The Bunny Game. Adam Rehmier










Ficha técnica: 


Título original: The Bunny Game. 
País: Estados Unidos. 
Año: 2010. 
Duración: 76 minutos. 

Dirección: Adam Rehmeier. 
Guión: Adam Rehmeier y Rodleen Gestic, basado en una historia de ambos. 
Dirección de Fotografía: Adam Rehmeier. 
Música: Adam Rehmeier; Harassor. 
Edición: Adam Rehmeier. 

Vestuario : Rodleen Gestic

Productores asociados: Sarah Rehmeier.   
Death Mountain Productions. 


Intérpretes: 


Rodleen Gestic: Bunny, 
Jeff Renfro: Hog, 
Drettie Page: Martir. 
Coriander C.Womack: Víctima. 
Loki Belt Whip John. 
Curtis J.Reynolds: Depredador John. 

Sinopsis: 


Narra la historia de una prostituta cocainomana hollywoodiense, que es secuestrada por un camionerao durante cinco días y sometida a todo tipo de humillaciones y torturas.  


Comentario: 


Un día en el que la canícula adormece los ánimos, sólo apetece encerrarse en casa al lado de un ventilador o con el aparato de aire acondicionado en la estancia, tras ver la programación de las diferentes cadenas , te diriges a un comercio especializado y revolviendo por todas partes encuentras una película cuya carátula afirma en su parte posterior, la que incluye datos del film que " la ópera prima de  Adam Rehmeier es, según Complex Magazine una de las películas más turbadoras de todos los tiempos "; Omar Parra afirma en TerrorWeekend que es una lección de cine transgresor e innovador; una peli-escándalo en la línea Irreversible, A Serbian Film o The Human Centipede 2 (hasta ahí no llegué, con la 1 tuve bastante). En nuestro pot e 7 de enero de 2013 decíamos:


Filmada en blanco y negro para relegar la imagen a lo más primario,  sin elementos que desvirtúen con connotaciones o significaciones complementarias la historia descarnada que quieren transmitir el realizador. su guionista y la actriz principal, en este mano a mano que se han montado en el que unos pocos lo hacen y controlan todo, la película advierte ya desde el primer fotograma de qué va la cosa, y el que sigue atento a la pantalla sabe ya a qué se expone. Sexo explícito no deseado, humillado, corrompido por el dinero necesario para volver a comprar cocaína, arreglarse un poco, mear en la esquina y volver a empezar. En un primer momento estas imágenes tan sórdidas impactan, pero en su repetición ad infinitum pierden efectividad, agobian y cansan. Estoy de acuerdo con el propio Adam Rehmeier cuando afirma que al final importa poco cómo acabe la historia, el espectador, y al parecer él mismo, sólo desean que se acabe la tortura, en la ficción y en la realidad. 

Se debaten algunos sobre cómo llamar al género en que se debe encuadrar este film, -torture porn, gore psicológico...-; no importa, de verdad, lo que más escalofríos produce es la sensación que empieza a invadirte de que más que contar una historia los realizadores se están regodeando en ella, extendiéndola más y más y torturando a un público desprevenido. Lo que si han conseguido Rehmeier y Gestic es llamar la atención, sobre su cine y su música, usando algo que no es nuevo: el escándalo. Implacable, así ve el director su obra; increíble e innecesaria son quizás dos adjetivos más adecuados. Hay quien defiende que la vida es así, y no podemos vivir de espaldas a ella, pero si este aserto fuera cierto, personajes como Hog no hubieran llegado a edad tan avanzada, humillando y chuleando a mujeres desamparadas. Mucho antes hubieran encontrado en el camino la horma de su zapato, porque un colaborador necesario de sus salvajadas es la soledad y lugares donde puede tener malos encuentros, como le ha ocurrido a la chica. 

Al parecer fue censurada en Reino Unido por la British Board of Film Classification (BBFC), que en principio se planteó suprimir alguna imagen o secuencia, pero, dada la multiplicación de estas imágenes y sudispersión por toda la cinta, hubieran tenido que cortar la película en sutotalidad; no existe un solo fotograma que no seainsano. Sin apenas diálogos, toda la emoción se pretende conseguir pasando el mismo cuchillo mil veces por la misma cara o acercando el mismo soplete y la misma marca de ganado por la espalda de la víctima. Y que nadie se preocupe por el spoliler, hay muchos más tics repugnantes y repetidos hasta incrustarse en el cerebro, entre los que se incluye el asqueroso reclamo sexual con la boca de un viejo de cuyo cuello cuelga un crucifijo. Si lo que se pretende es dejar con mal cuerpo al espectador, hay múltiples films que querrás olvidar nada más haberlos visto. Con el trailer (YouTube) sobraba.

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