Nunca apagues la luz. Comentario.




Cartel, ficha técnica, sinopsis, trailer (Pinchad aquí).


Comentario:



UN CONFLICTO DE GÉNERO QUE EMERGE A LA SUPERFICIE.



David F.Sandberg, vigilado de cerca por James Wan, construye un guión en torno a la oscuridad, a esa falta de luz que nos aproxima a la muerte, (es así como la imaginamos), ya que nos impide ver todo aquello que nos rodea y nos hace sentir que estamos vivos; es el lugar donde residen nuestros demonios, nuestros traumas y nuestros temores, que desaparecen tan pronto como encendemos la luz. Todos nosotros hemos experimentado esa sensación. Es así como lo plantea en el corto el realizador, y lo que ve la mujer-protagonista cuando consigue que el interruptor funcione es un no-muerto, pero tampoco vivo. Una idea sencilla que nos hace preguntarnos qué vio James Wan cuando decidió avalar un proyecto que convertía escasos minutos en una película de casi hora y media, que se publicita con el nombre del creador de Saw, Insidious  o Expediente Warren.

Todos los críticos coinciden, y en ello llevan razón, en que el film decepciona y en determinados momentos incluso aburre, a pesar de que los más jóvenes se suman entusiasmados y aplauden al final de la proyección. Pero los críticos, más allá de levantar acta de nuestras sensaciones que se traducen en sentimientos como el miedo,  y en elevar la oscuridad a la categoría esencial de protagonista del film, han arriesgado poco en su análisis, lo que se está convirtiendo en una hábito que desilusiona al público-lector. Acierta Jordi Costa cuando afirma que "ha desarrollado añadiendo al concepto de la oscuridad otra de las cosas que más miedo pueden dar: la locura. La de una madre desequilibrada que contagia sus temores."(1)

Dice José Manuel Cuellar que "da miedo, si bien todos los trucos que maneja para ello sean tan convencionales que deja la película en un plano solamente discreto. A pesar de todo, el ritmo es casi vertiginoso (no ha pasado ni un minuto y ya están las sombras metiéndote de todo en el cuerpo menos salud) y hay cierta solidez en el relato" (2) . A Quim Casas le parece que " lo que está muy bien para tres minutos no lo está tanto para 81: la película se estira, no tiene tensión, incluye escenas algo risibles y diluye una idea aterradora en unos cuantos sustos esparcidos por aquí y por allí."

Irene Crespo realiza un amago de explicación del subtexto con el que no estamos completamente de acuerdo, pero algo es algo:" (el director) decidió enseñar a la figura femenina del corto desde el primer momento, y resolvió el problema profundizando en nuestros miedos más primarios: el que sentimos hacia nosotros mismos, a la locura, el miedo a hacer daño a nuestros seres queridos, el miedo a ser una mala madre (Maria Bello, misteriosa y terrorífica), una mala hija (Teresa Palmer, resurgiendo), un mal hermano." (3)

En Estados Unidos ha logrado mayor consenso, incluso que algún crítico, como Michael O'Sullivan (The Washington Post) la sitúe a la altura de films que nacieron como obras de culto, -It Follows, The Babadook, Goodnight Mommy,  o The Witch-. (4) Pero es precisamente donde triunfa The Babadook, en la traslación a la pantalla de un modo de representación alternativo y femenino, donde se hunde 'Lights Out' ('Nunca apagues la luz' en castellano): en la forma en la que emerge a la superficie el subtexto que la informa, que varia en los título que engroan e género, y puede ser el paro y la necesidad (Poltergeist de Gil Kenan, 2015), los viajes astrales (Saga Insidious de James Wan), los horrores de la esclavitud, real o figurada (Expediente Warren), el complejo de Edipo, derivado de la educación de una madre al margen de la sociedad patriarcal  (The Babadook, un film de Jennifer Kent, 2014 ) o lo que esconde una mujer en su intimidad, que soporta dificilmente la luz, como ocurre con 'Nunca apagues la luz'. 

La influencia de Wan en el film de Sandberg es evidente en cuanto al terror a la oscuridad en espacios funcionales modernos, nada góticos, decorados alegres, cuando reina la luz, aunque no se proceda a la deconstrucción de los elementos que nos causan temor, una característica de la marca Wan, dejando que sea únicamente la oscuridad la que nos lo provoque, una idea que no es mala en principio. La primera secuencia, además de ser un claro homenaje al  propio corto del cineasta sueco, promete más de lo que al final ofrece esa imagen inquietante de maniquíes, que filmados en un almacén con luz natural (la que procede del cuarto abierto al enorme espacio de la instalación a través de una gran cristalera, que separa al jefe de sus trabajadores), sugiere un mcguffin de la historia y no el simple correlato de otra imagen que no se comprende, bien avanzado el film. El problema de esta familia tiene su origen en Sophie, interpretada por María Bello, una mujer que ha malogrado dos matrimonios, tiene dos hijos y esconde un gran secreto en su cuarto; a través del poco espacio que la separa del hijo pequeño, el único que vive con ella, Martin (Gabriel Baterman), se la ve hablando con alguien que se confunde con la oscuridad. Ese alguien es Diana (Alicia Vela-Bailey), una mujer alérgica a la luz, con la que se relaciona desde la adolescencia y a la que conoció en un psiquiátrico. Ésta es su locura: la relación con otra mujer, mantenida desde la adolescencia, que la desequilibra a ella y a su familia. Blanco y en botella. No hay happy end, pero el temido spoiler nos impide concluir nuestro relato.

Da la impresión de que Sandberg no esperaba el éxito de su corto y, al verse obligado a convertir 3 minutos en 81, a pesar de tener una buena idea, no ha sido capaz de plasmarla de forma interesante; la ayuda de Wan ha contribuido a proporcionar un bello envoltorio, a ratos intenso y con demasiados valles, a un film que podía haber dado mejores frutos, lo que al final demuestra que hacer cine de género no es tan fácil como algunos creen, ni depende únicamente de los recursos invertidos en la realización.

Hay una cuestión que me inquieta más que la película : ¿Por qué traducimos 'Lights out', 'Apagad las luces', por 'Nunca apagues la luz'? ¿No se percata quien lo hace que cambia absolutamente el significado de lo que se cuenta? ¿Se hace ésto a propósito?.

(1) La demencia quiere oscuridad. Diario 'El País', 19 de agosto de 2016-
(2) Crítica de "Nunca apagues la luz". Diario ABC, 16 de agosto de 2016.
(3) "Nunca apagues la luz": tan solo una idea. Diario 'El Periódico', 18 de agosto de 2016.
(4) Nunca apagues la luz. Diario 'El País', 4 de julio de 2016. "Lights Out" utiliza un truco simple pero eficaz para provocar.sobresaltos, una y otra vez. The Washington Post, 21 de julio de 2016.



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