El volar es para pájaros



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Ficha técnica:

Título original: Brewster McCloud.
País: Estados Unidos.
Año:  1970.
Duración: 107 minutos.

Dirección: Robert Altman.
Guión:Doran William Cannon.
Casting: Gary Chason.
Directores de Fotografía: Lamar Boren y Jordan Cronenweth. Panavision.
Música, compuesta y dirigida: Gene Page.
Editor: Louis Lombardo.
Directores artísticos: George W.Davis y Preston Ames

Peluquería: Corothy White.
Maquillaje: Edwin  Butterworth


Productor: Lou Adler.
Productores asociados: Robert Eggenweiler y James Margellos.
Compañías: Metro- Goldwin Mayer presenta a  Adler-Phillips Lion's Gate Films Production.

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Intérpretes:

Bud Cort: Brewster,
Sally Kellerman: Louise,
Michael Murphy: Shaft,
William Windom: Weeks,
John Schuck:Johnson
Margaret Hamilton: Daphne Heap,
Jennifer Salt: Hope,
Shelley Duvall: Suzanne,
Rene Auberjonois: el lector.
Stacey Keach: Abraham Wright,
Corey Fisher: Hines,
G. Wood: Grandall,
Bert Remsen: Douglas Breen,
Angelin Johnson: Mrs. Breen,
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Sinopsis: 

Con la ayuda de una amiga, Brewster McCloud  construye ybas alas de tamaño humano con las que quiere cumplir su sueño: Volar como los pájaros.


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Comentario:


Cuando Diego Lerer hizo el epitafio del célebre director escribió sobre él que :" Altman agregó una mirada bastante cínica y descarnada sobre el mundo y sobre los personajes que poblaban sus películas, al punto de hacer de esa extraña forma de misantropía una de sus características más discutidas y criticadas de su cine. Lo más raro del asunto es que su fama personal era la de ser un hombre amable, generoso y dueño de extraordinario humor y sentido del compañerismo, según manifestaron los cientos de actores que trabajaron con él.Pero su mirada cínica sobre el poder, sobre Hollywood y su lugar como ícono rebelde, "contestatario" y crítico durante los años '70 le sirvieron para ganar popularidad. ( A los 81 murió Robert Altman. Diario 'Clarín')

Robert Altman, cuya preocupación sobre la condición humana es una constante que atraviesas su cine (Short Cuts/ Vidas cruzadas, (1993) o Pret a porter,1994), construye en El volar es para pájaros (Brewster McCloud,1970), una gran metáfora, una cruel ironía, sobre la naturaleza de los hombres, sobre su intento de superar al resto de los animales, algo de lo que ya advertía Salustio (Omnes homines qui student sese praestare ceteris animalibus.../ A todos los hombres que desean aventajar a los restantes animales...), arrebatándoles incluso aquello que los hace competitivos y les permite defenderse del resto de las especies y los ahoga con la contaminación subvirtiendo el orden natural y preparando su propia destrucción. Un profesor universitario bizarro y estrambótico da una clase a los espectadores,- en el encuadre no se observan alumnos-, sobre la semejanza del pájaro con el hombre. a la que denomina 'Vuelo del pájaro, vuelo del hombre' y su intento de emular su alzamiento del suelo desafiando las leyes de la gravedad, algo que pretendió un sabio y un artista con el talento de leonardo Da Vinci y que desembocó al cabo de mucho tiempo en el invento de los aviones. Al poeta Goethe se le atribuye también el eterno deseo del hombre de volar que expresó en sus versos. : "Cuánto ansío lanzarme sobre el espacio infinito y llegar flotando en él sobre el espantoso abismo."

El hombre, afirma el profesor chiflado, cuya actitud entre documentada y ridícula la veremos de nuevo en el Doctor 'Frankonstin' de Mel Brucks, es sin discusión el más avanzado de los animales y sólo contemplando el vuelo de las aves, se da uno cuenta del duro encarcelamiento que es la Tierra para él. Por ello el deseo de volar se ha hallado siempre presente en su mente, pero la realidad ha tardado mucho en llegar. ¿Ha llegado el hombre a realizar efectivamente su sueño? Para saberlo tendremos antes que concretarlo: ¿Perseguía la facultad de volar en sí o la libertad que suponía el hacerlo? Mas el daño que el hombre hace cada día al equilibrio medioambiental hace prever la necesidad de ir construyendo grandes encierros ambientados para proteger tanto a sí mismo como a los pájaros.

Tras este preámbulo Altman va fragmentando su discurso con una gramática audiovisual a la que nos tiene acostumbrados hará desfilar por la pantalla toda clase de 'pájaros', que no necesitan volar para actuar como auténticas aves de presa, amos del corral, pavos coronados y jóvenes inocentes que creen que se pueden comer el mundo y acaban siendo sus víctimas, urracas con chapines de brillantes, y actuando como conector de todos estos pedazos que funcionan como retratos de los diferentes personajes que sirven para definir los distintos comportamientos sociales que corresponden a las jerarquias que se establecen entre dos aves aparentemente iguales, un cuervo negro que, como un maestro de ceremonias nos va presentando a cada una de las variedades de pájaros, que se constituyen como una gran metáfora del gran espectáculo del mundo, ese circo con el que pone fin a su película: Búhos (OWL-11180, matrícula del avaro ricahón que se traslada en rolls-royce); Manicomio 'El Nido Emplumado', donde residen los viejos con Alzheimer; lechuzas negras; bellos pájaros azules; pavos como el legendario policía de San Francisco ...

En una secuencia increíble, el viejo millonario que se desplaza en su silla de ruedas sin control provoca gran cantidad de accidentes sin sufrir ningún rasguño hasta el aterrizaje final. Altman se ceba con el narcisista detective, que lleva consigo un magnífico equipaje, con sweaters de todos los colores y le dedica una abundante serie de calificativos ridiculizantes: "el pavo real, da la sensación de que la naturaleza ha vertido en él sus tesoros con grandiosa profusión; su tamaño, su arrogante presencia, su paso noble y firme figura unido a la rica cresta que adorna su cabeza y el sin par plumaje...Pero nadie se salva de la mirada incisiva del malicioso director. Ni la ridícula patrocinadora del Astródomo de la ciudad, inclinada a un canto para el que no está dotada, ni la ignorante guía turística, ni los policías ni, en definitiva nadie ni nada escapa a la misantropía de Altman. Más, curiosamente, el policía narcisista, de intensos ojos azules, desvelará al sufrir un grave accidente que sus pupilas son falsas, que lleva lentillas y que el color de éstas es un vulgar castaño claro; una capacidad de fingir de la que carecen los nobles irracionales. Podéis ver esta película en TCM si estáis atentos a la programación.

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