Stalker. Andrei Tarkovsky.





Imagen cedida por BMA House a cinelodeon.com


Ficha técnica:


Título original: Stalker.
País: Rusia.
Año: 1979.
Duración:

Dirección: Andrei Tarkovsky.
Guión: Arkadiy Strugatsky y Boris Strugatsky, basado en su novela homónima.
Director de Fotografía: Aleksandr Knyazhinsky, Georgi Rerbeg
Música: Eduard Artemev.
Edición: Lyudmila  Feyginova.
Dirección artística: Shavkat Abdusalamov.
Decoración del set: Rashit  Safiullin.

Diseño de Vestuario: Nelli Fomina.
Jefe del Departamento de maquillaje:

Productora ejecutiva: Aleksandra Domidova.
Compañías Productoras: Kynostudiya 'Mosfilm'.


Intérpretes:


Alisa Freyndlikh : Zhena Stalkera,
Aleksandr Kaydanovskiy : Stalker,
Anatoliy Solonitsyn : Pisatel,
Nikolay Grinko : Profesor,
Natalya Abramova : Marta,
Faime Jurno : Sobesednitsa Pisatelya,
E. Kostin :  Lyuger, khozyain kafe,
Raymo Rendi Patrulnyy politseyskiy.
Todos los créditos en Imdb,

Sinopsis:


Cerca de una pequeña ciudad rusa cayó un meteorito. Desde entonces, La Zona ha sido acordonada por el ejército prohibiéndose su entrada a toda la población. Existe la creencia de que en La Zona hay una habitación donde el que entra puede ver hechos realidad todos sus deseos. Los Stalkers o guías se encargan de sortear todos los peligros y conducir hasta La Habitación a aquellos que lo desean. Basada en el relato "Partida de recreo en el campo" de los hermanos Arcadi y Boris Strugatsiki, que escribieron el guión junto con Tarkovski, aunque éste último no aparezca acreditado. (www.divxclasico.com)


Comentario: 


Cada cierto tiempo existe una necesidad especial de volver al cine de Andréi Tarkovski, uno de los realizadores más importantes que han existido y existirán, creador de imágenes oníricas inquietantes, gran acumulador de residuos urbanos (botellas, papeles, basuras, restos de cerámicas...), arte povera, y salvajes y amenazadores bosques que han ejecido una influencia muy notable y evidente en realizadores como Lars Von Trier. El cineasta ruso realiza en 1979 la película Stalker (La Zona), basada en un cuento, "Una merienda campestre en el borde del camino", de carácter filosófico, con una narrativa de aparente ciencia-ficción, que se resolverá al final en otra dirección.

Respecto a la imagen, como es habitual en el director, forma parte del arte povera, caracterizado por la acumulación de todo tipo de restos y basuras, que no buscan embellecer el planno, sino generar mucha inquietud: paredes irregulares, puertas con múltiples goterones por las sucesivas capas de pintura, cristales viejos y sucios, multitud de objetos, y el agua, siempre el agua en todas partes, muchas veces en forma de fina película que deja ver el mosaico de un piso, ( en ocasiones el de la propia casa en que se crió, por la que siente profunda nostalgia ), variados objetos, -varias jeringuillas, escritos y objetos irreconocibles).,  otras con aguas más profundas o penetrando en las estancias desde los techos. En las estanterías libros, muchos libros. Los suecos se reían ante las montañas de porquería que acumulaba para sus decorados; cuando se produjo el atentado del 11-S en New York, la hecatombe proporcionó imágenes dantescas que parecían salidas de la cabeza del cineasta, con multitud de papeles y otros objetos volando y depositándose en el suelo.

En este film semantiza el color : sepia claro, casi blanco y negro, en la zona habitada; colores brillantes, y verdes, poblados de árboles, en La Zona. El paso de trenes constante por las cercanía de su casa produce equívocos y al final genera confusión haciendo creer que la hija del Stalker ( a la que se considera una mutante y se denomina Monita ) tiene el poder de mover cosas con la mente, -telekinesis-, y sólo el sonido descubre la razón de las vibraciones que afectan a todos los objetos, incluida la cama. Planos largos a la espera de la entrada de personajes o vehículos en campo, largos travellings combinados con planos fijos y primeros planos que, en ocasiones, para evitar la penetración psicológica, muestra a los personajes de espaldas o durmiendo. Tres protagonistas: un escritor, un profesor de ciencias y un Stalker o guía de La Zona, que actúa clandestinamente, por lo que ingresa intermitentemente en la cárcel .Entre ellos se produce una discusión sobre la literatura, que rememora la teoría de los formalistas rusos, en la que el escritor se plantea ante todo la forma, el texto mismo como el referente de su análisis (literaturnost ), sin atender a circunstancias históricas, sociales o psicológicas; el sentido de la obra que, desaparece cuando nombras las cosas, y el tema de la inspiración.

