Una dama de París.Limar Raag.

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Ficha técnica:

Título original: Une estonienne à Paris/Veel úks croissant.
País: Francia-Estonia-Bélgica.
Año: 2012.
Duración: 94 minutos.

Dirección: Limar Raag
Guión: Limar Raag, Agnès Feuvre, Josiane Morand y Lise Macheboeuf.
Dirección de Fotografía:  Laurent Brunet. Color.
Música: Dez Mona.
Montaje: Anne-Laure Guégan.
Dirección artística: Pascale Consigny.

Productores: Gilles Sacuto, Miléna Poyto y Rina Sildos.
Compañías. Productoras: TS Productions, Amrion Cü, La Parti Productions, uFilm; distribución: Mirada Distribución.

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Intérpretes: 

Jeanne Moreau: Frida,

Laine Mägi: Anne,

Patrick Pineau: Stéphane,

Corentin Lobet: Olivier,

François Beukelaers, Fréderic Epaud, Claudia Tagbo, Ita Ever, Helle Kuningas, Tónu Mikiver.

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Sinopsis:

Frida Murat (Jeanne Moreau), una  anciana señora estonia que emigró a Francia hace muchos años y ahora se encuentra con que la cuidará una joven emigrante de su país de origen, llamada Anne. La joven, (una mujer de cincuenta años, divorciada hace quince, cuyos hijos ya se han independizado), es contratada por Stephane (Patrick Pineau), un hombre de su misma edad. La recién llegada a París da por hecho que Frida es la madre de Stephane, aunque en realidad fueron amantes hace años; ella le regaló la cafetería que regenta, razón por la que Stéphane se siente obligado a cuidar de ella.

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Críticas:

La crítica ha recibido de forma favorable esta nueva feel good movie sobre la relación entre una anciana y una mujer más joven que actúa como acompañante.

Para Fernando López: " Ilmar Raag se inspiró en experiencias vividas por su propia madre, cuando tras la depresión y el vacío que padeció al quedar viuda a los 50, aceptó viajar a París a cuidar a una anciana estoniana adinerada y volvió convertida en otra mujer. Una transformación similar vive Anna, al tiempo que la interconexión que se establece entre los tres personajes va mostrando la gradual evolución del vínculo entre las mujeres, desnudando sus personalidades, exponiendo sus actitudes frente a la muerte y reconstruyendo sus historias en escenas tan acertadas como las que explican el porqué del aislamiento de la anciana y de su rechazo a todo lo que la liga a su país,.." /Una Dama en París. La Nación).

A Tomás Fernández Valentí "las primeras escenas de  'Una Dama en París" hacen pensar, hasta cierto punto, en el cine gélido y cruel de  Aki Kaurismaki, pero sin su sentido del humor (...) Limar Raag construye una película modesta y sin pretensiones, pero sensible y afectiva gracias, en no poca medida a su habilidad para hablar de "grandes temas" desde una perspectiva íntima y personal, cuya sobriedad de exposición y limpieza narrativa resultan de agradecer. (Estonianas y parisinas.Dirigido por..., julio/agosto, 2015).