Hollywoodland








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Ficha técnica:

Título original: Hollywoodland.
Eaís: Estados Unidos-
Año: 2006
Duración: 126 minutos.

Dirección: Allen Coulter.
Guión: Paul Bernbaum.
Casting: Joanna Colbert, c.s.a.
Dirección de Fotografía: Jonathan Freeman,
Música: Marcelo Zarvos; supervisor: Dan Lieberstein.
Editor: Michael Berenbaum, a.c.e.
Coordinadores de especialistas: Matt Birman y Cotton Mather.
Director artístico: Patrick Banister.
Decorador del set: Odetta Stodard.
Coordinador de post-producción: Peter Macmanus.

Diseño de Vestuario: Julie Weiss.
Responsable de maquillaje: Linda Dowds.
Responsable de peluquería: Jennifer O'Halloran.

Productor: Glenn Williamson.
Productor ejecutivo: Jake Myers, J.Miles Dale, Joe Pichirallo.
Diseño de producción: Leslie McDonald.
Compañías. Productoras: Miramax, Focus Features presentan a Back lot Pictures Production
Distribución video: Emon Home Entertainment.

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Intérpretes:

Adrien Brody: Louis Simo,
Diane Lane: Toni Mannix
Ben Affleck: George Reeves,
Bob Hoskins: Edgar Mannix,
Lois Smith: Helen Bossolo,
Robin Tunney: Leonore Lemmon,
Larry Cedar: Chester Sinclair,
Jeffrey Demunn: Art Weissman,
Caroline Dhavernas: Kith Hollyday,
Brad William Henke: Russ Taylor,
Dash Mihok: Sargento Jack Peterson,
Molly Parker: Laurie Simo,
Kathleen Robertson: Carol Van Ronkel,
Joe Spano: Howard Strickling,
Gareth Williams: Del,
Ted Atherton: Detective Doug Johnson,

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Sinopsis:

Hollywoodland supone una mirada hipnotizante a la fama el escándalo y la corrupción, basada en la verdadera historia del más famoso misteriosin resolver de Hollywood. Después de que la muerte del Superman de la televisión George Reeves (Affleck) fuera interpretada como unsuicidio,undetective privado extremadamente pobre,se propone demostrar que el Hombre de Hierro fue víctima deuna encerrona. Pero tan pronto como encuentra sospechosos, también se encuentra atrapado en un lado de Hollywood totalmene desprovisto de glamour, un lugar donde la verdad y la justicia no son  tan sencillade encontrar.

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Premios:

  • 2006. Festival de Venecia: Mejor Actor, para Ben Affleck.
  • 2006: Nominada a Critic's Choice Awards; Mejor Actor Secundaio para Ben Affleck.
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Críticas:

Se ha valorado la capacidad de Allen Coulter de conectar con el cine negro canónico clásico de los años que  sucedieron a aquel viernes negro en que se produjo el crack de la Bolsa de New York, que desembocó en la gran depresión que arrojó a la gente a la pobreza y produjo acampadas ilegales en el mismo Central Park. Una terrible situación que unida a algunas leyes como la Volstead (Acta de Prohibición o Ley Seca), que ilegalizó el consumo de alcohol y como consecuencia favoreció el desarrollo del sindicato del crimen, cuya riqueza y poder experimentaron un fuerte crecimiento con su contrabando, mientras las masas padecían el hambre y la desesperación. Tan pronto como el hombre pierde su memoria y olvida los estragos que produce la avaricia, que el cine americano denuncia reiteradamente en sus películas (Oliver Stone y su saga de Wall Street) la humanidad se mete desprevenida e ignorante de nuevo en un túnel negro y profundo, cuya salida todavía no vislumbramos, un nueva crisis de la bolsa, cuyo detonante ha sido (utilizo a conciencia el pretérito perfecto y no el indefinido  porque todavía estamos en ello) la caída de Lehman Brothers, uno de los mayores bancos de inversión del mundo, un lunes negro,15 de septiembre de 2008, (importante no perder de vista la fecha),  una quiebra considerada el pistoletazo de salida oficial para el mayor crack financiero desde 1929, agravada por la caída de la gran  compañía de seguros que cubría los riesgos bancarios, AIG,  que tuvo que ser rescatada, como lo fueron otras entidades financieras que cayeron antes de  Lehman Brothers, un mastodonte al que nadie podía ayudar. Una situación que amplios sectores ni comprenden ni quieren comprender, porque buscan soluciones factibles en enemigos más cercanos,  y que ninguna institución creada para velar por el dinero de todos dio la voz de alarma.

Amplios sectores de la crítica vuelven su mirada nostálgica al cine de los años 40 y 50 no exenta de romanticismo, ya que la lejanía temporal dota de un aura y un glamour notable a los delincuentes  del pasado, unas cualidades imposible de asociar a los gangsters actuales, arruinados moral y físicamente por el tráfico y consumo de drogas, algo que también denuncia Ridley Scott en American Gangster, Y no sólo valoran la atmósfera creado por el cineasta sino el trabajo de los actores, como hace Jonathan Rosenbaum, del Chicago Reader,  para quien los detalles de la época y las interpretaciones son magníficas, e incluso los personajes principales son más complejos que los de Polanski en 'Chinatown'. Para otros, como Peter Travers, (Rolling Stone), es demasiado larga e irregular y de ritmo entrecortado, pero también cáustica y poderosa. Mucho más severa, Claudia Puig, USA Today),  salva la película, con más estilo que sustancia,  casi solo por las interpretaciones, que mantienen al espectador enganchado y entretenido. Es obvio, pues que tanto a un lado como a otro del  Atlántico, más allá de la buena o mala ejecución de un film, inciden gustos personales e imposiciones ideológicas en los críticos, a pesar de que pueda darse un acuerdo de mínimos, que en alguna ocasión no se alcanza, como ocurre con La Salle (San Francisco Chronicle, para quien la película es un poco como el propio Reeves, con un comienzo prometedor que se va apagando entre la indefinición y la intriga.

