The Reader (el lector). Stephen Daldry, ficha técnica y comentario.










Ficha técnica:


Título original: The Reader.
País: Estados Unidos.
Año: 2008.
Duración: 123 minutos.

Dirección: Stephen Daldry.
Guión: David Hare, basada en la novela de Bernhard Schlink.
Casting: Jina Jay, Simone Bär.
Dirección de Fotografía: Chris Menges,  Roger Deakins.
Música: Nico Muhly.
Edición: Claire Simpson.
Dirección artística: Anja Fromm.
Decoración del set: Karin Betzler.

Diseño de Vestuario: Donna Maloney, Ann Roth.
Maquillaje: Gabriele Kent Horspool.
Diseño de peluquería y maquillaje:  Ivan Primorac.

Productores: Donna Gigliotti, Redmon Morris, Sidney Pollack,
Productores ejecutivos: Jason Blum, Bon Weinstein, Harvey Weinstein.
Productores asociados: Trik Karam, Michael Simon de Normier, Nora Skinner, Marieke Spencer,
Compañías productoras:  The Weinstein Company, Mirage Enterprises; distribución: The Weinstein Company.


Intérpretes:


Ralph Fiennes: Michael Berg,
Jeanette Hain : Brigitte,
David Kross : Joven Michael Berg,
Kate Winslet :Hanna Schmitz,
Susanne Lothar : Carla Berg,
Alissa Wilms : Emily Berg,
Florian Bartholomäi : Thomas Berg,
Friederike Becht : Angela Berg,
Matthias Habich : Peter Berg,
Frieder Venus : Doctor,
Marie-Anne Fliegel : madre de Hanna Neighbour,
Hendrik Arnst : trabajador de la yarda de madera,
Rainer Sellien: Profesor,
Torsten Michaelis : profesor de deportes,
Moritz Grove : Holger,
Joachim Tomaschewsky : Stamp Dealer,
Barbara Philipp : camarera,
Hans Hohlbein : Clerk,
...


Sinopsis:

Después de la II Guerra Mundial (1939-1945) en alemania, Michael Berg (David Kross), un chico de quince años pierde el conocimiento mientras regresa del colegio. Hanna Schmitz (Kate Winslet), una mujer seria y reservada que le dobla la edad lo recoge y lo lleva a su casa. Entre ellos surge un apasionado y secreto idilio que se ve interrumpido por la misteriosa desaparición de Hanna. Ocho años más tarde, siendo estudiante de derecho. Michael vuelve a verla, pero en una situación que jamás hubiera podido imaginar.

Premios

2008: Oscar: Mejor actriz (Kate Winslet). 5 nominaciones
2008: Globos de Oro: Mejor actriz secundaria (Kate Winslet). 3 nominaciones
2008: Screen Actors Guild: Mejor actriz secundaria (Kate Winslet)
2009: Premios del cine europeo: Mejor actriz (Kate Winslet). 3 nominaciones
2008: Premios BAFTA: Mejor actriz (Winslet). 5 nominaciones, incluyendo mejor película
2008: Critics' Choice Awards: Mejor actriz secundaria (Winslet). 3 nominaciones
2008: Asociación de Críticos de Chicago: Mejor actriz secundaria (Winslet). 2 nominaciones
2008: Sindicato de Actores (SAG): Mejor actriz secundaria (Kate Winslet)

Comentario:


Stephen Daldry hace una película muy dura sobre el sentimiento de culpa del pueblo alemán, su incapacidad para juzgar a los culpables más directos y las secuelas que dejó en algunos jóvenes el contacto directo con los verdugos. The reader, adaptación de una novela homónima, de Bernhard Schlink, está estructurada en forma de un gran flashback en el que un hombre cuenta a su hija la razón de sus inhibiciones, que han hecho sufrir a toda la familia, sin conocer la causa que las provoca. Este hombre, cuando era adolescente trabó una relación casual con una mujer mayor que él, por la que se sintió atraído sexualmente, pulsión escópica que representa fielmente Daldry, al mostrar un primer plano de la pierna de ella poniéndose una media, icono muy repetido en el cine.

