Objetivo: Londres. Comentario









Cartel, ficha técnica, sinopsis, críticas, trailer (Pinchad aquí)


Crítica:



La acción parte de unos hechos que tienen lugar en la provincia de Punjab, a cincuenta millas al norte de Lahore,en  Pakistan.  desde donde un  traficante de armas decide hacer la guerra al mundo porque su familia ha sido atacada cuando celebraba la boda de su hija,al ser descubierto tras caer uno de sus contactos. Su acción, basada en el factor sorpresa de quienes viven confiados en las sociedades occidentales, cuyos ciudadanos se ven obligados a elegir, en un mundo que realmente ha cambiado, entre su privacidad y  seguir viviendo en libertad, lo que les hace vulnerables, o extremar las medidas de seguridad. El traficante de armas Amir Barkawi  lanza un mensaje a los líderes mundiales y especialmente a los que llama 'nuestros amigos de Occidente', que han olvidado cómo es la guerra y tienen una imagen de las contiendas que se producen siempre en lugares polvorientos y remotos, a miles de kilómetros de los centros comerciales de Europa o América, que envían a sus pobres a que los maten en los combaten o asesinan a sus familias desde el cielo. "Vuestro tiempo se acabó. Os vamos a llevar la guerra a casa. Que nadie se equivoque: este es el día en que su mundo cambiará para siempre.", dice Warkabi por video-conferencia.  Babak recoge las dos tradiciones: la de la Europa del holocausto, cuyo recuerdo sigue vivo entre los países del norte, entre ellos la Suecia que acogió a su familia, y la violencia que padecen los habitantes de los estados fallidos, desde dentro y desde fuera, que, al parecer, no sólo están en suelos polvorientos.

Hipertextual  y actualizada (no dejes que mis hijos me tengan que ver morir en Youtube durante años, le dice el presidente de Estados Unidos a su escolta), no renuncia a una nueva forma de contar influenciada por las nuevas tecnologías que están al alcance de todos, algo que ya puso en evidencia Ridley Scott en su 'Red de mentiras' (2008), llenando la gran pantalla de otras más pequeñas procedentes de medios diferentes (ordenadores, móviles, televisiones...) y poniendo en evidencia que la única forma de evadirse de cualquier objetivo es la de desprenderse incluso del teléfono móvil (Una ciudad como Londres se pueden destruir con cuatro ordenadores y cien hombres). Babak Najafi aporta un nuevo punto de vista, el de un iraní que tuvo que huir de su país cuando tenía 11 años (en la acualidad tiene 41) y este entró en guerra con Irak; dos de sus hermanos se quedaron en Teherán y tardó otros 11 años en poder abrazarlos. Este realizador, que tiene información de primera mano de qué significa la locución 'trafico de armas' y su  correlato 'estado fallido',  muestra como uno y otro bando defiende a los 'suyos', más o menos inocentes de la forma más violenta. Nos enseña las cloacas de los estados y no nos obliga a mirar de frente la realidad que estamos viviendo.

El mayor escollo de la historia reside en el personaje ultraviolento y soberbio que representa Gerard Butle, el escolta del presidente de Estados Unidos, Mike Banning, que protagonizó la primera parte de esta historia que gira en torno a él y que cuestiona qué hay que hacer en situaciones concretas, una duda que genera profundas escisiones en la población mundial, que son aprovechadas por quien saca rendimiento económico de las disidencias: los vendedores y traficantes de armas de cualquier parte del mundo, que desprecian la vida de aquellos que no pertenecen a su propia familia, en el sentido más restrictivo del término; lo que se consideraba heroico en la época de Leónidas no se ve del mismo modo en la actualidad, y el personaje no obnubila, sino que provoca rechazo, a pesar de que reúne las características que lo convierten en el protagonista idóneo de una película de acción. En esta segunda parte de 'Objetivo: La Casa Blanca', Mike Banning, que salvó a los Estados Unidos del ataque de un comando coreano en la primera parte, acompaña a su Presidente a Londres, donde deben asistir al funeral del Primer Ministro británico, fallecido en extrañas circunstancias. El evento, que empieza siendo uno de los más seguros jamás celebrados, se convierte en el punto de partida de un complot terrorista que pretende acabar con los principales mandatarios del mundo y sembrar el terror en todas las naciones del planeta.

Objetivo: Londres no la ha realizado Antoine Fuqua, sino que se ha encargado al joven iraní, que, emigrado a Suecia realizó su primer largometraje, Sebbe, que le llevó a la fama tras ganar un premio Guldabagge a la mejor película, y una nominación como Mejor Director en la edición 46ª de este mismo premio. Un joven que a los 41 años ha podido entender no sólo la grave crisis económica y social, que nace como consecuencia del pinchazo de todas las burbujas (queda la de la deuda) que hinchó artificialmente, primero, el capital financiero global (parece que fue ayer cuando la gente se quejaba de la deslocalización de las empresas y la globalización ya impuesta de capitales), que no es una entelequia, sino un grupo de hombres y mujeres que especulan con humo y cuyas acciones temerarias paga la población mundial; llegado el momento de recoger beneficios y tras la quiebra de Lehman Brothers,  su objetivo era realizar la acumulación capitalista exigida para la nueva sociedad tecnológica, que ha hecho soñar a mas de uno en planetas artificiales en los que se refugian los ricos y disfrutan de todos los avances ( Elysium, Neil Blomkamp, o Star Trek: más allá, Justin Lin, 2016), y, después el cierre de fronteras a los desgraciados que intentan entrar en el primer mundo, aunque sus líderes, de los que se queja el realizador iraní, no están exentos de culpa. Esta es la primera película de Babak Nafaji filmada en inglés, que ha provocado una gran controversia en Occidente: ver caer los edificios emblemáticos de Londres  no deja indiferente a nadie, Como tampoco deja frío a ningún ser humano de cualquier parte del mundo ver cómo se destruyen y saquean los tesoros de aquellos lugares donde nació la civilización.



 

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