Lady Macbeth. Comentario.






Ficha técnica, sinopsis, crítica, cartel y trailer. (Pinchad aquí)


Comentario:



Aviso a navegantes: la película carece de happy end. Y esta no es una advertencia nada gratuita, ya que, a pesar de las apariencias, muy pocos burgueses de los que acuden a las salas de proyección de los centros de las ciudades conocen, si lo conocen, algo más de un título inscrito en el lomo de un libro, e ignoran por qué razón, para contar una historia que hace bueno el refrán popular de que 'quien mal anda mal acaba', William Oldcroyd  eligió un relato corto de un escritor ruso y asignó a la joven esposa del hacendado el sobrenombre de Lady Macbeth. Según su propia declaración de intenciones, quería expresar de forma fehaciente el grado de crueldad que puede llegar a demostrar una mujer si es sometida a las vejaciones y humillaciones que debe soportar Katherine, que fue comprada por el padre de su marido, junto a un pequeño trozo de tierra, para ocultar las relaciones  de su hijo con otra mujer, muy inconvenientes para la época.


Director de teatro y ópera, William Oldroyd, debuta en el cine con la adaptación de un "clásico oculto", "Lady Macbeth", un relato corto del ruso Nikolái Leskov que el realizador traslada a la Inglaterra victoriana para retratar hasta dónde puede llegar la crueldad de una mujer que quiere ser libre. Y hay que reconocer su dominio de la puesta en escena, de la dirección de los actores, para conseguir con muy pocos elementos, -apenas dos  o tres estancias de una mansión, una cuadra y varias tomas del mismo paisaje, los páramos ingleses entre New Castle y Durham que inspiraron las novelas de las Hermanas Brontë, más dos o únicos vestidos, la camisa, el miriñaque y el corsé de Katherina- que el público no respire durante 89 minutos, mientras va absorbiendo casi sin percatarse la mayor parte de las cuestiones que centran los debates de los caucus feministas, tales como el sometimiento de la mujer en la sociedad patriarcal, la diferencia entre las féminas según el lugar que ocupan en esta misma sociedad, el desprecio de la mujer estéril, que dio nombre a una obra de García Lorca, Yerma, etc. Pero hay algo que solo Katherine sabe y oculta: que algo está naciendo en su interior, un hecho que comunica al espectador tan sólo con gestos. De este modo, su cámara se convierte en un testigo tan mudo como Anna de la intimidad de esta joven esposa humillada y ofendida, que decide rebelarse de la única forma que puede hacerlo en un mundo en el que la línea divisoria entre la vida y la muerte es muy fina.

La humillación, la sumisión, incomprensible para muchos en nuestra sociedad, conocida, por desgracia, por otros, puede llevar a hombres y mujeres a asumir culpas ajenas, porque no tienen otra salida y son conscientes de ello. La violencia se siente no sólo en los actos que los protagonistas llevan a cabo sino en los silencios, las miradas y las actitudes que provocan. "He dirigido obras de teatro con el espíritu de mediados del siglo XIX y los personajes femeninos o bien se suicidaban, o huían. Pero lo interesante de Katherine es que decide resistir, oponerse", apostilla Oldroyd -."Al final del libro Katherine es arrestada y llevada a prisión. Pero nosotros hemos permitido que ella termine triunfando, aunque es otro tipo de cárcel. Es libre, independiente, pero al fin y al cabo está atrapada", "La ironía, concluye, es que la "independencia que ella busca al principio de la película la ha conseguido, pero está completamente aislada y sola al final". (1)


(1) Entrecomillados extraídos de "William Oldroyd debuta como director con "Lady Macbeth", un "clásico oculto". www.eldiario.es, 24 de abril de 2017.


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