La batalla de los malditos. Christopher Hatton.






Ficha técnica:


Título original: Battle of the Damned.
País: Singapur.
Año: 2013.
Duración: 84 minutos.

Dirección: Christopher Hatton.
Guión: Christopher Hatton.
Casting:
Dirección de Fotografía: Toger Singirian.
Música: Joe Ng, Ting Shi Hao.
Edición: Danny Rafic.
Director artístico: Daniel Lim,
Supervisor efectos visuales: Jay Hong; productor efectos visuales: Charles Yeo Sky Li.

Diseño de Vestuario: Junker Designs.
Maquillaje y peluquería: Smith Ho, Boey Chong, Viviam Lim, Jiajia Wee, Xinlin Khoo
Yo Yo

Productores: Leon Tong, Christopher Hatton, Ehud Bleiberg.
Productores ejecutivos: Dolph Lundgren, Nicholas Donnermeyer.
Productores asociado: Nimrod Zalmanowitz
Co-productor y coordinador de especialistas: Jen Kuo Sung.
Diseño de producción: Daniel Lim.
Compañías. Productoras: Bleiberg Entertainment, , Bökü Films, VividThree, The Animation People, asociados con  Compound B & Boku Fulms & Ehud Bleiberg/Leon Tong Production.


Intérpretes:


Dolph Lundgren: Max Gatling,
Melanie Nazetti: Jude
Matt Doran: Reese,
Jen Kuo Sung: Elvis,
Lydia Look: Lynn,
Oda Maria: Anna,
Jeff Pruitt: Smiley,
Kerry Wong : Dean,
Esteban Cueto : Hernandez,
David Field: Duke,
Timothy Cooper: Robot Vdice.

Sinopsis:


La destrucción accidental de un lanoratorio del futuro libera un virus mortal. Los infectados toman las calles y  los pocos supervivientes que quedan se defienden como pueden de estos zombies sanguinarios. Para evitar que el virus se extienda, los militares quieren exterminar la zona. La acción se sitúa en un futuro distópico, lejos de la civilización, en un planeta donde un puñado de supervivientes sobrevive con un pequeño arsenal de armas contra los infectados. La cauda del desastre fue un  fallo de seguridad que provocó un estallido vírico que provocó centenares de muertos vivientes (apenas se puede observar a uno para determinar cómo son y cómo se comportan) que acechan a los que quedan vivos. Encabezados por Max Gatling (Lundgren), harán frente a los infectados con la esperanza de un rescate que venga desde el exterior. Lo que no se esperan es que aparezca otra amenaza aun mayor. El fallo de seguridad también ha dejado escapar a un grupo de prototipos de robot en mal funcionamiento. Armados e increíblemente peligrosos, los robots pueden ser un peligro mortal… o un inesperado aliado en su lucha contra los infectados.


Críticas y comentario:


La crítica no se ha ocupado de este film cuajado de estereotipos, -caucásicos de apariencia dura y robusta y ojos muy azules que evocan a Ken, el novio de la Barbie, acompañados de segundones asiáticos que juegan un papel secundario; zombies malcarados que olfatean a los que todavía no han perdido el juicio y la salud; ciudades devastadas de fotografía desleída en la que dominan  los colores casi monocromos, ya sean filtrados en azul o en tonos casi sepia...-, que se erige en un buen ejemplo para todos aquellos que, en actitud desafiante, desprecian cualquier título en el que han metido la mano los expertos en efectos especiales que operan en post-producción, o las BSO, que funcionan como un elemento narrativo más y contribuyen a generar tensión o temor en el espectador, deberían ver películas como ésta para ponderar su juicio..El tomatometer de la página Rotten Tomatoes no recoge una sola reseña de la prensa o los blogs especializados, y, tras consultar  a 225 usuarios, el resultado es un pobre índice de aceptación del 15%. Hoy la ofrecen las plataformas digitales de cadenas televisivas, durante un tiempo limitado.

El film es también un paradigma que inclina a la reflexión a todos aquellos aficionados a hablar de fallos del guión, aserto que,  sinceramente,  no sé qué significa dicho así. Christopher Hatton parece prescindir, no ya de cualquier guión o storyboard, sino de cualquier clase de orientación discursiva y conceptual o de estructura, ya sea la de dividir el film de manera lógica en los tres actos  reparadores clásicos (planteamiento, confrontación y desenlace) de que habla Tubaut, o de cualquier otro esquema preestablecido y, tras un breve texto, impreso en una pantalla negra y leído por un voz en off redundante, se mete de lleno en una acción sangrienta que enfrenta a los delta-force con los infectados, una masa amorfa y vociferante que se desplaza a la velocidad de la luz.

Tan pronto como empieza la refriega con los infectados, tomados en planos aberrantes realizados sin gracia ni armonía con un resultado lamentable, ya no habrá forma de frenar este desmadre sin solución de continuidad, que desarrolla el texto inicial: "El Sudeste asiático se ha convertido en un paraíso para ciertas compañías  biotecnológicas que tratan de eludir el control de la regulación del sector. Un factor patógeno altamente contagioso escapa de un centro de investigción y alcanza un área urbana. La infección se propaga a gran velocidad y se somete a la población a cuarentena. Un cordón militar mantiene bloqueada la ciudad; nadie está autorizado a salir o entrar en ella, incluídos los no afectados." Por si no hubiera bastante confusión se añade la llegada de unos robots caza-zombies, construidos en Japón,  que acaban salpicados de sangre de los pies al cuello, porque carecen de cabeza, sustituida por una pequeña luz, un elemento de pretendida originalidad,  pero que tiene como resultado un efecto de lo más bizarro.

La primera aparición de la joven que debe ser rescatada, muestra la apariencia de una guerrera picta mucho más apta para desenvolverse entre los infectados que los matones que han ido a  salvarla. Los diálogos del 'Madelman' y la 'picta' son ansolutamente abracadabrantes sin llegar a provocar divertimento. La edición muy rápida, que llega casi al barrido, redunda en la escasa eficacia de las imágenes, de tal modo que, cuando apenas se ha llegado al ecuador del film, se ha perdido todo el interés, a no ser el de la morbosa curiosidad de ver cómo se las arregla el equipo técnico para poner fin a este engendro.



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