Los payasos asesinos del espacio exterior. Stephen Chiodo.




Ficha técnica:


Título original: Killer Klowns from Outer Space.
País: Estados Unidos.
Año: 1988.
Duración: 88 minutos.

Dirección: Sthepen Chiodo.
Guión: Stephen Chiodo, Edward Chiodo y Charles Chiodo.
Casting: Alana H.Lambros y Ed Mitchells.
Dirección de Fotografía: Alfred Taylor.
Música: Johnn Massari.
Edición: Christopher Roth.
Dirección atística: Philip Dean Foreman.Coordinador: Tawny Capricio.
Decoración del set: Luana Spellman.
Departamento de animación: Gene Warren Jr.

Diseño de Vestuario: Darcee Olson.
Maquillaje: Kandace Westmore.
Peluquería: Jon Thanos.

Productor: Charles Chiodo,  Edward Chiodo y Charles Chiodo.
Producción ejecutiva: Paul Mason y Helen Zlabo.
Dirección de producción: Mel A. Bishop.
Diseño de producción: Charles Chiodo.
Compañías productoras: Warner Brothers Productions, Chiodor Brothers Production.


Intérpretes:


Gran Cramer: Mike Tobacco,
Suzanne Snyder: Debbi Stone,.
John Allen Nelson: Dave Hanson.
John Vernon: Curtis Mooney,
Michael Siegel: Rich Terenzi,
Peter Licassi: Paul Terenzi,
Royal Dano: Granjero Gene Green,
Christopher Titus: Bob McReed,
Irene Michaels: Stacy,
Karla Sue Krulls: Tracy,
Adele Proom: Mrs. Franco,
Howard Malpas: Mr. Myers,
...


Sinopsis:


Finalmente la  verdad sobre los payasos ha salido a la luz. Bajo esas muecas siniestras y esos extravagantes trajes, se esconden unos terribles asesinos venidos de otro mundo. Esas criaturas que parecen hacer el bien, se instalan con su nave espacial, que es igual que una carpa de circo, cerca de una pequeña localidad. Con su nariz roja, sus grandes zapatos y su habilidad a la hora de entretener al público intentarán tomar el centro de la ciudad. Afortunadamente un joven de la localidad logra escapar y les prepara un buen escarmiento...pasen y vean señores, el circo no ha hecho más que empezar.

Comentario:


El cine de explotación de terror de serie, ya no B, sino incluso Z, es una categoría del género que plantea cualquier tema social amparándose en el horror, y lanza al mercado una serie de películas aberrantes y generalmente muy cutres, de cuya valoración se abstienen los que aspiran a entrar en el Olimpo de los 'top crítics', que con frecuencia alberga a aspirantes frustrados a cátedras universitarias. Estos, a diferencia de los cineastas de la Nouvelle Vague, que se agruparon en torno a Bazin y Cahiers du Cinéma, no sólo ejercieron de críticos sino que se colgaron la cámara al hombro y se expusieron ellos mismos al criterio de los demás. Para entender ésto solo hay que leer ciertos escritos que se publican en periódicos de tirada nacional, que parecen dirigidos a un seminario universitario y cuya función no es la de ayudar al espectador a descodificar lo que subyace en las historias que nos cuentan los cineastas y los recursos que utiliza cada uno de ellos de manera sencilla y asequible.

Tras esta perorata, que sí viene a cuento, entendemos por qué en las páginas de cine apenas hay reseñas periodísticas de este tipo de cine, e incluso por qué hay espectadores que se lo toman en serio, se enfadan y atacan con dureza películas como ésta, cuyo objetivo fundamental es divertir y entretener a un público entregado que acaba convirtiéndolas en  títulos de culto. La verdad es que los payasos de los Chiodo no tienen desperdicio; con menos de alienígenas que de zombis, sólo son vulnerables si se les destroza la bola roja que llevan en la nariz y que caracteriza a los payasos, se hacen perros de globoflexia, envuelven a sus víctimas en nubes de algodón rosa, y se desplazan en naves que tienen la forma de la carpa de un circo. Las máscaras de látex y los disfraces de estos payasos son  cochambrosos y pobretones, pero cumplen sobradamente su misión. Su aparición e la Tierra recuerda a la de los 'Invasores de Marte', en un lugar cercano al que acudían los jóvenes de los años 70 y 80 con sus coches a desahogar sus instintos. En torno a las parejas, se reúnen los prototipos juveniles de la época, que caen en todas las trampas pero consiguen salir ilesos.

Los policías representan el choque generacional entre aquellos que han estudiado en academias y quienes se formaron en su momento de forma autodidacta y les colgaron una placa en el pecho, un distintivo que utiliza el joven Dave como arma que le permite descubrir el 'talon de Aquiles' de 'Los payasos asesinos del espacio exterior'. Una bizarrada que nos proporcionará un momento de diversión con el que no pueden competir los programas caducos y desfasados de TV, que si ya eran tristes antes de que sus primeros espadas decidieran tomarse dos meses de vacaciones, ahora, que se repiten fuera de su tiempo y lugar, son una tomadura de pelo. Algún sustituto joven bien merecería quedarse en el lugar que le asignan durante el verano para siempre.




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