Eleni. Theo Angelopolus




Ficha técnica:


Título original: Trilogia I: To Livadi pou dakryzei (Eleni)
País: Grecia.
Año: 2004.
Duración: 163 minutos aprox.

Dirección: Theo Angelopolus, director de 'La mirada de Ulises')
Guión: Theo Angelopolus.
Dirección de Fotografía: Andreas Sinanos.
Música: Eleni Karaindrou.
Edición: Giorgos Triantafyllou.

Compañía productora: Phoebe Economopoulos.


Intérpretes:


Alexandra Aidini: Eleni,
Nikos Poursanidis: Alexis,
Giorgos Armenis: Nicos,
Vasilis Kolovos: Spyros,
Toula Stathopoulou: la mujer del bar,
Thaleia Argyriou: Danái,
Grigoris Evangelatos; profesor,
Eva Totamanidou: Cassandra.





Premios (Filmaffinity): 



2004: Premios del Cine Europeo: Premio FIPRESCI de la crítica
2004: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes
2004: Festival de Valladolid - Seminci: Selección oficial de largometrajes a concurso


Sinopsis:



1919. Tras la entrada del Ejército Rojo en Odessa, los griegos allí refugiados vuelven a su país. Es el principio del amor entre Alexis y Eleni. Aunque se criaron juntos, su amor molesta al padre de Alexis, que se siente solo tras morir su esposa y desearía casarse con Eleni. Por eso, los jóvenes abandonan el pueblo, dirigiéndose a Salónica, aunque acabarán vagando por la desoladora Grecia sin rumbo fijo y luchando por mantener intacto su amor.


Comentario:


Eleni es la primera entrega de una trilogía en la que la protagonista, partiendo de Grecia, hace un recorrido por la historia del siglo XX. La segunda parte transcurre en la Rusia, Austria e Italia de mitad del siglo, llegando al final a la frontera Américo-Canadiense. La tercera, sobre el final del siglo, transcurrirá, íntegramente en New York, una ciudad a la que muchos ven como una isla europea en Estados Unidos.

Walker Boehm hizo una pequeña biografía en la que ofrece unos cuantos trazos sobre el comienzo de la vida artística de Theo Angelopolus. El que luego fue unos de los cineastas más políticos no sólo de Grecia, comenzó a estudiar derecho en Atenas, pero abandonó su país y  se matriculó en la Sorbona de París para estudiar literatura; allí fue alumno Claude Levy-Strauss. Cuando concluyó la licenciatura ingresó en el Institut des Hautes Études Cinématographiques , pero, tras ser expulsado de la escuela por inconformista, regresó a su país en 1963. Allí trabajó como periodista y crítico para el diario "Demokratiki Allaghi" hasta que fue cerrado por el ejército de la llamada Dictadura de los Coroneles,que tomó el poder tras un golpe de estado. Desempleado, decidió hacer su primer largometraje, Anaparastasi (Reconstrucción, 1970), premiada por los Festivales de Salónica e Hyères. A continuación abordó su trilogía internacional sobre la historia de Grecia de 1930 a 1970 consistió en Meres tou '36 (1972), El viaje de los comediantes (1975) y Los cazadores (1977). Después del fin de la dictadura en Grecia, Angelopoulos fue a Italia, donde trabajó con RAI y empezó a ganar dinero con sus películas.En 2004 comenzó esta trilogía que no pudo concluir, ya que murió atropellado por un policía mientras rodaba la segunda entrega.

Quien creía que nuestro mundo, el que hemos creado entre todos,  necesitaba más que nunca el cine, al que veía como la última forma de resistencia de los hombres, cuya arma más poderosa residía en captar con la cámara  las fronteras, los límites, la  mezcla de idiomas y culturas de hoy, e  intentar buscar un nuevo humanismo, una nueva vía. (1) Su cine se caracteriza por el ritmo poético, fuertemente influenciado por la mitología griega, la tragedia y la épica clásicas, la iconografía y el ceremonial bizantino, y , en especial, en la historia de Grecia y de los Balcanes, la moderna cultura pop griega, el teatro de marionetas y de variedades griego, como muestra de arte popular.(opus cit.) Se ha situado la belleza de sus películas a la altura de la que consiguieron directores como Andréi Tarkovski, Michelangelo Antonioni o Ingmar Bergman.

En Eleni construye una alegoría de su patria, Grecia, representada por una mujer humillada por sus mayores, por Spyros quien la salvó de la muerte, siendo una niña pequeña, y luego quiso poseerla, aun a sabiendas de que la niña, convertida en una mujer, estaba enamorada de su hijo Alexis, junto al que creció, transformando un amor, que se esperaba fraternal, en un a auténtica pasión que fue evolucionando en una dirección no deseada por sus protectores. El traje de novia con el que escapó el día de su boda no deseada la perseguirá toda la vida,como persigue a Alexis su amor a la música y su relación con otros músicos, generalmente envidiados, aunque sean unos pobres diablos, porque han logrado vivir de acuerdo con sus ideales.

Grecia, un país abierto, constituido por un agrupamiento de islas, más de 6000, que constituyen una auténtica muralla en torno a la pequeña franja continental que se adentra en el mar por medio de la península del Peloponeso, el lugar en el que nació la literatura y la filosofía, ha empujado siempre a sus habitantes al mar, en busca de tierras más sólidas, al tiempo que esta fragmentación la hacía más vulnerable. La imagen más recurrente es la de un grupo de griegos que llega a las costas de su país, huyendo de las guerras de los lugares a los que  se habían exiliado, o huyendo de su patria, azotada por guerras y revueltas internas constantes y de todo signo. Eleni, la mujer a la que le arrebatan todo, -su marido. sus hijos -, en el lecho de muerte siente que todos los uniformes son iguales, sólo cambia el color que los identifica; la guerra enfrenta a padres e hijos, a hermanos entre sí, a poblaciones envueltas en vendettas particulares y atrapadas por la ignorancia, que se enrolan en banderías por cuestiones que no les incumben y que  sólo les traen más dolor y más muerte.La primera entrega abarca un periodo histórico que se extiende desde la batalla de Odessa en Rusia, hasta la expansión del fascismo.

Hay pocas reseñas del film y las escasísimas que se encuentran se lamentan de la duración de la película y de la radicalidad del antimilitarismo de un cineasta que ha ido y venido a su país, como muchos de sus compatriotas. Filmaffinity señala los logros estéticos de la realización, pero no pasa de ahí, mientras que Federico Mrín Bellón (diario ABC)le reprocha el desconocimiento de los principios elementales del montaje, un ataque injustificado. Theo Angelópolus nos da un bofetón en plena cara y nos recuerda nuestras contradicciones, nuestros prejuicios y cualquier posicionamiento que conduce al resentimiento y, al fin, al  enfrentamiento más o menos generalizado.


(1) El cine de Theo Angelópolus: imagen y contemplación. Andrew Norton, Ediciones Akal 2001. Referencia encontrada en Wikipedia).



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