Premonición. Sam Raimi.








Ficha técnica:

Título original: The Gift.
País: Estados Unidos.
Año: 2000.
Duración<.

Dirección: Sam Raimi.
Guión: Tom Epperson, Billy Bob Thornton.
Casting: Deborah Aquila.
Dirección de Fotografía: Jamie Anderson.
Música: Christopher Young.
Edición: Arthur Coburn, Bob Mueawski.
Decorador del set: Marthe Pineau.

Diseño de Vestuario: Julie Weiss.
Maquillaje: Chris Varovsky.

Productores: James Jacks, Gary Lucchesi, Tom Rosenberg.
Productores ejecutivos: Sean Daniel, Gregory Goodman, Ted Tannebaum, Rob Tapert.
Diseño de producción: Neil Spisak.
Compañías. Productoras: Lakeshore Entertainment, Alphaville Films.


Intérpretes:



Cate Blanchett : Annabelle 'Annie' Wilson,
Giovanni Ribisi :  Buddy Cole,
Keanu Reeves : Donnie Barksdale,
Katie Holmes : Jessica King,
Greg Kinnear : Wayne Collins,
Hilary Swank : Valerie Barksdale,
Michael Jeter : Gerald Weems,
Kim Dickens : Linda,
Gary Cole : David Duncan,
Rosemary Harris : Granny de Annie.


Sinopsis


Tras la desaparición de Jessica King (Katie Holmes), la policía es incapaz de hallar pistas que revelen su paradero. Su padre, desesperado, decide recurrir a Annie Wilson (Blanchett), una viuda que posee poderes psíquicos especiales y que se gana la vida echando las cartas.


Comentario:


La crítica del film de Sam Raimi ha sido bastante condescendiente con este film. Premonición, como muchos otros filmes americanos denuncian sin reparos la violencia estructural, cultural y directa de la America profunda, hija de la limitación de recursos para vivir una vida digna, que generalmente desemboca en la violencia directa contra las mujeres o los niños, mientras la sociedad, ignorante y llena de prejuicios, prefiere mirar hacia otra parte. Una viuda, Anni Wilson, aprovecha sus dotes premonitorias para llevar un complemento económico a su familia; en un núcleo pequeño de población, donde todos se conocen; un sacerdote o una mujer con poderes adivinatorios son los apoyos necesarios para que los vecinos se desahoguen e intenten buscar un pequeño sostén a sus miserables vidas. Las mujeres son maltratadas por sus maridos o amantes, los niños sufren los abusos sexuales de sus padres, pero, aunque muchos observan las palizas brutales, que llegan incluso al homicidio, todos justifican en mayor o menor medida al agresor.

La protagonista va resolviendo la investigación de la desaparición de una chica porque conoce muy bien a los miembros de la comunidad; especialmente Donni (Keanu Reeves) es un hombre muy machista y violento, que propina tremendas palizas a su mujer, por lo que es un candidato perfecto para cargar con la culpa. Anni deberá soportar todo tipo de presiones, humillaciones y amenazas, que incluyen a sus hijos, por parte de las instituciones judiciales y policiales, y las agresiones verbales del pueblo, a causa de su colaboración en el descubrimiento del cadáver. Pero Danni no es el único violento, hay otros, de mayor nivel cultural, como el fiscal y el director de la escuela, cuya posición y prestigio les obliga a actuar con más discreción.

A pesar de todo ella también se equivoca, pues sus dotes adivinatorias son escasas, y no sabe ver en primera instancia al asesino, ni las causas de la depresión de un joven, del que abusa el padre, y cuya historia acabará en tragedia. Sam Raimi, como muchos otros cineastas norteamericanos, aborda el problema de la violencia de género y del temor constante en que viven muchas mujeres, entre ellas la protagonista, cuyo máximo pecado es la de consolar, a cambio de una pequeña retribución, a gente necesitada de ayuda que no puede solicitar el servicio de psiquiatras y psicólogos, como la alta burguesía representada por Woody Allen. La opción del thriller de terror reduce la carga de su denuncia, aunque el miedo no lo producen ectoplasmas sino hombres de carne y hueso cuyas amenazas son muy verosímiles. También nos hace sentir el miedo de los niños que entran en el mismo paquete que la madre y son objeto de las mismas amenazas. Una mujer guapa, joven, sola y autosuficiente puede romper el equilibrio de una comunidad en la que sus mujeres están acostumbradas al engaño, el palo y la humillante resignación.



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