Sweet Home Alabama. Comentario







Ficha técnica, sinopsis, cartel, trailer. (Pinchad aquí)

Comentario:


Andy Tennant, director de televisión, cine, guionista y bailarín de Chicago que se formó en Flossmor (Illinois) , un pueblo del medio oeste de la nación, hijo de un afamado publicista, inició su carrera en el teatro, debutó en el cine con Il Takes Two (1995) y alcanzó cierta fama con 'Sólo los tontos se enamoran' (1998), Sweet Home Alabama (2002),  Hitch (2005), o The Bony Hunter (2010), caracterizándose por la selección de actores de prestigio para sus películas, entre los que destaca Reese Whitherspoon, una actriz que representa como pocas a la chica norteamericana, Willy Smith, un actor negro muy emblemático, Gerard Butler o Jennifer Aniston, todos ellos capaces de atraer hacia un cine de 'actor' a grandes masas de público.




Sweet Home Alabama es una comedia romántica muy efectiva, pues en ella su realizador ha mezclado los ingredientes más eficaces para generar sensaciones y despertar emociones en el público, pero, a la vez, trufada de trampas dialécticas de todo tipo, clichés más inofensivos y lugares comunes interesados. La protagonista es una chica de pueblo, y no de un pueblo cualquiera, sino de un enclave de Alabama, poblado por aquellos que perdieron la Guerra de Secesión y todavía no lo han asimilado. Quien dejó su pueblo natal hace siete años triunfa en el estado de New York, la capital de los negocios de los Estados Unidos, donde se concentra la cultura y brilla la intelligentsia, un lugar donde siempre sacan mayoría los demócratas, a los que la película presenta como soberbios y altivos, cebándose especialmente en la madre del prometido de Melanie (Reese Whiterspoon), Andrew  Hennings (Patrick Dempsey), alcaldesa de la ciudad más importante del mundo, interpretada por una magnífica y estupenda Candice Bergen. La trampa consiste en oponer a este chico uno más atractivo que él, Jake Perry, interpretado por un doble de Paul Newman, Josh Lucas, un joven de unos ojos de color azul intenso . Así pues. juega con  todos los elementos para hacer emerger los sentimientos más sentimentales de su público.



Pero el subtexto es mucho menos inofensivo como hemos señalado antes. Aunque el film parece un homenaje al amor romántico, al que ha difundido la cultura emanada  por la sociedad patriarcal en todas sus manifestaciones culturales, (literarias, pictóricas, audiovisuales) durante siglos, hay algo que está funcionando en el umbral de la conciencia de los espectadores y a lo que también dará satisfacción el realizador. ¿Puede un hombre o una mujer abandonarlo todo por otro hombre o mujer, cuando el ser humano conoce por experiencia que el amor pasional no dura toda la vida? Melanie tomará una decisión, desde una experiencia profesional exitosa, y, a pesar de que Jake es como el pirata de Espronceda, un individuo que cree puede tener raíces, pero también alas, y para el que su verdadera patria es una avioneta que se desplaza en la dirección que él mismo proyecta, para conseguir a la chica ha procurado hacer una fortuna para poder ofrecérsela a su princesa.

El film también informa de algo que poco a poco van aprendiendo los hombres y mujeres de cualquier latitud del mundo en el que vivimos: que al igual que ocurre en muchos países europeos en los que se dan tendencias segregacionistas, separatistas, o independentistas, los norteamericanos tienen el mismo  problema con su precaria unión, que parte de la Guerra de Secesión en la que los yankees vencieron a los estados confederados del Sur, en gran parte de ascendencia española, poderosos hacendados propietarios de ejércitos de esclavos negros que sostenían una economía esclavista y se resistían a la innovación que venía del Norte y del Este. Esta película, como tantas otras, demuestra que todavía no han superado esta humillación. El año pasado, es decir en 2015, el Tribunal Supremo prohibió finalmente el  uso de la bandera confederada en las matrículas de los coches, símbolo de grupos supremacistas y del poder blanco, considerada racista, tras una serie de hechos luctuosos. Así pues, el film no es tan inocente como parece, y tras una patina romántica, hay un ataque a los demócratas norteamericanos, y no a los políticos en general. Claro y evidente. Enfrentar la sencillez de la 'gente', que tiene mucho que ver con la falta de formación, la espontaneidad, la cerveza frente al vino exquisito, el vaquero frente al brillante y el glamour, siempre da buenos resultados de taquilla, aunque responda al tópico y la manipulación.




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