de símbolos y metonimisas, 'Muerte de un Ángel', se esfuerza en hacer entender que lo que el hombre padece no es una crisis, sino una estafa permanente y que "los Bob y las Betty se sienten seguros en sus torres porque los ciclos eternos e imperecederos de fracaso y recuperación parecen haberse detenido, y los de arriba siempre estarán arriba y a los de abajo siempre les tocará sudar sangre porque su fascinación por la riqueza, su sueño de ser ricos algún día, los hace sensibles a las mentiras de los de siempre. Consciente de todo ello, Jim opta por una solución individual y radical.
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Este director ha sido galardonado con el Razzie a la peor carrera cinematográfica en la edición de 2008.. Ese mismo año también obtuvo el Razzie a Peor director por Tunnel Rats, In the Name of the King: A Dungeon Siege Tale y Postal. Previamente ya había estado nominado por Alone in the Dark y BloodRayne.

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Las primeras imágenes nos muestran la ciudad de los rascacielos, tomada desde diversas perspectivas: el recurrente plano cenital, contrapicados, planos inclinados, que dan paso al interior de un despacho de una compañía financiera de inversiones, imágenes en las que queda claro que lo único que importa es la empresa y sus accionistas, y no los inversores, tan culpables como sus ejecutores, porque cuando ganaban intereses abusivos no se quejaban y cuando les toca perder no quieren aceptar que se arriesgaron. Desde el primer momento se nota la referencia a Margin Call de J.C.Chandor, (2011), aunque usando un modo de representación institucional, más cercano al documental, y realizada con mucho menos talento que la película del norteamericano. Plana y carente de poesía, sin profundidad, con la fotografía de una gama cromática tan plana como el protagonista, la historia se localiza temporalmente en el momento en el que Henry Merritt Poulson fue llamado por Bush para ocupar el cargo de Secretario del Tesoro para solucionar la caída de los grandes compañías financieras como Lehman Brothers, City Group... y de seguros como AIG, una situación que refleja como pocas el documental de Curtis Hanson, Malas noticias (2011). Jim se ve afectado por todas los daños colaterales de la caída de la Bolsa: no sólo le recortan la sanidad, una agresión a un pilar del bienestar público muy débil en EE.UU. cuando su mujer tiene una enfermedad irreversible, sino que sus acciones se desvanecen, y al haber firmado la hipoteca de su casa con un interés variable en tiempos en los que se creía en un crecimiento sostenible, éste se ha disparado con la depresión, lo que se traduce en un incremento de las letras impagadas que aumenta la deuda con el banco a 60.000 dólares, obligando a los prestatarios a suplicar la dación  en  pago, generalmente denegada. Los impagos suponen una mala nota y como consecuencia, el despido. De esta forma el sistema actúa contra el individuo, que no se siente, es impotente. El suicidio de la esposa, que sí se siente culpable de la situación creada, será la gota que colme el vaso.

La solidaridad de los compañeros permite a Jim pagar a un abogado, que exige 10.000 dólares por hacer unas simples gestiones (todos saben que en EE.UU. los abogados y los médicos no son precisamente baratos). Por si faltara poco otros países del área occidental aprovechan el río revuelto y culpan a los gobiernos locales con el objetivo de tomar el poder, que no poseen ninguna influencia en los manejos financieros de los señores de Wall Street, una cuestión de la que se ríe abiertamente Gordon Gekko, el protagonista de Wall Street de Oliver Stone, al que la prensa salmón trata como una autoridad económica tangible. Desde el primer minuto del film no cesa el contacto con 'la vida real', a la que se abren las pantallas de las televisiones o las voces de las radios y los ordenadores, que acompañan cada uno de los golpes que va recibiendo el individuo. de forma que se van estableciendo conexiones entre su situación y la de la economía global. Pero entre tanto ciudadano perjudicado con la pérdida de sus ahorros, los gestores del dolor no habían calculado que podían contarse ex- soldados,veteranos de guerras cruentas en las zonas petrolíferas (Vietnam, Irak...), que les habían confiado sus ahorros y que eran unos consumados francotiradores; la guerra sólo distingue objetivos, nunca personas e indemnizaciones del ejército. Jim era uno de ellos, había declarado sus hostilidades al capital financiero y estaba dispuesto a ganar la batalla definitiva a cualquier precio, incluyendo su propia vida. El alegato final corre a cargo del gran financiero que desacraliza a los grandes héroes patrios, haciendo suyo el lema de Balzac de que detrás de cada gran fortuna hay un gran crimen; los héroes de ahora han hecho su fortuna vendiendo activos tóxicos a gente sin dinero. Entre todos convierten a Jim en el 'soldado del pueblo' que actuará cada vez que la policía, la fiscalía y los jueces fracasen o sean venales y se dejen comprar.

En este mundo está claro que o eres de 10 o eres de cero; el mejor director de cine se da la mano con el peor, y el cutre Uwe Boll ha creado un personaje nuevo, un nuevo superhéroe: 'el soldado del pueblo', con pocas probabilidades de prosperar por múltiples motivos, no sólo por la baja calidad del producto inicial. Estos días tenéis la oportunidad de ver esta película en el Videoclub de Ono.




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