En España   Carlos Boyero ( entonces crítico del  Diario El Mundo), sostenía que: "Todo resulta no ya creíble, sino también fascinante. No existen titubeos, ni confusión narrativa, ni desaliño (...) existe claridad, complejidad y talento."   E. Rodríguez Marchante (Diario ABC) "Cine negro moderno, al viejo estilo. (...) Affleck borda ese personaje tosco, voluntarioso, simpaticote " España Javier Ocaña (Diario El País) "Coulter recupera con notable pulso el irrespirable ambiente del cine negro enmarcado en Hollywood". Está claro que une a estos críticos: la nostalgia y el deseo de que se pudiera establecer el canon de obras maestras a imitar que demanda Harold Bloom, un academicismo que no siempre está bien justificado.

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Comentario:

Desde el propio título y el contexto en el que se desarrolla esta historia, basada en un buen guión, tanto en sus aspectos literarios como en sus construcciones de sintaxis audiovisual, da la impresión de que vamos asistir a una sesión de metacine, en la que una película se analiza dentro de la propia película. Pronto comprobaremos que esta idea funciona a modo de macguffin, de excusa para poner en marcha una buddy movie, estructurada en forma de secuencias alternas sin solución de continuidad que van tejiendo una trama en la que se establecen paralelismos entre la vida de un hombre muerto y otro vivo, un actor cuyas expectativas no ha logrado alcanzar y un detective que ha perdido su empleo, no tiene una nómina y ha sido abandonado por su familia, dos hombres más parecidos de lo que al principio puede parecer, cuyas vidas se van aproximando a medida que el espectador va conociéndolas a través del ojo de una cámara objetiva que lo irá conduciendo a un desenlace más lógico que demostrable, llegando al mismo convencimiento que Louis Simo, cuando las coartadas intelectuales y emotivas del protagonista se van agotando, como se han agotado las del personaje que interpreta Ben Affleck, cuyo trabajo fue muy celebrado por la prensa y premiado en los certámenes de cine.

Tanto Reeves (Affleck), como Simo (Brody) van ganando el afecto y la empatía del público, porque uno y otro son hombres normales, por mucho que el primero tenga la apariencia del triunfador, sea adorado por las mujeres y haya conseguido cierta notoriedad, mientras el otro ha perdido a su mujer, lo ha dejado su amante y en vez de un sueldo cobra una paliza de vez en cuando por meter sus narices donde no debe; son personajes tan bien diseñados, tan reales, con unos sueños y unas esperanzas frustradas en relación con las expectativas generadas cuando todavía no se tiene papada, barriga ni canas tan parecidas a las nuestras, que no tenemos más remedio que identificarnos con ellos. La comprensión de esta realidad salva a Simo de correr la misma suerte que la de Steve, cuya muerte se empeña en investigar, enfrentándose con hombres poderosos, no porque la madre, que paga la investigación, lo merezca, sino porque piensa que es de justicia hacer justicia con quien ha muerto de forma trágica y prematura.

De forma secundaria Coulter nos da algunas informaciones sobre quienes son los magnates de la industria hollywoodiense, como se intercambian cromos y amantes, hacen la vista gorda a los deslices de sus esposas, se rodean de matones nada civilizados y no les tiembla el pulso ni se les altera la piel para dejar caer a quien ellos han elevado a la cumbre o la parte más alta de un pequeño cerro, como hacen con Steve Reeves, cuando el resultado económico no es el esperado. Un mundo en el que la amistad, el compañerismo o el cariño no pueden competir con la cotización del dólar. Este es el universo en el que se van a mover, con muchas dificultades, dos hombres que quizá han soñado un sueño americano inalcanzable para ellos a causa de sus humildes orígenes que no han suplido con unas facultades excepcionales y como consecuencia se han dado de bruces en el suelo. Una historia que nos aconseja ser cautos cuando creamos expectativas propias y de los demás y que esta semana se vende en los quioscos españoles por un euro. No se puede pasar mejor una tarde formativa y barata.

Cuando la palabra FIN  clausure la película el espectador se preguntará si ha visto una película de gángsters, que abundaban en la década de los 50 del siglo pasado, o un drama humano en torno al fracaso del tan apreciado y manido sueño americano, dentro y fuera de los Estados Unidos, que no consiste en otra cosa que favorecer que todo aquel que se esfuerza por algo pueda alcanzar sus objetivos. El riesgo reside en despreciar determinadas circunstancias como la desigualdad de oportunidades, la carencia de talento, la honestidad en un mundo corrupto, en el que los hombres se tornan venales, como avisan todos los compañeros a Simo, porque  hay que pagar la hipoteca y las facturas.


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