La batalla del río Neretva.






Ficha técnica, sinopsis. (Pinchad aquí).

Comentario.

Nos sentimos obligados a señalar la sensibilidad de algunos periódicos que, cuando se está produciendo un éxodo masivo de la población siria que huye de la guerra civil de su país, lanza un film tan emblemático como 'La batalla del río Neretva', que nos sitúa en el contexto de la guerra más cruenta que ha padecido el mundo: la mal llamada 'Guerra Mundial', la segunda, en la que no se implicaron todos los países del mundo, sino los, entonces, más desarrollados. El protagonista invisible es el esloveno Josip Broz Tito, - al que los subtítulos brindan un ¡Viva! -,  un obrero croata que se acercó al socialismo a través de la acción sindical, muy conocido en España porque  se incorporó a las Brigadas Internacionales  que lucharon contra Franco. Movilizado por el ejército austro-húngaro en la Primera Guerra Mundial, y hecho prisionero por los rusos, se unió al frente bolchevique de la revolución; al regresar a su país en 1917  actuó como agente ruso y fundó el partido comunista yugoeslavo, que lo eligió como Secretario General. Cuando en 1939 estalló la conflagración europea, pasó a la clandestinidad y organizó a los partisanos, una guerrilla compuesta por voluntarios anti-nazis, que se enfrentaron a los alemanes y a los yugoeslavos colaboracionistas, a los que venció en la cruenta batalla del rio Neretva, Este es el momento que aborda la co-producción italiana-yugoeslava-tedesca.



Desde los sectores fascistas se niega la presencia del estadista en la guerra española , según informa el periódico salmón, es decir económico,'El Economista',  que incluye el testimonio de esta fotografía del estadista formando parte de las brigadas internacionales, en las que también estuvo Hernest Hemingway, André Malroux, Billy Brandt, John Dos Passos,Pablo Neruda, Antonio Saint-Exupéry y otros muchos, desempeñando diferentes funciones y alabados o denostados según la ideología del que escribe. Lo que de ser cierto explicaría su experiencia en la guerra de guerrillas que puso en práctica con los partisanos de su propio país unos años más tarde.

Velijko Bulajic
Velijko Bujalic, un cineasta montenegrino, nacido a comienzos del siglo XX, -1928-, debutó en el cine con un film , 'Tren sin horarios', que fue seleccionada para el premio a la mejor película extranjera en la XXXII Edición del Festival de Cannes (1959), aunque el cineasta no fue aceptado como candidato; el film denunciaba la salida obligatoria de la población de sus hogares ancestrales para trabajar en nuevas tierras y extender los campos de cultivo. La película ganó el Premio del Público. Tras obtener una serie de galardones en su país y en la Unión Soviética, emprendió el proyecto de la que iba a ser la película más cara de habla no-inglesa del momento, que se encuadraba en el género partisano. 'La batalla del río Neretva', cuyo cartel fue realizado por Pablo Picasso." Algunos de los premios de cine más notables de Bulajic incluyen; "León de San Marcos en el Festival de Cine de Venecia, el premio del público en el Festival de Cine de Cannes, una Ninfa de Oro en el Festival de Televisión de Monte-Carlo, la Medalla de Oro en el Festival de película internacional de Moscú, un premio por su trayectoria en el Festival MedFilm y el prestigioso Premio Kalinga otorgado por el Director General de la UNESCO." (Wikipedia).




Actores de la talla de Yul Brinner y Orson Welles quisieron ver sus nombre  estampados en los títulos de crédito,- uno como ingeniero artificiero y el oro como político que actuaba en nombre del gobierno títere del Eje -, aunque su papel no fuera más importante que el de otros actores, que representaron el drama de estos guerrilleros, simbolizado por tres hermanos que abrazan al que cae en combate y atienden al moribundo, de forma consecutiva, hasta que sólo queda uno de ellos, sin nadie que lo consuele en este duro trance; el oficial del ejército nazi que ve la luz, huye y se integra con los partisanos, pero tampoco logra volver a casa; los amantes que se separan definitivamente; los que enloquecen; los que mueren de tifus; los que toman el mando cuando caen los oficiales elegidos entre los más cuerdos y eficientes (ganaron la batalla)...


