Loca academia de policía. Hugh Wilson.






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Ficha técnica:

Título original: Police Academy.
País: Estados Unidos.
Año: 1984
Duración: 92 minutos.

Dirección: Hugh Wilson.
Guión: Neal Israel & Pat Proff & Hugh Wilson, basado en una historia de Neal Israel & PâtProff.
Castin: Fern Champion, Pamela Basker.
Director de Fotografía: Michael D.Margulies, a.s.c.
Música: Robert Folk,
Edición: Robert Brown, Zach Staenberg,
Coordinador de especialistas: Joe Dunne.
Decorador del set: Steve Shewchuk.
Supervisión edición de sonido: Anthony Ippolito.

Diseño de Vestuario: Christopher Ryan.
Maquillaje: Ken Brooke,
Estilista de peluquería: James Brown.

Productor: Paul Maslansky
Diseño de producción: Trevor Williams.
Compañías. Productoras:  The Ladd Company., Thru Warner Bros., Warner Communications Company.

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Intérpretes:

Steve Guttenberg: Carey Mahoney,
Kim Kattrall: Karen Thompson,
G.W.Bailey: Teniente Harris,
Bubba Smith: Moses Highttower,
Donovan Scott: Leslie Barbara,
George Gaynes: Comandante Lassard,
Andrew Rubin: George Martín,
David Graf:Tackleberry,
Leslie Easterbrook: Sargento Callahan,
Debralee Scott: Mrs. Fackler,
Michael Winslow: Larvell Jones
Bruce Mahler.: Doug Fackler,
Ted Ross: Capitan Reed,
Scott Thomson:Chad Copeland,
Brant Van Hoffman: Kyle Blankes.
Brant Van Hoffman
Marion Ramsey
Georgina Spelvin,
...

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Sinopsis:

En la Academia han cambiado las normas para reclutar a la policía. El peso. la altura, el sexo, y ni siquiera la inteligencia son requisitos fundamentales.El  nuevo, torpe y variopinto grupo de reclutas forma el peor y más desmadrado  cuerpo de policías del mundo! y están dispuestos a defender la ley y el orden de la manera más cómica y caótica que puedas imaginar.


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Comentario:

La diégesis literaria o cinematográfica se complementa no solo con la experiencia y los conocimientos previos del lector/ espectador, tanto del contexto histórico-cultural y económico-social en el que se inscribe la acción, como en la plasmación en la obra de los gustos estéticos de cada época, por lo que ciertas películas de la década de los 60, 70 u 80 sorprenden al público actual, bien por trasgresoras, bien por los tímidos avances en la consecución de ciertas reivindicaciones. Choca ver fumar a los actores, incluso en primerísimo primer plano, o a ciertos hombres plantearse cómo conseguir el divorcio asesinando a la mujer legítima, como hace Jack Lemon en 'Como matar a su propia esposa. Pero también es curioso observar la democratización de las fuerzas de orden público, que se abren a toda la sociedad en una película que contiene gags inolvidables como 'Loca Academia de Policía' de Hugh Wilson.

Escritor, director y productor de cine, Hugh Wilson es conocido como creador de la serie WKRP en Cincinnati y director de comedias populares como la que inicia este film que ahora presentamos, entre otras razones porque lo ofrece la prensa este fin de semana por el módico precio de 1 euro, una oportunidad para darlo a conocer a las generaciones que no habían nacido cuando se estrenó. La película comienza con una leyenda que informa al espectador de que "el 14 de marzo de este año, la recién elegida alcaldesa Mary Sue Beal anunció que pensaba cambiar los sistemas de reclutamiento para la policía de la ciudad. Desde ahora la estatura, el peso, el sexo, la educación y la fuerza física no servirían para excluir nuevos reclutas de la Academia de Policía Metropolitana. Centenares de personas que jamás soñaron con ser agentes de policía se inscribieron enseguida. Naturalmente, los mandos de la policía se lo tomaron muy mal."

Desde la primera secuencia Carey Mahoney ( Steve Guttenberg) protagoniza las secuencia más bizarra y que ha perdurado más tiempo en el imaginario colectivo, como el célebre aparcamiento de un coche conducido a dos ruedas en un parking completo, para complacer a un jefe y a un cliente que demandan del empleado lo imposible. A partir del momento del reclutamiento de un cuerpo de reclutas heterogéneo se sucederán situaciones chuscas en las que los peor parados serán los jerarcas del cuerpo. Una comedia como éstas exige un final más o menos feliz, en el que lo importante no es la denuncia, sino la celebración de que por fin se abre a todo el mundo y convierte las comisarías en auténticas células sociales que recogen la antorcha en una de las mejores series que se han hecho para las televisiones: 'Canción triste de Hill Street' (1981). Cuando se estrenaron estas series y películas el público tardó en entender que estaba ante un revolución que se producía en las pantallas y que reunía en el pequeño espacio de las comisarias a hombres y mujeres de cualquier raza y complexión física, que se completaría con la llegada de un agente mitad humano-mitad ciborg: Robocop (1987).

El éxito de la saga fue tal que se hicieron hasta seis secuelas y a nadie debe extrañar que un día cualquiera se anunciara un remake o una secuela nueva adaptada a los nuevos tiempos, aunque serían un poco más difícil de digerir por la sociedad ciertos gags en torno a una situación consolidada en los cuerpos de policía de cualquier parte del mundo y que ha dado series como The Wire y cientos de películas en los que la raza o la condición sexual no son un obstáculo para ejercer la profesión. Las situaciones son tan rocambolescas que no han perdido actualidad.



 

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