Doctor Strange.






Ficha técnica, cartel, sinopsis, trailer (Pinchad aquí)


Comentario:


Cuando te aproximas con temor a la crítica, un miedo que nace de tus propias percepciones y del número de veces que te has removido en la butaca, te encuentras con la gran sorpresa: los creadores de opinión han decidido que se encuentran, como aquel que dice, ante una insólita adaptación de una novela gráfica de Marvel, que constituye una obra maestra, que merece un índice de aceptación del  92% de la prensa norteamericana, consultadas 86 reseñas, y un expectativa del 96% del público, a la espera de su estreno en Estados Unidos. Y una no deja de sorprenderse después de asistir a un film que ha decidido trasladar el imaginario de Inception de Christopher Nolan y su arquitectura flexible que se dobla sobre sí misma y que imita los laberintos imposibles de Escher, cuyo protagonista es un actor del que me declaro profunda admiradora, pero que en esta ocasión no sólo no está en 'permanente estado de gracia', sino indolente, desmañado y, no cabe la menor duda, presenta la otra cara de la moneda del bien armado héroe tradicional de los cómics, lo que ni le quita ni le da valor.

La buscada trascendencia de la reflexión en torno a la vida que fluye a través del tiempo hasta desembocar en la temida muerte, donde  van a parar egos tan intensos como el Doctor Strange, el mejor en su profesión de neurocirujano, el más guapo, más divertido y cachondo, que interviene a sus pacientes al ritmo de  Beyonce y otros intérpretes de moda, está constantemente contrarrestada con notas de humor desacralizadoras, como la capa que lo elige a él y que le gasta algunas bromas infantiles y bienintencionadas, el talismán dotado de inmensos poderes o sus esfuerzos para abrir continuamente portales, desorientando a su eficiente colega, la doctora Christine Mac Adams (Rachel McAdamds) nada preparada para iniciar un nuevo camino, ahora hacia el misticismo y la meditación profunda con viajes astrales que buscan el espectáculo, que exige un viaje al atávico Nepal, donde Cumberbacht comparte protagonismo con Chiwetel Eijofor, que representa a un guerrero más humilde y, a pesar de las contradicciones iniciales, más justo con el resto de los humanos. Si comparamos estas críticas con las que recibió Origen en 2010  se pone en evidencia que no es bueno ser pionero. Jordi Costa calificó el film de Nolan de excesivo y pagado de sí mismo; sobrada de pompa y falta de atrevimiento para Sergi Sanchez, o la mayor estupidez que Carlos Boyero había visto en su vida.




Hoy, Luis Martínez, afirma entusiasmado que:  (...) la habitual percepción cansina del cine de superhéroes cipotudos (permítaseme) se amplia en esta nueva y, admitámoslo, brillante entrega a cargo de un director del que no se habría sospechado jamás nada bueno. No llega al infinito, pero casi (...) Y todo ello para componer una historia de mundos que se doblan, en el más literal y espacio-temporal de los sentidos, sin renunciar al ABC superheroico de raíz cristiana: conversión, aprendizaje y éxtasis. Leña al demonio. Al fin y al cabo, ellos son nuestro santoral." (1)

Javier Ocaña, un poco menos locuaz, se mantiene en una línea muy parecida, insistiendo en su percepción y la experiencia lisérgica de la película, en una sensación que se siente más intensa en los viajes personales a un multiverso poblado de masas informes de colorido múltiple. cuyo resultado es cierto aturdimiento: (...) aunque la película no acaba de solucionar el tema de las no demasiado estéticas viñetas donde el personaje se desdobla en la mesa de operaciones, la banda sonora de Michael Giacchino (¡y el Interstellar Overdrive de Pink Floyd!), junto al sinfín de efectos digitales, esta vez muy bien acoplados en la versión en 3D, infunden lisergia y locura a un producto poco convencional."(2 )




Benedict Cumberbacht y Stan Lee


Este es el tono de las críticas a ambos lados del Atlántico, con algunos matices que compartimos, aunque el film se ha estructurado en forma de un bucle sin solución de continuidad que impide que la historia avance y que en algunos momentos recuerda el film de Harold Ramis  'Atrapado en el tiempo' (1993), que introduce dosis regulares de monotonía, por mucho que la traca final y el colorido espectacular evoquen a algunos una experiencia lisérgica.



(1) 'Doctor Strange': menos músculo y más mescalina. Diario 'El País', 27 de octubre de 2016.
(2) Alucinógeno místico. Una película más atrevida de lo habitual, con el sello humorístico y refrigerador de grandilocuencia de Marvel. Diario 'El Pais', 28 de octubre de 2016.





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