Esta mujer, dura y huraña, tenía un 'capricho aparente': pedía a su amante que le leyera fragmentos de diversos libros antes de hacer el amor, lo que el joven tomaba como un juego; esta relación insana duró un verano, hasta que Hanna decidió romperla, sin dar ninguna razón, pero sus consecuencias duraron toda la vida y la impronta que dejó en el espíritu del joven fue imborrable. En la Universidad, un profesor, hablando de la Odisea en clase, les dice a sus estudiantes que el concepto del misterio es clave en la literatura universal, y que la idea del carácter de la obra atribuida a Homero se basa en la definición de personas que poseen una información específica, que por motivos diversos, a veces nobles, a veces perversos, se empeñan en no revelar. Advertencia que adelanta el motivo del film. Cuando el protagonista ingresa en la Universidad para cursar derecho, acude junto con un pequeño grupo de compañeros a presenciar la celebración de un juicio contra un grupo de mujeres de las SS que habían dejado morir a trescientas judías en el interior de una iglesia, salvándose únicamente una mujer y su hija, que había escrito un libro; entre las mujeres de las SS estaba Hanna Smith.

Es muy interesante fijarse en cómo la cámara de Daldry escudriña cada gesto, cada mirada de los jóvenes estudiantes; sólo uno acusa a la generación que vivió los acontecimientos (sus padres y el propio profesor) y les hace una pregunta retórica: La cuestión es cómo dejasteis que eso pasara, y mejor aún, ¿por que no os suicidasteis al saberlo? Muchos alemanes, que incluso vivían a poco metros de los campos de exterminio, adujeron a su favor que no sabía lo que estaba pasando. Al hacer esta acusación, otro compañero abandona la sala; los demás permanecen en el aula, pero sus expresiones denotan disgusto por lo que están oyendo. Michael Berg descubre algo terrible. Hanna no sabe leer ni escribir.

El joven comunica al profesor que tiene una información relevante, pero que no puede hacer nada, porque ella se niega a admitir la verdad. Pero otra vez la historia se repite, y la cobardía, la vergüenza de reconocer públicamente la relación, le hacen guardar silencio, a pesar de haber sido advertido por el académico de que los sentimientos no importan, sólo importan los actos, y si la gente no aprende lo que padeció la generación anterior, nada sirve. Su pudor y su vergüenza le impiden cumplir con su deber y deja que Hanna sea condenada a cadena perpetua, como autora de un escrito que justificaba la matanza, cuando no sabía escribir; las auténticas culpables saldan su deuda con la sociedad con cuatro años de castigo.

El sentimiento de culpa, en este caso individual, le acompañará hasta que hable con la superviviente del campo y decida contárselo a su hija; entre tanto graba páginas enteras de diferentes obras y le envía las cintas a la cárcel, para paliar ese sentimiento que le corroe. Pero vayamos al meollo de la cuestión: ella tiene una carencia que la desempodera, la debilita, hasta el extremo de pagar con una cadena perpetua por un delito que no había cometido, aunque lo que sí había llevado a cabo era terrible.Pero de esa flaqueza saca las fuerzas del ignorante, que cumple órdenes sin plantearse su atrocidad: si iban a venir más mujeres había que desalojar las salas. Tremendo. Esa misma fuerza le lleva a utilizar a un adolescente para que siga cumpliendo la tarea que hacían sus antiguas víctimas, todas jóvenes e instruidas: hacer el amor con él y sentir el placer de escuchar su lectura. Utiliza todo el poder que le da su experiencia para abusar de un joven, al que dejará marcado para toda su vida.

Paradójicamente aprende a leer a través de las cintas y textos que Michael le proporciona, pero esos mismos libros los utilizará para cumplir su objetivo final: ahorcarse subiéndose encima de ellos. Sabía que su vida fuera de la cárcel ya no tenía sentido. La lectura, curiosamente, la había desempoderado, le había hecho comprender que las muertes que había colaborado a producir eran irreversibles. Este sentimieento todavía acompaña a muchos alemanes, y lo recogen muy bien en sus películas Straub y Huillet. El dinero que había acumulado en sus veinte años de encarcelamiento se dedicará a campañas de alfabetización. . La ignorancia es una de ellas, y muchos lo comprenderán cuando vean la película, aunque prefieran irse con su secreto a la tumba, como Hanna Smith. Es más fácil reconocer la pobreza.

The Reader es una película dura, triste y desesperanzadora. La única forma de mitigar el sentimiento de culpa para Michael Berg, será confesarlo a sus más íntimos allegados, especialmente su hija, ya que su madre es muy mayor y su padre ya ha muerto, sin saber, ni comprender. Quizás esto es lo que han querido hacer Bernhard Schlink con su libro y Stephen Daldry con su película : condenar sin paliativos el holocausto nazi, y desvelar cuánto tuvo que ver la ignorancia en el genocidio. Que nadie vuelva a mirar hacia otra parte.





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