Criminal. Ariel Vromen. Comentario.





Ficha técnica, sinopsis, crítica. trailer (Pinchad aquí)


Críticas y Comentario:


La crítica no ha logrado ponerse de acuerdo a la hora de calificar una película, cuyo mayor poder de atracción reside en el reparto de lujo que ha reunido Ariel Vromen, un cineasta israelí, aunque el resultado sea un auténtico desastre. 

Javier Ocaña resume en un párrafo todo la estructura superficial y profunda del film (no hay mas): "En un momento en el que hasta la última entrega de la saga Bourne parece un sucedáneo de sí misma, atreverse con un sucedáneo de la original, espionaje y (falta) de memoria, recomposición de una vida mientras se avanza a base de patadas, solo puede ser obra de Millennium Films, productora empeñada en acabar con el mundo, Objetivo: La Casa Blanca, Objetivo: Londres, por la vía de aparentes películas de serie B repletas de estrellas, que esta vez ha puesto el ojo en nuestro espectro político: un anarquista español (Jordi Mollà) que pretende una global revolución sangrienta haciéndose con el poder de los códigos de los misiles nucleares de EE UU. Una película que delira (sin gracia) en cada una de sus tramas y subtramas." (1)

Nando Salvá, generalmente duro, ahora se regodea: "Este refrito de 'El caso Bourne' y 'Cara a cara' se las arregló para contar con Kevin Costner, Ryan Reynolds, Tommy Lee Jones y Gary Oldman en su reparto a pesar de una premisa por completo risible -los recuerdos y secretos de un agente de la CIA muerto son implantados en un psicópata condenado a muerte- y de unos diálogos ridículos, todo lo cual es inexplicablemente manejado por el director Ariel Vromen con total seriedad." (2)

Fausto Fernandez  se muestra más complacido: " Buddy movie donde uno de sus miembros está en la cabeza del otro, en plan frankensteiniano Pepito Grillo, aplica esa esquizofrenia a discreción: ora persecuciones automovilísticas, ora terroristas anarquistas, ora cháchara científca… No es algo nuevo, pero albricias por el tono de film de espías dormidos Guerra Fría con excusa fantástica, tan los años Cannon con ninjas o mad doctors creando enemigos para Chuck Norris.·(3)

En Estados Unidos Rotten Tomatoes recoge un índice de aceptación de la prensa del 31%, frente a un 50 % del público, una valoración que se ajusta bastante a la realidad del film. La película es un disparate desde el primer minuto, en que ya vemos gritar a Gary Oldman y moverse como un poseso, planeando despropósitos y dislates inimaginables con la colaboración de Tommy Lee Jones, un investigador que está experimentando la posibilidad de traspasar la memoria, biológica, no artificial, entre seres vivos. Se le propone realizar esta operación, es decir trasladar los recuerdos de un agente muerto a otra persona, el primer experimento con seres humanes, y el científico propone hacer el implante en la cabeza un psicópata condenado a muerte, encarnado por Kevin Costner, un criminal más peligroso que Hannibal Lecter, porque el terrible psiquiatra al menos tenía un proyecto y era consciente de lo que hacía. Jericho Stewart no tiene ninguna conciencia social, no respeta a nada ni a nadie y se comporta como una auténtica bestia. Pero no hay que preocuparse, tras la madre de todos los delirios, vienen otros dislates, que encajan perfectamente en el marco que se ha creado para ellos, que los bien intencionados asocian con un homenaje a Jason Bourne, o un cameo de Matrix. Pues ni lo uno ni lo otro.

Terminada la película apenas sabemos con claridad a qué juega 'El Holandés', que exige a los rusos el mismo trato que Snowden, ni que negocios se traía con Bill Pope (Ryan Reynolds), un agente de la CIA, un servicio de inteligencia  que lo había defraudado. Lo que si queda claro es que el actor español Jordi Molla, que representa un papel tan duro y enloquecido como el de Kevin Kostner, harto de la corrupción del estado español desea un arma eficaz para deshacerse de su gobierno y de paso de todos los del mundo. Así somos los españoles o así nos ven desde fuera; más nos hubiera valido hacer un poco de autocrítica y los pocos que se han entusiasmado con esta película estarían en el bando de los cabreados con este fiasco.

Y que nadie crea que es fácil llegar a estas conclusión, porque cuesta seguir el hilo  de la historia en una madeja tan enredada. Un guión inimaginable antes de verlo materializado en la pantalla y unos actores mal dirigidos. Un happy end que nos pone colorados de vergüenza ajena.



(1) Un delirio para Kevin. Diario ?El País', 1 de septiembre de 2016.
(2) Ceiminal: un disparate con ínfulas. Diario 'El Periódico', 1 de septiembre de 2016.
(3) Criminal. Fotogramas.

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