Basilisco, el rey de la serpiente. Griff Furst.










Ficha técnica:


Título original: Basilisk: The Serpent King.
País: Estados Unidos.
Año: 2006.
Duración: 105 minutos.

Dirección: Griff Furst.
Guión: Will McCarthy y Chase Parker.
Casting: Rob Richards, Mariana Stanisheva.
Director de fotografía: Anton Bakarski.
Música: Nathan Furst.
Edición: John Quinn.
Productor efectos visuales: PJ Foley.
Supervisores efectos sociales: Ryan Spike Dauner, Daniel Dod.

Diseño de Vestuario: Irena Veselinova.

Productores: Jeffery Beach, Phillip Roth.
Productor ejecutivo: TJ Sakasegawa.
Diseño de producción: Mitko Mitev.
Compañías.Productoras: Universal, Sci Fi Pictures.


Intérpretes:


Jeremy London: Harry,
Wendy Carter: Rachel,
Cleavant Derricks: Coronel Douglas,
Griff Furst: Rudy,
Sarah Skeeters: Sierra,
Stephen Furst: Carlton,
Yanci Butler: Hannah.


Sinopsis:

Un arqueólogo llamado Harry McColl descubre un antiguo tesoro en Libia y decide llevárselo a su museo en Colorado. No sabe que al hacerlo, acaba de liberar al basilisco, un monstruo mitológico con forma de serpiente capaz de petrificar a las personas. La serpiente es guardiana de una reliquia y no parará hasta recuperarla.


Crítica:

Griff Furst es el responsable de una de esas películas que no le gustan nada al público ni a los espectadores, pero que puede levantar pasiones entre los más frikis, con películas como I Am Omega ( 2007 ), 100 Million ( 2008), Volvesbayne (2009), Mandíbulas 3 (2010), El tiburón del pantano (2011), y otras películas cuyos títulos inducen a pensar en cine exploitation de terror.

Si sirve de algo es para dar a conocer al público ese monstruo mitológico, el basilisco, un ser mitológico, una criatura capaz de paralizar a sus víctimas con un veneno y que las convertía en piedra con solo mirarlas. Un ente descrito en la Biblia y por Plinio el Viejo,en su Naturalis Historia,  que cuentan que el primero de estos monstruos nació de un huevo de gallina incubado por una serpiente. En el film podía ser eliminado colocándole una serie de espejos en los que pudiera verse, o si era atravesado por la mirada del ojo de la Medusa. Al final muere de forma bien diferente, aunque sirviendose de algunos recursos de la tradición.Lo mejor del film es la última imagen, en la que uno de los personajes negocia la forma en que van a repartirse la piel del oso antes de cazarlo, un vicio muy habitual en los últimos tiempos.

Estos días se puede ver en algún canal esta película hecha para la TV. Una oportunidad que algún padre puede aprovechar para instruir a sus hijos sobre criaturas mitológicas, pero que les puede matar, no con la mirada, sino de aburrimiento.







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