Los chetniks


Lo más notable del film es que pone en evidencia, de la forma más descarnada, que la guerra y cualquier hecho que figure bajo la etiqueta de 'acción humanitaria' son incompatibles, algo que entendieron a la perfección los partisanos que emprendieron la marcha hacia el Neretva, llenando los caminos con largas caravanas compuestas por soldados, vehículos pesados y ligeros, máquinas de guerra, pero también hombres heridos, mujeres, niños e incluso enfermos de tifus, despreciando cualquier temor al contagio, conscientes de lo que les esperaba si los dejaban atrás indefensos y desarmados sin la tutela de los hombres y mujeres jóvenes, sanos y pertrechados con sus armas, en algunos casos muy ostensibles. Muchos de ellos vieron morir a los suyos, pero siguieron luchando , e incluso cantando y danzando para animar al resto, por un país libre de nazis. La muerte de Tito muchos años después demostró que los odios y rencores estaban tan solo latentes, pero no habían acabado con la guerra. El estado yugoeslavo era un quimera más poderosa que la utopía de la igualdad entre los hombres en la que creían los comunistas.


Chetniks y alemanes


Las cámaras nos muestran de forma efectiva e impactante, especialmente si tenemos en cuenta que la película se hizo en 1969, la destrucción que causaban las bombas de los aviones alemanes, que experimentaron en Guernica el peinado de las ciudades y el ataque a los caminos de los ciudadanos que huían de ellas. Las casas caían sobre sus habitantes, sin que el espectador sintiera el cartón piedra, y la verosimilitud de las imágenes del desastre que ocasionaban es digna de alabanza; abundan los planos generales para mostrar al espectador el éxodo masivo de la población y los combates. entre la aviación y la artillería antiaérea, así como el enfrentamiento de los alemanes, italianos y chetnicks con los partisanos de Tito y el avance ordenado de las tropas alemanas, italianas y yugoeslavas pro-nazis. Estos enfrentamientos explican las heridas que dejó abiertas esta guerra total de todos contra todos, en la que los guerrilleros llevaban la peor parte (menos armas, menos efectivos), pero ganaron el Neretva para su causa.

Los chetniks no reconocían la autoridad del rey de Yugoeslavia Pedro II  y cuando éste puso fin a la regencia del pro-nazi Príncipe Alberto apoyaron la invasión del país por el Tercer Reich alemán, estableciéndose de inmediato el Frente de Yugoeslavia. El país fue repartido entre Alemania, Italia, Hungría, Bulgaria y dos regímenes títeres: El Estado independiente de Croacia y el Gobierno de Salvación Nacional de Serbia. La guerra consistió en una contienda de guerrillas de liberación liderada por los comunistas, que se organizaron en el Ejército Partisano de Liberación, contra las fuerzas del eje y los regímenes títeres locales, en la que intervinieron los citados chetniks, (uno de cuyos jefes muere al final del film en un primer plano en un acto de patetismo heroico en el que no le sigue nadie). Estos grupo, integrados en el 'Ejército Yugoeslavo de la Patria', si bien en principio se opusieron a la ocupación, acabaron colaborando con las fuerzas del Eje y manteniendo una auténtica guerra civil con los partisanos. Fue en este momento en el que se gestó en el grupo el sentimiento anti-croata y anti-musulmán.




Es difícil de entender qué enfrentaba a unos y otros, a excepción de dos cuestiones que parecen claras: crear la gran Serbia y acabar con los comunistas; esta necesidad se sentía, con mayor o menor intensidad tanto en el eje como en el bloque aliado, razón que permitía a los chetniks colaborar con unos y otros en determinadas ocasiones, debido a su anti-comunismo, su anti-semitismo y todos los istmos, menos el nacionalismo. El film de Bulajic invita a reflexionar sobre todas estas cuestiones, y, después de verlo, a nadie puede extrañar la razón por la que su director fue premiado por la UNESCO.
Actitudes como la de esta periodista húngara nos retrotraen a unos tiempos que todo el mundo quiere olvidar, y pone obstáculos a quienes quieren pensar que la maldad no existe.



El film está integro en Youtube y fue lanzado por el diario 'El País' hace poco más de una semana, razón por la que es posible que muchos tengan la película en su casa y no le hayan prestado todavía atención MERECIDA.


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