La Venganza de los Zombies.Paul Maslansky,






Ficha técnica, intérpretes, sinopsis, críticas. (Pinchad aquí)


Comentario.

El film que dirige Paul Maslansky es un claro paradigma del cine Blaxpoitation o Filmes de explotación negra, un movimiento cinematográfico que nació en Estados Unidos en la década de los 70, con la comunidad afroamericana como protagonista principal, y que supuso, en su momento, un boom de cine negro con bandas sonoras de conocidos artistas de la época, cuya escena más clásica es la persecución de coches por la ciudad con música funk de fondo, algo que no ocurre en esta película de carácter rural, cuya historia se desarrolla en una pequeña ciudad  en un lugar indeterminado e incorpora un elemento inédito en el cine negro: los vampiros, aunque la aparición de los arrastrados o muertos vivientes enraíza en zonas como las islas Haiti, donde nace el vudú, un aspecto que cuajó en el giallo italiana y en especial en las películas de Lucio Fulci. La audiencia potencial era de raza negra urbana, y en este tipo de cine suelen coincidir varios subgéneros como el 'sexplotation', el 'stoner' o el 'shock exploitation', y estas peculiaridades hicieron que este cine fuera relegado a un ghetto que recibió el nombre de race movies.






La caracterización de estos personajes dan buena prueba de los recursos de que se disponía y del resultado cómico de la conversión de  unos jóvenes en muertos-vivientes con tan solo ponerles unas cazuelitas metálicas en los ojos y unos velos por encima del cuerpo, que dejaban ver un cuerpo cuyos músculos y costillas estaban burdamente dibujados; el pelo de espumillón de Navidad blanco que la medium luce a modo de cabellera, algo nunca visto, y el disfraz del mago redondean el esfuerzo por construir los personajes más bizarros que ha conocido el cine, que no sólo caminan despacio, sino desganados. La vengadora, una mujer cuyo amante ha sido asesinado por un grupo de mafiosos locales del pueblo, es la encargada de poner la nota sexual , provocativa y erótica, aunque su maldad es tan grande y su compasión tan pequeña. que pronto pierde todos los encantos.






Si uno aguanta hasta el final es porque la sigue la fórmula del juez en 'Mentiroso compulsivo' de Tom Shadyac (1997): por curiosa morbosidad.  Por saber hasta qué punto es capaz uno de hacer el ridículo para que se diviertan los demás a su costa. Y lo cierto es que aguantan bastante. La aparición de los zombies no produce ni risa ni temor, sino auténtica perplejidad, y las actuaciones de la villana estupor y sonrojo. Lo curioso es que muchas de estas películas, como las de Ed Wood, en las que las víctimas movían los tentáculos de un pulpo gigante y se auto-estrangulaban, porque el bicho había fenecido en la primera secuencia, acaban convirtiéndose en películas de culto. ya que es más fácil hacer las cosas bien que hacerlas tan rematadamente mal, lo que dota a estos productos de cierto 'encanto', pocas veces logrado. El objetivo finalmente se cumple: el criminal nunca gana, a costa de lo que sea.



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