Los zombies paletos. Pericles Lewnes.







Ficha técnica:


Título original: Redneck Zombies
País: Estados Unidos.
Año: 1987.
Duración 90 minutos.

Dirección: Pericles Lewnes.
Guión: Fester Smellman, basado en una historia de Zoofeet y P.Floyd Piranha.
Dirección de Fotografía (Videografía): Ken Davis.
Música y sonido original, composición y dirección: Adrian Bond.
Edición: Edward Bishop.
Efectos visuales especiales: Ken Davis, Peter Kief, Dave Milliken, Tim Starnes, Pericles Lewnes, Edward Bushop.
Diseño de zombies: Jerry Leurs,

Maquillaje efectos especiales y prótesis: Edward Bishop, Pericles Lewnes, George Scott y Bill Decker.

Productores: Lloyd Kaufman y Michael Herz, Edward Bishop, George Scott, Pericles Lewnes.
Productor ejecutivo: Edward Bishop.
Productor asociado: Bill Decker.
Productor manager y director de iluminación: George  Scott.
Diseño de producción: George Scott. George Scott.
Compañías: Troma Team Release, Full Moon Pictures


Intérpretes: 


Lisa M. DeHaven: Lisa Dubois,
William E.Benson: Jed Clemson,
W E.Bensen: Jed (Pa) Clemson.
William L.Decker: Jethro Clemson,
James Housley: Wilbur,
Anthony Burlington-Smith: Bob,
Martin J.Wolfman: Andy,
Boo Teasedale: Theresa,
Darla Deans: Hoss,
Tyrone Taylor: Tyrone Taylor: el soldado
Frank Lanz: " The Hitch-hiker",
Bucky Santini: Ferd Mertz.



Sinopsis:



A finales de 1986 se extendió un rumor de que un barril de  50 kilos nucleares tóxicos, procedentes de experiencias de la guerra química, faltaban de los almacenes de Fort Henry Dicker en Maryland. Después de que se les preguntara varias veces, altos cargos del Pentágono admitieron que  un barril de esta amenaza ecológica había desaparecido. Según el portavoz de Fort Dicker, el General John Gillis el barril no representa ningún peligro para la salud humana. Sin embargo, un científico que trabajaba en la base, el Doctor Roger Soriano,  ha desmentido esta versión, afirmando que si se desparramara el contenido del bidón podría significar el fin de la vida tal y como la conocemos en este momento.

Más cuando un grupo de campesinos rednecks (cuellos rojos), totalmente desinformados, encuentra el bidón con residuos radioactivos, lo destilan y los reparten entre los vecinos, que pronto sufrirán severas mutaciones, convirtiéndose en seres hambrientos de carne humana, cebándose en un grupo de excursionistas que se han adentrado en el bosque buscando un lugar plácido donde acampar.

Comentario:


La acción comienza en una institución para enfermos mentales, denominada J.L.Leatch, ubicada en Brooklyn, uno de los barrios meridionales de Baltimore Meriland, en 1986.. Entra en el lugar una cámara que  se tambalea como si la llevara alguien encendida sin intención de filmar nada; cuando por fin se endereza muestra unas imágenes de dos facultativos, tomadas en sets con techo, con fuertes contrapicados que incrementan la sensación de claustrofobia, y casi sin dilación y tras capturar unos primeros planos de pacientes con cara de flipados, entra directamente en una acción desquiciada y destarifada, con una calidad de producto Z, que sólo sabe realizar Troma y que, a pesar de la sensación de amateur emporrado que transmite, acaba convirtiendo sus películas en obras de culto muy apreciadas. Durante cinco días la ofrece de forma gratuita el videoclub de ONO, una oportunidad para quienes quieran saber de qué se habla, ya que no es fácil encontrar estas películas en el mercado.

Desde el guión y su planteamiento argumental, pasado por los diálogos, las caracterizaciones, hechas, con toda probabilidad con lo que cada uno de los actores dispone en sus casas, el atrezzo, las actuaciones, la filmación, el sonido y la música, resultan absolutamente sorprendentes para el neófito en este tipo de cine por su tosquedad y rudeza inimaginables. Ni que hablar de las transformaciones de los paletos en zombies que chocan e incluso fascinan mucho más  de lo que que asustan y mueven a la hilaridad e incluso pueden provocar adicción dada la 'inigualable' caracterización de sus monstruos. Y más aún maravilla el alegato puritano contra el tabaco, hecho en 1987, cuando la población no tenía conciencia del daño que suponía para la salud, algo que ocurre en la actualidad con la comida basura o la contaminación ambiental que provocan los automóviles. También incluye lemas como el de que 'si bebes no conduzcas', discursos feministas, ecologistas, animalistas y todo tipo de  recomendaciones con las que adoctrinar a la población.

Los excursionistas son tan bizarros o más que los lugareños y las chicas se diferencian bastante de las que escandalizan a los habitantes de los pequeños poblados por los que pasaban en las películas de Wes Craven  o Marcus Nispel, cuyos cuerpos semidesnudos provocaban sentimientos pecaminosos y despertaban el diablo que todos llevaban dentro. La ingesta por parte de esta colección de tarados del líquido del barril, que tiene un gran protagonismo en la saga de 'El Vengador Tóxico',  da sus momentos lisérgicos cutres y bizarros, seguidos de la aparición de monstruos come-carne inigualables, una evidencia de que este aparente destarifo está más que buscado. Tan difícil es acertar las catorce apuestas de una quiniela, como no acertar ninguna, y ésto es lo que premian los fans de Troma, una compañía independiente  de producción y distribución de  cine de serie Z, fundada por Lloyd Kaufman y Michael Hertz en 1974 : el talento invertido en hacer las cosas deliberadamente 'mal'.

El público joven de la actualidad quedaría sorprendido, con toda probabilidad alegremente, si se acercara a estas producciones que afirmarán su autocomplacencia y autoestima, al compararlas con las que este sector realiza con sus teléfonos móviles. Películas que poco o nada tienen que ver con proyector como 'La bruja de Blair', ya que los films de Troma están muy trabajados, aunque busquen el asombro de su público por lo absurdo de las situaciones que plantean, lo ridículo de las caracterizaciones de los personajes, entre los que se incluye un militar gay y un intento de violación, y la orgía de disparates en que se desmelena el equipo al completo, que no se toma en serio ni a sí mismo, especialmente en la apoteosis final que cuesta visionar, incluso haciendo todas las abstracciones posibles.

Pericles Lewnes se ha servido de una estructura circular, que no vamos a desvelar para  evitar el temido spoiler, qunque sí podemos decir que nos sugiere  el relato de un loco que fustiga su mente con revistas especializadas en relatos de terror, hard rock y vídeos de explotación, pero dejando la puerta abierta a diversas interpretaciones, introduciendo la duda a trav-es del llanto de un niño.





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