Vuelo nocturno. Wes Craven.








Ficha técnica, sinopsis, crítica, cartel y trailer . (Pinchad aquí)



Críticas y comentario:


Vuelo nocturno ha sido bien considerada por la crítica, como decíamos en el post en el que introdujimos la ficha técnica, con algún matiz, que no comparto, ya que se hacen con frecuencia consideraciones demasiado generales que parecen seguir patrones predeterminados y despreciar la película concreta a la que se enfrentan los creadores de opinión. Expresiones como previsible, increíble, fallos de guión, se reproducen con tanta asiduidad que invitan a pensar que se hacen las críticas con menos cimientos que las películas mainstream que se cuestionan. Por ejemplo, Elio Castro, ( Cinemanía ), escribían cuando se estrenó que :" "La película distrae, tiene buen ritmo y no se alarga innecesariamente. Sus protagonistas no desentonan pero todo resulta bastante previsible, y, a ratos, increíble" (en Filmaffinity); Javier Ocaña establecía una distinción entre la primera parte en la que "entretiene mientras se mantiene el escenario único" y la segunda, en la " que pierde fuelle al tomar tierra." ¿Por qué?

Para Javier Cortijo (ABC): " Es un detalle que todo un caballero del cine de terror nos plante a estas alturas su trabajo de fin de carrera. Y dicho sin ánimo peyorativo, claro. Porque este «Vuelo nocturno» reúne todos los requisitos de orfebrería primeriza: claustrofobia artesanal, tour de force a escenario y piñón fijo y, también, algún error de brujo novato. Lo más importante es que Craven consigue que nos olvidemos de las caretas de «Scream» y jerséis de crudillo de Freddy con que se emboza su carrera, y nos prenda la mecha de la bomba de relojería que duerme bajo nuestras posaderas. Fallos y turbulencias, haberlos, haylos, pero el buen mal rato está garantizado." (Amedrenta como puedas, ABC, 23 de septiembre de 2005). El resto de las críticas constituyen más de lo mismo.

Mas ¿Cómo estructura este film el maestro del terror? La primera cuestión que nos debemos plantear es la de ¿Qué sentido tiene organizar un asesinato y subir a la máxima responsable de la recepción de clientes de un hotel, la que distribuye a los usuarios de las lujosas instalaciones más distinguidos y los colma de atenciones, en un avión ? Lisa (Rachel McAdams),  tras establecer un ligero contacto en el aeropuerto con Rippner (Cikllian Murphy), y sufrir  un estúpido y molesto percance, se ve obligada a cambiar la ropa en el servicio de la sala de espera por otra más sugerente, observando que  tiene un gran arañazo encima de uno de sus senos. Estamos en la antesala de la acción.

Dividida en los tres actos reparadores clásicos, comienza con una presentación de los personajes femeninos, que se enriquece con la presencia de una pareja madura que ya sólo sabe gruñir; el personaje masculino no hace su aparición hasta el comienzo de la parte en la que el espectador se va a enfrentar con la acción en la sala del aeropuerto en la que los pasajeros esperan ser embarcados, cuando disminuyan las turbulencias. Una vez dentro de la nave, un espacio, del que nadie puede evadirse, inestable y claustrofóbico, Rippner plantea la cuestión en sus verdaderos términos, marcando la línea del relato y dirigiéndolo hacia su conclusión definitiva. El hombre acusa a la mujer de debatirse en los típicos dilemas femeninos basados en las emociones, que la impiden actuar y la convierten en un ser débil y digno de compasión, frente a los de su sexo que se ahorran tiempo y sufrimiento, al analizar cada hecho con la lógica masculina, basada en los hechos. Todavía  ignora este joven agresivo que en la batalla definitiva, en la que cada movimiento parece guiado por el senso, en la lucha decisiva entre ambos, ella lo derrotará con sus armas de mujer, y no precisamente con la seducción, basada precisamente en la emoción, sino utilizando instrumentos que aumentan su feminidad (tacones, puñalitos con empuñaduras infantiles...) y otros más convencionales.

Esta orientación no es nueva en Craven, sino que la lucha entre el hombre y la mujer en la batalla del sexo se da  en los sueños húmedos de sus pesadillas en Elm Street, en la saga de Scream, en la que los jóvenes se desinhiben fuera del alcance de la mirada de los adultos. Lo nuevo es el contexto en el que se inscribe una relación más adulta y que nos regala un último plano de Cillian Murphy  tan sorprendido con Marlon Brando en el film dirigido por Bertolucci, 'El último tango en París', que ha renovado el escándalo que se  produjo  en 1972, por razones ajenas a la ficción. La mujer, sentimental y frágil, lo ha vencido como ocurre en la película de Virginie Despentes, Baise-Moi.

Un film interesante, diferente, poco conocido, del gran maestro del terror, fallecido recientemente, que dominó el espacio del shlaser y el splater, junto con Carpenter y Cronenberg.







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