M.A.S.H. Robert Altman





Ficha técnica:


Título original:  M.A.S.H.
País: Estados Unidos.
Año: 1970.
Duración: 116 minutos

Dirección: Robert Altman.
Guión: Ring Lardner, Jr, basado en la novela de Richard Hooker.
Dirección de Fotografía: Harold E.Stine, a.s.c.
Música: Johnny Mandel.
Editores: Danford D. Greene .
Directores artísticos: Jack Martin Smith, Arthur Lonergan.
Decoradores del set: Walter M.Scott, Stuart A.Reiss.

Supervisor maquillaje: Dan Striepike.
Estilista de peluquería: Edith Lyndon.

Productor: Ingo Preminger.
Productor asociado: Leon Ericsen.
20th Century Fox


Intérpretes:


Donald Sutherland: Hawkeye Pierce,
Elliott Gould: Trampero  John McIntire,
Tom Skerritt: Duke Forrest,
Sally Kellerman: Mayor O'Hulihan "Hot Lipes' (Labios ardientes),
Roger Bowen: Coronel Henry Blake,
Robert Duvall: Mayor Frank Burns,
Joan Pflug: Teniente Dish,
Rene Auberjonois: Padre John Mulcahy,
David Arkin: Sargento Mayor Wolker,
Gary Burghoff: Corporal 'Radar' O'Reilly,
Fred Williamson: Dr. Oliver 'Spearchucker' Jones.
Roles de los actores en Imdb.


Sinopsis:



M.A.S.H. narra las aventuras de dos cirujanos del ejército destinados a una unidad móvil médica en Corea durante la guerra. Tanto ellos como su equipo de enfermeras se toman el trabajo muy en serio pero, en su tiempo libre, las bromas constantes y la ironía hacen más llevadera la situación. (Filmaffinity) .


Premios: 


1970: Oscar: Mejor Guión adaptado. 5 nominaciones
1970: Festival de Cannes: Palma de Oro
1970: Globos de Oro: Mejor película - Comedia o Musical. 6 nominaciones
1970: Círculo de críticos de Nueva York: 2 Nominaciones.


Comentario:



M.A.S.H. es una de las creaciones más corrosivas de Robert Altman, (Short Cuts, 1993, Prét-à-Porter, 1994...). apoyada en un guión de Ring Lardner, Jr, basado en la novela de Richard Hooker e incluida en un canon que reune las 100 mejores películas de todos los tiempos.   Hacer un canon siempre es discutible y que éste esté constituido por tan solo 100 películas un suicidio, porque hay muchas más obras merecedoras de pasar a la historia y los espectadores reparten los méritos según sus gustos, inclinaciones e incluso formación, más o menos conservadora, y algunos de ellos están tanto o más documentados que quien intenta dirigirlos.  M.A.S.H. se incluyó en esta selección tan discutida, con el número 54, lo que ha provocó en su momento la ira de los espectadores que no compartían la opinión de quien tomó esta decisión.

M.A.S.H. es un acrónimo, el resultado de una sigla de la Mobile Army Surgical Hospital, de la que se derivó una serie televisiva que para diferenciarla reformularon su título como M*A*S*H. Su mayor interés radica en la fecha de su estreno, 1970, en plena Guerra de Vietnam, un conflicto bélico que enfrentó a Vietnam del Norte con una coalición que, bajo la égida de Estados Unidos, se enfrentó al Viet Cong (Frente de Liberación de Vietnam), para impedir la unificación del país bajo un régimen comunista. Una parte importante de la población Estados Unidos, la mayoría jóvenes, se posicionó en contra de esta contienda, de la que sus todavía imberbes soldados volvían en féretros. Las imágenes que proporcionaba el film de Altman eran asfixiantes; representaban en un tono entre cómico y relajado al personal médico y auxiliar del hospital del ejército, siempre amontonados en tiendas claustrofóbicas, la mitad del tiempo ensangrentados, con  sus manos hundidas en cuerpos moribundos, luchando contra una quimera que solía acabar con el triunfo de la muerte. Estas imágenes estaban soldadas con una edición que transmitía una sensación de horizontalidad, sin grandes altibajos, en la que los hombres se trasladaban de una tienda a otra sin solución de continuidad, en una composición en la que estos habitáculos ocupaban todo el encuadre y en la que se combinaban el campo/contracampo en el diálogo entre hombres y diferentes situaciones, unas cómicas otras cruentas, y las entradas y salidas teatrales de campo, un discurso audiovisual que provocó tal indignación en los sectores belicistas, que el realizador se vio obligado a introducir un cartel que situaba la acción en la Guerra de Corea, contradiciendo la percepción de los espectadores, basada en la experiencia y el conocimiento de los diferentes contextos.

