Lo que piensan las mujeres. Ernst Lubistsch.




Imagen propiedad de Juanma Pastor, Tanja Fushberger y Rosa Labrandero




Ficha técnica:


Título originañl: That Uncertain Feeling.
País: Estados Unidos.
Año:1941.
Duración: 84 minutos.

Dirección: Ernst Lubitsch.
Guión: Donald Ogden Stewart. adaptación por Walter Reisch de la obra de teatro de Victorien Sardou y Emile de Najac. Escrito
Dirección de Fotografía: George Barnes.
Música: Werner R.Heymann.
Editor: William Shea.
Director artístico: Alexander Golitzen.
Decorador del set: A.E. Freudeman.
Técnico de sonido: Arthur Johns.

Productor: Ernst Lubitsch.
Compañías:United Artists, Lubitsch-Lesser Productions.


Intérpretes:


Merle Oberon: Jill,
Melvyn Douglas: Larry,
Burgues Meredith: Sebastian,
Alan Mowbray: Doctor Venhard,
Olive Blakeney: Margie,
Harry Davenport : Jones,
Sig Rumann: Kafka,
Eve Arden: Sally,
The Butler: Richard Carle.



Sinopsis:


Una pareja no puede ser más feliz, excepto por la incapacidad de dormir de ella y sus ataques de hipo. A ello se suma que ella conoce a un extraño pianista, al que le unirá una fuerte amistad.



Breve comentario:


Un film de 1941, cuando el Código Hay que introducía la censura y dividía la historia de una manifestación artística reciente y poderosa en obras pre-code y posteriores al establecimiento de estas reglas. A pesar de la resistencia y la permanencia de cierta inercia, el código  acabó por imponerse, y su espíritu sigue flotando en el ambiente. Las reglas de este código intentaban unificar las películas que se iban a proyectar en todos los estados y no dejar a su criterio la censura de las mismas. El 6 de enero de 2013 introducíamos esta información en el blog, y ante este film de Lubitsch que se salta algunas de ellas, es interesante conocer el ambiente en que el director judio-alemán, que tuvo que huir de su país, como tantos otros, tras el nacimiento del III Reich en 1933,  hizo su película, mientras su país se desangraba en la guerra más cruenta que ha conocido la humanidad: George Stevens tras conocer la magnitud del holocausto no volvió a hacer más comedias, y menos tan desenfadadas como éstas.

El Código se dividía en doce apartados que contemplaban espacios tan variopintos como el tráfico de drogas, el uso de bebidas alcohólicas, asesinatos, expresiones vulgares, profanas u obscenas (Incluyendo ejemplos) sentimientos nacionales y respeto a las banderas, títulos de películas, reverencia a los ministros de culto o celebraciones religiosas y temas repelentes como ejecuciones, torturas, brutalidad o esclavitud y operaciones quirúrgicas.

Tras un prólogo que ensalza el 'carácter sagrado' de la institución del matrimonio y el hogar, se enumera todo aquello que no debe ser tratado en una película: 

  • El adulterio no debe ser tratado explícitamente, ni justificado, ni presentado bajo un ángulo atractivo. 
  •  Las escenas de pasión no deben ser introducidas si no son absolutamente esenciales en la intriga. 
  • No se mostrarán besos, abrazos demasiado apasionados, poses o gestos sugestivos. 
  • La seducción, la violación, no deben mostrarse nunca de forma explícita. No son temas a tratar en las comedias. 
  • Las perversiones sexuales, sobreentendidas o no, están prohibidas. 
  • La trata de blancas, no debe ser tratada. 
  • La miscegenación o relaciones sexuales entre individuos de razas diferentes, está prohibida.
  •  Los órganos sexuales de niños no se enseñarán nunca. 
  • Los partos no se mostrarán, ni de hecho ni en silueta. 
  • La higiene sexual y las enfermedades venéreas no son temas de representación cinematográfica.

En cuanto al vestuario se estipula lo siguiente:

  • El desnudo integral no se admite en ningún caso. 
  • El desvestimiento/quitarse la ropa, se debe evitar si no es indispensable para la intriga. 
  • Las exhibiciones indecentes y ordinarias están prohibidas, así como enseñar el ombligo. 
  • Los vestidos de baile que permitan exhibiciones indecentes o movimientos inconvenientes están prohibidos. 

 Aunque este código quedó rápidamente en papel mojado, como puede observar cualquier cinéfilo atento, de momento supuso cierto freno a las aspiraciones censoras de cada estado, pueblo o ciudad, y permitía que, al menos todos vieran una película parecida, pues los cortes no afectaban  únicamente a alguna que otra imagen, sino a los diálogos, escenas o incluso secuencias enteras. En realidad lo que temían es al cine sonoro que no permitía una manipulación tan escandalosa como el silente. Se recomienda el amplio dossier elaborado por Dirigido por...(Diciembre 2012).


 

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