Los caballeros blancos. Joachim Lafosse.





Ficha técnica:

Título original: Les chevaliers. blancs.
País: Francia.
Año: 2015.
Duración: 112 minutos.

Guión y dirección: Joachim Lafosse.
Casting: Gigi Akoka, Amine Louadni.
Dirección de Fotografía: Jean François Hensgens.
Edición: Sophie Vercruysse.
Decoración del set: Delphine de Casanove.

Diseño de Vestuario: Pascaline Chavanne.
Maquillaje : Ghislaine Nejjar.

Productores: Jackes Henry Bronckart. Olivier Borckart, Sylvie Pialat.
Productores asociados: Gilles Sitbon, Alex Verbaere, Arlette Zylberberg.
Productores ejecutivos: Gwennäelle Libert, Frantz Richard.
Compañías productoras: Les Films du Worso, France 3 Cinema.Distribución: Golem Distribution.


Intérpretes: 


Catherine Salée :Sophie Tinlot,
Tibo Vandenborre : Peter Demineur,
Vincent Lindon : Jacques Arnault,
Louise Bourgoin:  Laura Turine,
Valérie Donzelli : Françoise Dubois,
Reda Kateb :  Xavier Libert.

Sinopsis:


Jacques Arnault es el director de la ONG Sud Secours y planea sacar de Chad a 300 huérfanos víctimas de la guerra civil junto a su equipo y entregarlos a familias francesas que quieren adoptar. Para ello invitan a la periodista François Dubois a que les acompañe y se encargue de la cobertura mediática de la operación. La brutal realidad de un país en guerra empieza a afectar a las convicciones de los miembros de la ONG, que deberán decidir dónde están los límites de la intervención humanitaria. La última película de Joachim Lafosse ('Propiedad privada') pasó con éxito por la 63 edición del Festival de San Sebastián y cuenta con las actuaciones de Vincent Lindon ('La ley del mercado'), Louise Bourgoin ('Un golpe brillante'), Valérie Donzelli ('Declaración de guerra') y Reda Kateb ('La noche más oscura').


Críticas:


Un film sobre ONGs que ha provocado una buena reacción de la crítica, muy sensible a las beatíficas causas filantrópicas, que también gozan de la mirada del cine. A las consideraciones y motivos de reflexión que sugiere el film habría que añadir otra: una vez entre nosotros hay que garantizar a los recién llegados algo diferente a aquello de lo que huyen y no dejarlos a merced de la calle. Susanne Bier trato muy bien este tema en una película inolvidable, 'En un mundo mejor' , que narra la historia de un médico que trabaja para una ONG en África y al que no le preocupan los enfrentamientos, la xenofobia y las desigualdades de su país hasta que rozan su propia carne en la persona de su hijo, en un país, Dinamarca que discrimina alos suecos. Las fronteras del imperio que forjó occidente tras la revolución industrial están en franca decadencia, alimentadas por discursos populistas de todo signo, mientras su 'limes', su muro de contención,  se convierte en vulnerable y es superado como un pequeño obstáculo, por tierra, mar y aire, por quien busca en la pequeña Europa la tierra prometida, ignorante de las desigualdades, el paro y la injusticia que también azotan a sus inquilinos. Muchos de los que vienen ilusionados entienden esto cuando ya es demasiado tarde y todos juntos nos preguntamos cómo es posible, en la era de las comunicaciones, que quien está encargado de informar en cualquier medio esconde la basura tras bellos y espectaculares decorados.

Luís Martínez confirma esta impresión al afirmar que: " El director belga del turbio y desasosegado retrato de la pareja Perder la razón quiere esta vez hundir su mirada en la 'falsa' compasión del mundo rico con respecto al otro: los pobres, los desheredados o los prisioneros de esa 'cárcel' llamada Tercer Mundo." (1)

Carlos Boyero se muestra, sin embargo, compungido y muy convencido (todo el mundo tiene su corazoncito) : "Es una película tan contenida como creíble, que nunca abusa del sentimentalismo, de la mala conciencia o de las trampas argumentales, con el tono y el realismo de los mejores documentales, negándose a que salgamos felices con un final de conveniencia, muy bien interpretada por ese actor que siempre desprende naturalidad y convicción llamado Vincent Lindon." (2)

Oti Rodríguez Marchante da un paso más que, aunque lo acerca al spoiler, hace comprensibles sus argumentos: " La francesa 'Les chevaliers blancs', de Joachim Lafosse, se encarama con fuerza a ese lugar tan poco transitado de los favoritos. Impecable filme sobre los límites de la ayuda humanitaria en África y el papel que juegan ciertas onegés. Rodada al sur de Marruecos, la historia alude a la operación de un equipo de cooperantes franceses para sacar de Chad a trescientos niños huérfanos y llevarlos a Francia para que se tramite su adopción. Perfectamente detallados los procesos de convencimiento mediante el soborno y el engaño para llevar a cabo sus planes, sin duda bienintencionados pero ilegítimo. Tan bien situado el punto de vista de la película, que aprecias sus dos anuncios: lo sucio de llevarse furtivamente a esos chiquillos y lo sucio de no llevárselos y dejarlos ahí para que se harten de hambre, guerra y muerte." (3)

Jordi Costa no se muestra tan convencido de que se celebre el que "la fuente testimonial (sea) el caso de El Arca de Zoé, ONG que, en el año 2007, protagonizó un sonado incidente internacional al intentar expatriar a 10.000 niños de Darfur mediante el poco ortodoxo método de gestionar su adopción con familias de acogida europeas y americanas sin contar con las suficientes garantías sobre la orfandad de los menores (...) La película fija su atención en la labor de los miembros de una ONG inspirada en El Arca de Zoé, sin ninguna tentación de aplicar barnices románticos o épicos a una cotidianidad hecha de negociaciones extenuantes, de pulsos entre idealistas y pragmáticos y de roces entre quienes asumen su condición de soldados rasos en una misión delicada y quienes ejercen de, como diría Ignacio Vidal-Folch, turistas del ideal. El tema de fondo aquí es si la supuesta benignidad de un fin justifica la turbiedad de los medios (3) Uffff! ¿Cómo podemos ser, algunos, tan prepotentes? Aunque parezca mentira, semejante perversión ya la denunciaban las Hermanas Brontë.

Quim Casas trata el tema con la mayor superficialidad (como si no fuera con él) y sólo importara la poética del texto: " Acostumbrado a relatar desavenencias íntimas, de pareja o familiares, en títulos como 'Perder la razón', el cineasta belga Joachim Lafosse cambia diametralmente de situación (...) Pero si bien el escenario es tan diferente, la intensidad con la que Lafosse muestra la dialéctica entre los cooperantes, lo que les une y lo que les distancia, sigue siendo la misma. La película fluye a partir de los conflictos personales y la contemplación agria y desencantada del contexto, pulsando la realidad y los límites altruistas de la cooperación.(4)


(1) Formas de estrellarse contra la realidad. Festival de San Sebastián. Diario 'ElMundo', 24 de septiembre de 2015.
(2) Festival de San Sebastián. San Sebastián, 25 de septiembre de 2015.
(3) Ambigüedades de la salvación. Diario 'El País', 19 de agostode 2016.
(4) 'Los caballeros blancos': cooperación al límite. Diario 'El Periódico', 18 de agostode 2016.




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