Killers.


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Ficha técnica:


Título original: Killers.
País: Estados Unidos.
Año: 2010.
Duración: 96 minutos.

Dirección: Robert Luketic.
Guión: Bob Derosa y T.M.Griffin, basado en una historia de Bob Derosa.
Casting: Deborah Aquila, c.s.a., Tricia Wood. c.s.a. y Jennifer Smith, c.s.a.
Dirección de Fotografía: Russell Carpenter, a.s.c.
Música: Rolfe Kent; Tracy McKnight.
Edición: Richard Francis-Bruce, a.c.e., Mary Jo Markey, a.c.e.
Coordinador de especialistas: Doug Coleman y Allen Robinson.
Director artístico: James Truesdale.
Decorador del set: Anne Kuljian.

Diseño de Vestuario: Ellen Mirojnick, Johanna Argan.
Jefe de Departamento de maquillaje: Sean Flanigan.
Responsable de peluqueria: Vickie Mynes.

Productores: Scott Aversano, Ashton Kutcher, Jason Goldberg, Mike Karz
Co-productores: Harnany Perla, Karyn Spencer Murph.
Productores ejecutivos: Christopher Pratt, Chad Marting, William S.Beasley, Josie Rosen, Peter Morgan, Michael Paseornek y John Sacchi.
Diseño de producción: Missy Stewart.
Compañías. De APlaneta, Lionsgate, Aversano Films y Katalyst Films Production.


Intérpretes:


Ashton Kutcher: Spencer,
Katherine Heigl: Jen,
Tom Sellec: Mr. Kornfeldt,
Catherine O'Hara: Mrs. Kornfeldt,
Katheryn Winnick: Vivian,
Kevin Sussman: Mac Bailey,
Lisa Ann Walter: Olivia Brooks,
Casey Wilson: Kristen,
Rob Riggle: Henry,
Martin Mull: Hollbrock
Alex Borstein: Lily Bailey.


Sinopsis:


Spencer Aimesy Jen Kornfeldt son dos jóvenes que se enamoran un verano en la Costa Azul. Tres años después deciden casarse y vivir tranquilos, pero su felicidad se verá truncada cuando un asesino intenta matar a Spencer. Así, Jen se entera de que su marido es un antiguo agente de la CIA.


Críticas y comentario.


La acción comienza en Niza, Francia, un lugar clásico en las películas de espías y refugio de grandes gángsteres, a donde acude una familia burguesa, acompañada de su hija treintañera que ha roto con su anterior pareja; la secuencia que precede a los créditos y la que los incluyen anuncian una película que combina varios géneros: thriller de espías, comedia doméstica y cine romántico, y de la que se pueden extraer  varias conclusiones desde el primer minuto del film.

Primera conclusión: No viajes con tus hijos adultos, por muy agradable que pueda parecer la idea.

Segunda conclusión: las primeras imágenes son un buen ejemplo, que aun se puede observar en todas las playas, de la época del despilfarro: hoteles y bloques de apartamentos que disponen de piscinas que simulan playas, contiguas a las auténticas playas, con la diferencia de que el agua es dulce y está clorada.

Tercera: Si no tienes vestido para una cena, solo tienes que lanzarte a la calle en busca de la mejor tienda de moda, de una marca de prestigio-por-supuesto. Si eres Jen , la protagonista; en caso contrario te contentas con un traje de 'mercadito'
.
Cuarta conclusión: diferencia de criterio entre padres e hijos respecto a lo que es un buen chico.

Y la última y la peor: el deseo de las masas de imitar los comportamientos de las élites, de coger su trozo de tarta, que según los economistas de elite convierte el despilfarro en sistémico, una situación que conduce a la crisis que llena estas hermosas playas repletas de hamacas de cadáveres de refugiados hambrientos, entre los que no faltan los de algún niño. El realizador se encarga de mostrar a uno de estos paletos intentando entrometerse en la pareja formada por los 'distinguidos' protagonistas, que no tienen la mitad de carisma que los actores que intentan emular, según los críticos, a la pareja formada por Angelina Jolie y Brad Pitt en Sr. y Señora Smith. Vale la pena pagar para escuchar a Ashton Kutcher su confesión a  Katherine Heigl, una muchacha de lo más vulgar, que es agente del gobierno y que mata a personas, algo que no debe preocuparle porque son personas malas, enemigos del estado;  no personas, dice su compañero, que recuerda al galán que el mundo de la pija sólo existe gracias a ellos ¿? No se puede ser más claro y más ambiguo a la vez.

