Flor del desierto. Sherry Hormann.







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Ficha técnica:

Título original: Desert Flower.
País: Reino Unido,
Año: 2009.
Duración: 120 minutos.

Dirección: Sherry Hormann.
Guión: Smita Bhide, basado en la novela de Waris Dirie.
Casting: John Hubbard, Ross Hubbard.
Dirección de Fotografía: Ken Kelsch.
Música: Martin Todsharow.
Montaje: Clara Fabry.
Director artístico: Matthias Klemme.
Decorador del set: Barbara Herman-Skelding.

Diseño de Vestuario: Gabriele Binder.
Maquillaje y peluquería: Jenny Retzlaff.

Productores: Peter Herrmann, Susann Willmore.
Diseño de producción: Jamie Leonard.
Compañías. Productoras: Desert Flower Filmproductions, Mejestic Filmproduktion, MTM West Television & Film...; distribución: Virgil Films & Entertainment, Bac Films...

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Intérpretes:

Soraya Omar-Scego : Joven Waris,
Idriss Abdillahi Houfaneh : Anciano,
Awa Saïd Darar : Amina,
Roun Daher Aïnan : Madre Waris,
Osman Aden Dalieg  : Padre de  Waris
Liya Kebede : Waris Dirie,
Sally Hawkins : Marylin,
Meera Syal : Pushpa Patel,
Anna Hilgedieck : Muchacha en la ducha,
Lucrezia Phantazia : Chica en Boardinghouse,
Craig Parkinson : Neil,
Matthew Kaufman : gerente local de medida rápida.


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Sinopsis:

Waris Dirie, víctima de la ablación.

Flor de desierto (más cerca del cáctus que de la rosa) es la autobiografía de una joven nómada somalí que fue circuncidada a los cinco años y vendida en matrimonio a los 13 años, pero  huyó de África  y consiguió convertirse  finalmente, en  una supermodelo estadounidense . En el momento de hacer la película tenía 38 años de edad y era la portavoz de la ONU contra la mutilación genital femenina (MGF). Esta sinopsis está escrita, en parte,  por Athina para Imdb.


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Comentario:   

Liya Kebede, la imagen de  Victoria Secret, que interpreta en el film  a Waris Dirie

Sherry Hormann, directora del film

Serry Hormann, hija de un ex-gerente de la IBM, y especializada en cine de producción de diseño,como director y guionista, realizó este terrible film que dejó el testimonio más atroz de la ablación de una niña de cinco años (edad a la que se suele practicar esta carnicería) y del desconocimiento en que viven estas chicas, incluso cuando se hacen adultas, de su situación especial, que las induce al error de pensar que todas las mujeres han sufrido esta mutilación; la secuencia de la espantosa revelación junto con la de la castración, realizada por las mujeres del poblado de Somalia en el que nació, dominan el texto cinematográfico por su dureza y lo hacen imperecedero. Convertida en una top-model, pocos conocen el secreto que esconde bajo los trajes que exhibe Waris; la medicina inglesa puede llegar sólo a intervenir para evitar infecciones, pero nunca pudo ni podrá devolver a estas mujeres  lo que les fue robado.

Ante esta denuncia, que goza de cierto atractivo para el público por la belleza de la protagonista , pero que adolece, según Javier Ocaña de "la no menos típica manía de convertir la denuncia cinematográfica de una lacra social en una especie de campaña escrita por un funcionario del Instituto de la Mujer " (una descalificación en toda regla)  y de la falta de fuerza y verosimilitud narrativa, el crítico se enzarza en una reflexión que no se entiende bien: " Sherry, en lugar de relatar, huye. Cuando no sabe cómo dar sentido a una concatenación de hechos, sale corriendo con una elipsis. Maniquea y superficial, Flor del desierto sólo se salva en la insoportable escena de la ablación, sobre todo por la hiperrealista interpretación de la cría (¡esos segundos de ahogo hasta el terrible grito!), a la que parecen haber engañado con hacerle algo realmente espeluznante. Ese llanto, esa congoja de la niña actriz es lo único que resulta auténtico de una película basada en una lamentable verdad. (Verdades mentirosas. Diario 'El País, 12 de marzo de 2010.

