No tan duro de pelar. Steven Brill.

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Ficha técnica:

Título original: Drillbit Taylor.
País: Estados Unidos.
Año: 2008.
Duración: 105 minutos.


Dirección: Steven Brill.
Guión: Kristofor Brown y Seth Rogen, basado en una historia de Edmon Dantes y Kristofor Brown & Seth Rogen.
Casting: Juel Bestrop, c.s.a. & Seth Yanklewitz, c.s.a.
Dirección de Fotografía: Fred Murphy, a.s.c.
Música: Christophe Beck; supervisor: Manish Raval y Tom Wolfe.
Edición: Thomas J.Nordberg.

Diseño de Vestuario: Karen Patch

Productor: Judd Apatow, Susan Arnold, Donna Arkoff Roth.
Productor ejecutivo: Richard Vaner.
Co-productor: Christofor Brown.
Diseño de producción: Jackson DeGovia.
Paramount Pictures, Apatow Roth/Arnold Production.

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Intérpretes:

Owen Wilson: Drillbit Taylor,
Nate Hartley: Wade,
Troy Gentile: Ryan,
Ian Roberts: Jim,
David Dorfman: Emmit,
Alex Frost: Filkins,
Josh Peck : Ronnie,
Danny McBride : Don,
Stephen Rooth: Pincipal Doppler,
Lisa Ann Walter : Dolores,
Beth Littleford: Barbara

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Sinopsis:

El paso de una etapa educativa a otra superior, que generalmente conlleva un cambio de centro y que es sentido como la superación de una nueva etapa hacia la madurez por los adolescentes, conlleva con frecuencia el acoso escolar de los matones del centro. Esto es lo que les ocurre a Ryan, Wade y Emmit, que dicen contratar a un guardaespaldas de poca monta, Drillbit Taylor, intgerpretado por Owen Wilson. De pronto la expectativa de iniciar la mejor etapa de su vida los conduce a un  auténtico infierno.

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Críticas:

La crítica acogió mal el film producido por Apatow y dirigido por Steven Brill, atribuyéndole la peor calificación. Una situación similar a 'Escuela de Rock' de Richard Linklater, con resultados bien diferentes. Ha sido calificada por Francisco Marinero, del diario 'El Mundo' de lamentable; de torpe y poco ingeniosa por Claudia Puig de USA Today; de narrativa repetitiva por Richard Schickel de Time...

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Comentario:

Steven Brill, realizador mediocre de Mr.Deeds o Movie 43, apoyado por Apatow,  estruja la popularidad alcanzada por Owen Wilson tras su co-protagonismo con Ben Stiller en una de las comedias más desternillantes de comienzo de siglo, Zoolander, (2001) , dirigida por el célebre cómico que ha encarnado con frecuencia el papel principal en las mejores comedias norteamericanas de los últimos tiempos, el propio Stiller Pero el resultado da poco jugo, por razones muy diversas, entre ellas la banalización del acoso escolar que padecen adolescentes y jóvenes en su carrera discente y los traslados de centro que conlleva. La confusión que arrastra a su personaje a desempeñar por error el papel de profesor sustituto evoca el trabajo de Black Jack en 'Escuela de Rock', dirigida por Richard Linklater en 2003, pero la sustitución de un roquero por un desertor del ejército pacifista y el menor carisma de Wilson frente a Black, redundan en un producto sin interés, con demasiados golpes entre adolescentes, una destrucción indiscriminada y la intervención de una banda de ladrones poco creíble.

No obstante la combinación de golpes, el enfrentamiento de frikis y jóvenes hercúleos de gimnasio y el poder de seducción de la violencia para ganarse la admiración de las chicas, a pesar de la mediocridad de un guión fabricado para llenar el cine de adolescentes, es posible que tenga su público, porque utiliza sin pudor, colocándose al nivel intelectual de quien está creciendo, todo aquello que preocupa y determina a los más jóvenes, unos elementos que bien utilizados hubieran dado lugar a una gran película, sobre los momentos en los que se produce la transición de la niñez a la juventud, la antesala de la madurez, que  determinan los caracteres y favorecen el nacimiento de ciertas inseguridades que a muchos jóvenes les van a perseguir toda su vida y de los que se erige en representante Wade, interpretado por  Nate Hartley, un chico estudioso, flacucho y con gafas, depositario de las iras y objeto de discriminación de los matones que dominan en la sombra al resto de sus compañeros que ,mantienen una cerrada omertà o ley del silencio ante profesores y equipos directivos de los centros. El film señala algo que no es del todo incierto: el interés de algunas mujeres por los presidiarios, que explica el look carcelario de muchas estrellas de la canción pop o rock, y la profusión de tatuajes que, en otros tiempos, caracterizaron a los recluidos en las cárceles.