Este film tuvo secuelas y grandes imitadores,en primer lugar en la serie que fue emitida por la CBS entre el 17 de septiembre de 1972 y el 28 de febrero de 1983, de la que ya hemos hablado, producida por Gene Reynolds y Burt Metcalfe. Hay quien ha querido verla como el referente más importante de la reciente película de Fernando León de Aranoa, 'Un día perfecto', que está en estos momentos en las carteleras de nuestros cines. Sin embargo nadie llegó ni ha llegado al nivel de osadía de  M.A.S.H., de antibelicismo de un film que incluye más de una secuencia francamente irreverente con la posición de las jerarquías militares e incluso eclesiásticas en los enfrentamientos bélicos, en las que algunos jefes, muy religiosos, son ridiculizados ante la tropa en el ejercicio de su desahogo sexual con una compañera (episodio protagonizado por Robert Duvall), o la presencia de pusilánimes curas castrenses a los que envían con el objetivo de legitimar las acciones de los ejércitos y  ocuparse de las almas de los que van a morir; una de las más agresivas es la de la parodia de la última cena de Cristo, interpretado por Donald Sutherland, rodeado de sus apóstoles, bendiciendo el pan y el vino, antes de que un compañero ejecute su propósito, confesado al sacerdote y los compañeros, de suicidarse al descubrir su condición homosexual, que en aquellos tiempos llamaban 'invertida'. La osadía de esta secuencia, estrambótica y delirante en sumo grado, deja en un simple juego de niños la búsqueda de una cuerda para sacar un cadáver de un pozo y poder suministrar agua limpia a la población, y pone el film de Altman a la altura de las representaciones de Buñuel al que rinde un homenaje en el cameo de la última cena de 'Viridiana' (1961); ahora hasta las tiendas de campaña militares toman otro significado.

La denuncia del sexismo en el seno del ejército alcanza las más altas cotas, al contemplar a las escasas mujeres que forman parte de sus cuadros como 'descanso del guerrero' con uniforme u objeto de sus chanzas (escena de la ducha de la enfermera-jefe, Mayor 'labios ardientes'), lo que no deja de tener su morbo y las dota de un atractivo especial para los machos, que acaban demostrando, de la manera más provocativa, que aquellos a los que llaman 'invertidos', es decir homosexuales, se pueden curar. El contacto cotidiano con la muerte va reduciendo el respeto a las normas que la sociedad se impone y que tienen vigencia en momentos de convivencia en paz; la sensación de abigarramiento y asfixia se incrementa en los núcleos urbanos cuyas casas den la apariencia de la misma fragilidad que las tiendas del improvisado hospital. Pero unos hombres que se entretienen desplazándose en helicópteros biplazas, jugando al golf en sus ratos libres, cohabitando con el personal femenino sin prejuicios (de ellos ni de ellas) con sus esposas a miles de kilómetros de distancia,que  apuestan fuerte  su dinero  y se entretienen con películas bélicas, no parecen muy entusiasmados con la idea de volver a la rutina de la vida civil que impone un trabajo reiterativo y sin sorpresas. La última secuencia de acción, un partido del deporte que mueve masas en Estados Unidos, el rugby, evidencia lo que estos hombres pueden perder al abandonar la vida militar en la que sus prácticas deportivas convierten el dopaje en un juego de niños. Unas circunstancias que explican por qué la vuelta a casa no es bien acogida por estos hombres que por  decisión del realizador se convierten, al fin, en los protagonistas de una película de entretenimiento de los soldados destacados en extremo oriente: M.A.S.H. Una reflexión metalingüista, realizada desde el propio cine, sobre el papel que juega en las zonas de conflicto el entretenimiento de los soldados con historias narradas con un lenguaje audiovisual con las que se intenta desacralizar las duras condiciones de vida de los soldados y hacer más llevadero el infierno, una artimaña, un juego de magia,  que convierte a los espectadores en esos soldados que sufren las consecuencias de los intereses que se juegan en los despachos.

Un magnífico film, una película que nos muestra la valía de este realizador y que podéis disfrutar de forma gratuita en Youtube.


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