Tras este preámbulo a casi nadie le puede extrañar la unanimidad de la crítica, que ha conseguido, como lo hace pocas veces, poner de acuerdo a los profesionales de todo pelaje ideológico para olvidar toda indulgencia y machacar esta película de Luketic, en la que ciertamente ella es una pija, pero él, el peligroso agente de la CIA, es más si cabe, y los diálogos no se los traga ni un pre-adolescente. Por tanto no extraña que A.O.Scott (The New York Times) afirme que, a pesar de ser tonta, podría haber sido divertida y eso tampoco lo consigue. Da miedo pensar que en la cabeza de alguien quepa que la seguridad de un país depende de un agente como éste y el éxito empresarial de personas como su mujer; hace falta algo más que dinero para hacer dinero, recordaba un economista en Expansión. Y dinero se ha invertido en este film (75 millones de dólares), algo que se hace visible desde los títulos de crédito que parecen realizados por una oficina de marketing para lanzar fast-food para las masas.

Es necesario recordar lo que le dice el padre de su mujer al agente: "No puedes ir a cenar vestido como un chaval, así que ponte algo decente." Aceptar esto obligaria a muchos críticos a callar para siempre.Claramente, Luketic se ha inspirado aquí en Atrapa a un ladrón, de Hitchcock, afirma Nando Salà. ('El Periódico') pero el mero hecho de mencionar ambas películas en la misma frase casi resulta embarazoso. También son descarados los préstamos tomados de otras películas superiores como Mentiras arriesgadas o Sr. y Sra. Smith. Fernando López, del diario argentino 'La Nación', también se tira al deguello: "El director de origen australiano, que se dice admirador de viejos cultores de la comedia como Blake Edwards, Frank Tashlin o Richard Quine, parece haber olvidado lo poco que aprendió de ellos y que apenas mostró en Legalmente rubia (2001): a su film no solo le falta el brío que él no puede inyectarle; también le falta un guión con alguna coherencia y un mínimo de ingenio. Lo poco que resta, además de algún escenario atractivo, queda a cargo de Ashton Kutcher y Katherine Heigl, que pueden ser muy fotogénicos y a veces bastante simpáticos, pero carecen del contagioso espíritu juguetón que les ha permitido a otros comediantes salvar del naufragio a otros proyectos tan desdichados como éste." (Asesinos con mucho estilo y mucha menos gracia). De hecho, a algunos personajes entran ganas de asaltar la pantalla y cargártelos tú (en un sentido figurado del término), esos que en una situación complicada llaman y llaman y llaman a la puerta de tu casa sin cesar, hasta que la abres quieras o no, sólo que en esta ocasión les espera un asesino.

A partir del momento en que se descubre el pastel comienzan las persecuciones y las peleas que cualquier americano hace de una manera tan fácil y mecánica como un trabajador de una cadena de fabricaciones de coches o de cualquier otro producto, un hecho que parodia Charlot en "Tiempos modernos'. Llegada la hora de las confesiones, nos enteramos de cómo se reclutan los agentes de los servicios de inteligencia americanos: entre pobres niños desamparados, huérfanos, a los que acogen en su seno y enseñan a matar. ¿Fallos de guión? ¿Dónde está el fallo? Si este tipo de historias aseguran un éxito de taqulla y ese es su objetivo, al tiempo que nos aproximan emocionalmente a los pijos y a los agentes que defienden este estilo de vida, una especie de sueño americano adulterado, podemos concluir que la película es todo un éxito, que en muy poco tiempo no sólo recupero la inversión, sino tuvo un saldo positivo de más de 23 millones de dólares, y, si encima consiguen que conversaciones bizarras y marcianas sean asumidas por amplios sectores de las masas que viven diariamente una experiencia vicaria, no sólo como aceptables, sino dignas de imitación porque marcan estatus, podemos concluir que el film ha supuesto un gran triunfo para las compañías inversoras, que siguen ganando dinero con la venta de DVDs o Blu-rays y su cesión a las televisiones. Fastuoso final.





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