Bella y perdida. Pietro Marcello. Crítica.





BELLÍSIMA METÁFORA DE LA NATURALEZA DE LA CONDICIÓN HUMANA.



Carteles, Fotografías, Ficha técnica y artística completas, sinopsis, notas de prensa, trailer. (Pinchad aquí).


FECHA DE ESTRENO: 5 DE AGOSTO DE 2016


Crítica.



No son pocos los críticos que han preferido integrar esta joya inusual en el grupo de las fábulas, un género literario que cede la palabra a los animales, en estos tiempos, en los que, al perecer, todavía queda alguien con un resto de inocencia en nuestro mundo cargado de cinismo que llega hasta la misma entrada de la cueva del troglodita Gesuino, al que Tomasso legó su herencia más valiosa, confiando en que la inclinación a la poesía del pastor sería su salvaguarda. Pietro Marcello se formó en la radio, comenzó su carrera como documentalista y trabajó en una ONG, una carrera vital que se refleja en esta película, en la que busca esos restos de candidez y honestidad entre los pastores, mucho más cercanos a los animales de los que cuidan, que a la populosidad de las ciudades. En este tercer largometraje que realiza tras un documental financiado por la Fundación Jesuíta San Marcelino, 'La boca del lobo, que ganó el Festival de Cine de Turín, recibió el Nastro d'Argento, el David de Donatello y el premio Vittorio de Setta al mejor documental y dos nuevos largometrajes del género sobre el cine, 'El silencio Pelešjan', y 'Marco Vellocchio', que presentó en 2011, le toca el turno a 'Bella y perdida', en la que un personaje enmascarado busca al 'hombre', acompañado de un búfalo al que se ha dotado de la capacidad del lenguaje.

En Bella y perdida, un film mutirreferencial, que bebe del documental y el género fantástico y de ficción, que carece de prejuicios en el uso del lenguaje audiovisual, cargado de símbolos y alegorías, el realizador evoca a su antepasado, el historiador Salustio, que en el comienzo del retrato del conjurado Catilina, equipara al hombre con el resto de los animales. Los seres humanos, a pesar de empeñarse en aventajar a los brutos, pasan su vida en silencio, doblegados hacia la tierra y sometidos a sus apetitos, sentencia.  Ahora, Pietro Marcello convierte a un búfalo en una especie de dopplegänger benigno de Pulcinella, un enmascarado que simboliza la tradición de Campania (Sur de Italia); el primero, orgulloso de ser un ser irracional en un mundo que  niega a los suyos el alma; el segundo un enmascarado, una figura oscura, que escucha a los muertos para poder hablar con los vivos y recibe órdenes de lo más alto sin entenderlas. Ambos comparten el destino del siervo:el animal el de los mortales, el hombre de los inmortales. 

El film está construido en forma de un gran racconto, que comienza con un flashforward, en el que el director nos introduce en el relato a través de una puerta en la que debemos ceder nuestra mirada a la de la cámara, ubicada a la altura de los ojos del supuesto animal, que produce un balanceo inusual de las imágenes que se acompasan al movimiento de la cabeza, un lento caminar acompañado con algún que otro resoplido y unas pisadas que  emiten un sonido semejante a los cascos o las pezuñas de los animales sobre un suelo asfaltado; un sonido muy parecido al que hacen más tarde los zapatos de los hombres cuando entran y salen del edificio. En esta secuencia Pulcinella entrega un documento a un funcionario, tras atravesar un estancia alargada, repleta de enmascarados que parecen monjes copistas de la Edad Media, en el que Tomasso Crestone solicita, a quien corresponda, que Sharchiapone reciba el don del habla para que pueda contar su historia y la historia del hermoso palacio perdido, que fue redescubierto y cuidado por él a cambio de nada. El animal, dotado de lenguaje ha ascendido en su escalafón y acabará demostrando, superado el juicio de Salustio, que no sólo no es inferior al hombre, sino que lo aventaja en su capacidad de raciocinio, llegando a pensar que si el ser humano desapareciera de la faz de la Tierra todo el daño que ha hecho a la naturaleza se amortizaría rápidamente y de nuevo rebrotarían los bosques y las aguas se tornarían cristalinas. 

Pietro Marcello esculpe el tiempo a su gusto. Nos devuelve al momento en que Tomasso estaba vivo, y nos va mostrando ese estado paralelo que ha padecido Italia desde la época de la República y el Imperio clásicos, cuando los matones de los patricios apaleaban hasta la muerte a los tribunos de la peble (Hermanos Graco, Clodio, y otros), una realidad que había empujado a los populares (el partido más progresista, en el que militaba Julio Caesar) a establecer la 'Inmunitas' de los que ostentaban este cargo, un privilegio que se ha extendido en la actualidad a miles de personas sin justificación. El relato audiovisual de Marcello está salpicado de gritos a favor de la 'camorra', y de manifestaciones por el dolor de sus víctimas, entre las que se encuentran muchos niños,  una perversión que prefiere ignorar Scarchiapone cuando Pulcinella intenta sacarlo de un corral en el que lo engordan para después matarlo y comérselo, magnífica sinecdoque del comportamiento de las masas, que frecuentemente se deslizan en forma de fotogramas insertos en los que el cachorro es sustituido por la manada que camina hacia su destino terrible e  inexorable. 

Pietro Marcello anima su relato con un punto de vista cambiante, que va pasando del ojo de la cámara a Pulcinella, el búfalo, Tomasso Crestone, que dialoga con su entrevistador, ¿el propio público?, o una mujer de elegante expresión que se convierte en el referente humanista de su clase, que recita un texto muy oscuro, en el que ronda en torno a lo mismo y advierte de la existencia de un misterio oculto que defiende la naturaleza de los hombres, que no debe ser destruido Todos estos observadores de la 'realidad' ponen en evidencia que la barrera entre el bien y el mal no es tan evidente, y en su viaje en busca del 'hombre', emulando a Diógenes, el enmascarado y su cachorro de animal descubrirán que incluso quienes hacen poesía caen en la sordidez más absoluta y consiguen, no sólo que los 'brutos' hablen, sino también que lloren, que las calles vomiten basura y los mafiosos saqueen y destruyan el patrimonio de sus antepasados.

El film es mucho más rico en lecturas, y no es difícil pronosticar que seguirá el ciclo completo de una película, que comienza en la sala de proyecciones y termina en el aparato reproductor de DVD y Blu-ray de los amantes del cine, que deseen disfrutar de este film y entender, al fin, merced al recurso de la 'moviola', qué ventana nos quiere abrir al mundo Pietro Marcello con esta bonita cinta. Buena falta nos hacía una reflexión europea que complementara las rotundas y arriesgadas aproximaciones a la realidad del cine americano, por mucho que se vistan de la ficción más absoluta. Las flores, al contrario de lo que piensa Luís de Pares, pueden surgir tanto en los bordes de las carreteras (los márgenes del cine), como entre las heridas del asfalto por el que circulan los vehículos, con independencia del volumen de su financiación. Hay que tener sensibilidad y maestría, dos cualidades en las que abunda Pietro Marcello.



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