No obstante creo que, piensen lo que piensen Javier Ocaña y E.Rodriguez Marchante sobre la verosimilitud del relato, acierta más y se acerca más al público en su pronóstico Ricardo Aldarondo cuando hace su propio relato de la experiencia vivida en el visionado del film :" Flor del desierto' nace con una doble misión: llamar la atención sobre el horror de la ablación, y contagiar un espíritu de solidaridad y coraje a las mujeres que la sufren. Su objetivo es diáfano y todo se articula en torno a la necesidad de llegar a públicos amplios y tranmistir de un modo sencillo y soportable una realidad cruda y traumática. 'Flor del desierto' se balancea entre el cuento de hadas y el cuento cruel; entre el recuerdo de una tierra hostil en Somalia que guarda tradiciones intolerables desde lo racional y otro mundo posible, el que representa la lucha de una mujer para salir adelante en un Londres en principio igualmente hostil, pero en el que aún hay esperanza. El relato verídico de la modelo que se atrevió a reconocer públicamente que era una de las víctimas de la ablación, tiene un recorrido colorista y variopinto hasta el discurso final en defensa de uno de tantos derechos humanos aplastados. Humor, ternura, golpes de buena suerte y confianza en un mundo mejor forman el envoltorio que Sherry Horman utiliza para que la píldora se pueda tragar mejor: se le puede acusarde edulcorar excesivamente esa biografía con momentos facilones pero su objetivo de tocar la fibra sensible del público y concienciar se cumple con creces." (Para interesados en los derechos humanos. Fotogramas). Si he transcrito casi entero el contenido de esta crítica es porque la comparto y además creo que , quizás sin pretenderlo, la película es difícil de olvidar e informa con una claridad pristina al público occidental qué es la ablación y qué siente la mujer cuando descubre que ha sido mutilada, un hecho que la convierte en un ser diferente al resto de las mujeres. Waris Dirie tuvo además el valor de confesarlo y ponerse al frente de la manifestación. ¿Por qué Nelson Mandela puede ser un héroe y esta mujer no? ¿Se considera la ablación una agresión menor?

Liya Kebede, la encargada de interpretar a Waris, fue la modelo negra más cotizada en el cambio de siglo, que encontró su alter ego en Flor del desierto, la película basada en la historia de Waris Dirie, que denunció en primera persona la ablación en el Tercer Mundo. Liya es una mujer modelo que ha sido embajadora de la Organización Mundial de la Salud para defender una causa: reducir el altísimo índice de mortalidad entre mujeres embarazadas del tercer Mundo." No somos conscientes, pero es la principal causa de muerte femenina en los países pobres", denuncia. " Cada año fallece más de medio millón en el parto. En el momento en que están embarazadas, ya están pensando: ¿Sobreviviré?. Es injusto. Y que la salud materna sea el último tema en la lista de la Campaña del Milenio 2015 de la ONU es una vergüenza". En 2007 fundó LemLem, una firma de ropa hecha de manera artesanal en Etiopía cuyo fin es "ayudar a las tejedoras a autofinanciarse y preservar una tradición que está desapareciendo en mi país". Prendas de mujer y de niño que después se tiñen de cool al venderse en Colette(París) o en Liberty (Londres). 

Liya Kebede encontró a Waris Dirie en 2008. Por entonces, Kebede había hecho un par de papeles en cine y optaba al protagonismo de Flor del desierto, la adaptación del best seller autobiográfico que narra el viaje de Dirie del desierto somalí a las pasarelas de todo el mundo. La protagonista desconoce la crueldad a que ha sido sometida, hasta que su compañera de piso se queda aterrada cuando ve qué significa ser una 'mujer cortada'. Muy recomendable. Flor del desierto se estrenó en el pasado festival de Venecia, unos días después de que Tom Ford exhibiera su debut con Un hombre soltero. Curiosamente fue Ford al frente de Gucci quien dio en 1999 a Liya Kebede esa oportunidad de oro que buscaba...(El País Semanal 14-03-10).



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