Comienza como una historia de ciencia-ficción ( igual que Solaris) en la que el Stalker va a guíar a un escritor y a un profesor de ciencias por La Zona, al tiempo que les relata su origen, que se remonta veinte años atrás, cuando cayó un meteorito que convirtió en cenizas el poblado; el meteorito no fue encontrado y los soldados que fueron en su búsqueda desaparecieron. Comenzaron también a desaparecer personas que se adentraban en este lugar, por lo que fue acordonado, y, como ocurre con todas las prohibiciones, surgió el milagro y se extendió el rumor de que allí se cumplían los deseos. El escritor cuestiona un cumplimiento que no siempre es positivo. Se preguntan qué era, si no era un meteorito; los turistas que estaban allí cuando se produjo el suceso desaparecieron también.

Para no perderse, el Stalker realiza un rito incomprensible para los intelectuales: tira unas tuercas atadas a unas vendas o cintas, y advierte de que avanzar causa miedo, retroceder vergüenza. Lugares que antes eran fáciles ahora se vuelven intransitables y el camino se pone difícil o complejo hasta lo imposible. En este lugar está El cuarto, donde reside el misterio. La Zona parece caprichosa, pero es tal y como la hace el estado de ánimo del ser humano; todo lo que pasa no depende de ella, sino de nuestro ánimo, pero especialmente deja pasar a los que noía por la que ha entrado, de ahí la necesidad de las tuercas.

El film plantea un debate en torno a las ciencias y las artes creativas., en el que el Stalker no participa, sino escucha en silencio. Mientras la debilidad y fragilidad son síntomas de la juventud, la dureza y la fuerza son satélites de la muerte, piensa el escritor; los que llegan al lugar buscan la felicidad, pero el Stalker no ha visto nunca una persona feliz, porque los deseos no se cumplen de inmediato, y por lo tanto no puede demostrar empíricamente sus aseveraciones; desde la perspectiva del escritor el hombre escribe porque se atormenta, duda y necesita demostrar a los que le rodean que es un genio, pero si sabe que es un genio para qué escribir. Critica a los científicos, aristócratas del cerebro, porque no saben pensar en sentido abstracto y persiguen trabajar menos y ganar más, y sus inventos no son más que muletas, prótesis, mientras la humanidad existe para crear, es altruista; el carácter desinteresado del arte tiene poca relación con la vida, pero ocurre un milagro, penetra en el alma y produce deleite, todo tiene sentido y motivo natural. El debate se produce en primerísimos planos enunciativos, pero también narrativos.

En su recorrido se introducen en un túnel seco, con filtraciones de agua y llegan a una puerta ante la que se descubre que el escritor lleva una pistola, que le hace tirar el Stalker y la mete en el agua, junto con los demás objetos; pasan a un lugar con dunas, el escritor se niega a seguir adelante y se queja de que ya no tiene conciencia, sólo nervios; periodistas, redactores, críticos, todos le exigen, en una ocupación que le parece cada vez más dolorosa y bochornosa. Él pensaba cambiar a la sociedad y han sido ellos los que le han transformado a su imagen y semejanza. No quieren saber nada, sólo comer. La crítica a los críticos es una constante en la obra de los autores, como hemos visto en múltiples films. El Stalker les dice que al túnel por donde han llegado hasta este al lugar donde están le llaman el Molino de la Carne, porque ha fagocitado a mucha gente . Es el umbral donde se cumple el deseo más recóndito, más sincero de los hombres. Lo principal es creer, humillarse, rezar. Este es el momento cumbre de la película: el científico saca una bomba para destruir el sitio y evitar que caiga en malas manos, pero el escritor le convence de que no lo haga, puesto que aunque ninguno de los dos cree , no pueden arrebatarle la fe al pobre Stalker.

El texto fílmico termina con una afirmación concluyente: todo es un montaje, en el que algunos han ganado dinero; no hay Zona, solo misterio generado artificialmente. El Stalker descubierto, vuelve a casa con su mujer y un perro que se les ha incorporado en La Zona (amor de Tarkovski por este fiel animal ), quejándose de la falta de fe del hombre, sin querer poner a prueba la de su mujer, por si también le falla  Todos son unos escogidos, unos elitistas, que saben que sólo viven una vez, y que no quieren venderse barato. Su falta de formación académica le desempodera y le produce desazón, aunque es un autodidacta que vive rodeado de libros. La mujer maltratada, abandonada por los impulsos de un marido que permanentemente está en la cárcel por adentrarse en una zona prohibida, y sintiéndose desempoderada, nos habla mirando fijamente a la cámara: "Mi marido es un simple, un lelo, un stalker. Mejor es mi felicidad amarga que una vida gris y aburrida. Pasé mucha amargura y vergüenza, no lo lamenté. La vida es así." Esta es la visión que tiene la sociedad del Stalker.

Una película así sólo la puede realizar alguien a quien no le han marcado con el sello religioso durante su formación como persona, un hecho que se produjo por primera vez en la Unión Sociética, que realiza una película que inicia su andadura por el camino de la ciencia-ficción y acaba revelando el verdadero trasfondo de la historia: el negocio de aquellos que desechan su parte aliquota (el derecho a la pereza de Paul Lafargue)  del otium (ocio) y se dedican al necotium, mientras otros se tuestan al sol desprevenidos.


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