Cincuenta sombras más oscuras de Grey. Crítica.




Ficha técnica, sinopsis, cartel y  trailer (Pinchad aquí).


¿POR QUÉ LE LLAMAN AMOR CUANDO QUIEREN DECIR SEXO?


Comentario:


Es curioso que en un momento en que la sociedad reclama relatos, es decir que se le cuente y bien qué está pasando y cómo se va a solucionar, ya sea con las reglas de la  morfología del cuento de Vladimir Propp, o sea, soñando con que un día surgirá un salvador, con melena o con barba canosa, que nos impedirá rodar por el precipicio, ya sea analizando mediante el uso de las luces y la razón, -dicho esto sin pretensiones-, las causas de la deriva que hemos iniciado, la prensa española decide que no tiene un minuto que perder para dedicarlo al film más peligroso que se exhibe en las salas comerciales, y siguen escarbando en los títulos más minoritarios y extraños, dirigiéndose, como diría nuestro amigo, el dramaturgo Chema Cardeña, al árbol de la autocomplacencia, que seguro que nos devuelve la mejor y más guay imagen de nosotros mismos.

Pero si algo demuestra este título es que con dinero se puede comprar casi todo: un buen director, como James Foley, que en 1992 dirigió Glengarry  Glen Ross, o un músico como Danny Elfman, por citar a algún miembro del equipo técnico, una situación que se reproduce al otro lado del espejo, en las imágenes ficticias que nos devuelve la pantalla. Y se equivoca Nando Salvá  (1) cuando menosprecia el producto y escribe para los lectores de 'El Periódico' que "aquellos que han protestado contra la película porque incita al maltrato a las mujeres, no han entendido nada; habría que protestar contra ella por soporifera." Ahora hablaremos de esto, pero no debemos ignorar el interés que despierta esta franquicia. Cuando me dirigía hacia la sala en la que se proyectaba el film, unas jóvenes se fotografiaban entusiasmadas antes los inmensos carteles que  lo anuncian.

Porque ¿Quién prefiere una chabola o unos cartones a casas lujosas, decoradas con mobiliario caro; fiestas particulares de cumpleaños con castillos de fuego artificiales para los asistentes, a una tarta de unos grandes almacenes; un millonario con cuerpo cultivado, mirada inocente y vicios ocultos a un pobre hombre que llega derrotado a su casa con unas pocas monedas tras una larga jornada laboral? El sado que Grey practica es en verdad light, y acaba convenciendo a la chica de que  con estas prácticas sus relaciones son mucho más intensas, ya que es un 'maltrato' consentido. Todo el conjunto representa la altivez de una clase que lo tiene todo, pero que además es más aguerrida que nadie, se quita la ropa interior en público, acude a una fiesta familiar con bolas chinas alojadas en su vagina y disfruta con el riesgo de romper con ciertas normas que le impone su propia grupo.Todos quieren parecerse a quien lo tiene todo.

Foley termina su película dejando la puerta abierta a una tercera entrega de la saga, que dará paso a un villano, (Cincuenta sombras liberadas),  un resentido que no puede entender que la chica lo desprecie por un millonario sin cerebro. Es, en verdad, una película soporifera, redundante, atrapada en un bucle que siempre conduce al mismo sitio, pero a la vez es peligrosa porque introduce en las adolescentes la idea de que si un chico guapo y rico las quiere, está legitimado a una posesión extrema sobre ellas, ya sea con el esquema de la servidumbre, del amo y la sumisa, o reduciéndolas con la excusa de un amor profundo que les impide vivir sin tenerlas siempre a su lado al ámbito privado del hogar del que ya había salido, a la vez que justifican sus manías en el dolor que les produce un pasado que los transformó en auténticos sádicos.

Al menos según lo que Grey confiesa verbalmente, porque lo que se representa en la pantalla es sexo con juguetitos, que acaba gustando a la chica que está dispuesta a dar prioridad a su relación sobre su desarrollo personal. A ello añade una justificación moral de quien toca lo que quiere, pero hace un mapa en su cuerpo en el que predominan las zonas prohibidas que la sumisa nunca puede rozar. Por otro lado las mujeres son las verdaderas causantes de sus delirios:  una madre adicta al crack, que murió de una sobredosis en su presencia, cuando era un niño pequeño; una madre adoptiva, la doctora que lo recogió y se hizo cargo de él, incapaz de darse cuenta de que su mejor amiga iniciaba al niño en prácticas perversas, y las chicas que han soportado todo tipo de agravios a cambio de ser la pareja de un hombre joven, guapo y muy rico y poderoso, que, gracias a su talento extraordinario, a los 27 años ya era dueño de un gran emporio. Superficial, si; nociva, también. O estamos todos equivocados cuando exigimos que los desaguisados que vamos provocando se resuelvan en la escuela.

(1) Crítica de 'Cincuenta sombras más oscuras de Grey': Sexo sin aptitud. Diario 'El Periódico', 9 de febrero de 2017.




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