Annabelle: Creation. Crítica.





Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice, cartel y trailer (Pinchad aquí)


CRÍTICA:


El mayor obstáculo que se ha tropezado en el camino el spin off  de la franquicia  'The Conjuring' es la horrible muñecota, inexpresiva, sin movimiento, que no asusta a nadie, a no ser que acudan en su ayuda todas las fuerzas del infierno en sus diferentes manifestaciones, actuando como vanguardia demoníaca que cree el ambiente en el que aparezca moviendo su mecedora o torciendo la cabeza.

Hoy era la fiesta del cine y estaba inusualmente abarrotado, y, como es lógico en una película como Annabelle, en la que la protagonista es un ser inanimado que despierta los temores de hombres y mujeres de todas las edades, especialmente cuando son de cerámica que se rompe con facilidad, un objeto, poseído por fuerzas sobrenaturales o no, con el que han jugado  niños que ya están muertos, la sala estaba repleta de jóvenes bulliciosos, que contemporizaban, sin problemas su atención a lo que ocurría en la pantalla y los whatsapps que entraban por sus móviles permanentemente iluminados. He de reconocer que este hecho no sólo no me molesta, sino que incluso me motiva. La razón es muy sencilla; el espectador que acude a una sesión de este tipo tiene el privilegio de poder llevarse a casa un pronóstico casi hecho. Terminado el film y mientras desfilaban los créditos, aplaudían como locos, después de una sesión de gritos, advertencias a los protagonistas, premoniciones, a veces cumplidas y otras no, lo que nos permite afirmar, sin temor a equivocarnos demasiado, que han salido de la sala  muy satisfechos.

David F.Sandberg y su guionista Gary Dauberman juega con conceptos como la religión, la caridad cristiana que se hace cargo de niños desamparados pasto de todos los desaprensivos, vivos o muertos, un planteamiento del tema que facilita la inclinación del espectador a actuar como una 'ONG' protectora de la infancia desvalida, en especial la niña protagonista, que cojea de una pierna en la que exhibe unas prótesis muy aparatosa, una minusvalía que la obliga a subir al primer piso de la mansión en una tenebrosa silla mecánica. No parecen servir de mucho los crucifijos de madera que confecciona el dueño de la casa, el creador de la muñeca, ante la potencia del maligno, lo que aumenta la indefensión de las huérfanas más pequeñas, cuyas caras de horror contribuyen a provocar la empatía del público.

Pero no todo  son errores del realizador. La elección de una vieja y enorme mansión, con pasillos oscuros y múltiples escondrijos que evocan otros filmes del género en distinto grado, de realizadores como Argento y sus vidrieras de colores, Shyamalan y las puertas que conducen a los huecos de las escaleras, las propias predecesoras de la saga, etc. y el control absoluto del timing, la dosificación de los sustos que esperas y se producen cuando menos te lo esperas, provocando los gritos del inocente respetable, juegan, y mucho a su favor, y el resultado es un film divertido, que partiendo del drama de la perdida de un hijo, recuerda la película de Jordan Peele, -'Dejame salir' -, en el sentido de que aquellos que han acudido a la casa de Samuel Mullins esperando encontrar un lugar de acogida para seis niñas huérfanas acaban deseando escapar de allí rápidamente y de cualquier forma. Y lo cierto es que  si director y guionista hubieran querido hacer disfrutar a su público un buen rato más, éste lo hubiera agradecido.

Esta no es la película para espectadores con poco sentido del humor y que no quieren sufrir en vano. Sangre apenas se ve, pero los sustos son casi constantes, unos más efectivos que otros y no defraudan las expectativas del público, expresadas con antelación  cambiando sólo la dirección de los 'disparos'. Los jóvenes han aplaudido y ellos son dueños de sus emociones. Luís Martínez hace un análisis bastante orientativo: "Se llama pediofobia y en su acepción clásica no es más que el miedo que provoca todo aquello que no está ni vivo ni muerto; que ni siente ni deja de hacerlo. Una muñeca, por ejemplo. Annabelle: Creation, la precuela de la que no quedaba claro si era ya de por sí precuela, spin-off o celebración lasciva de lo mismo, es eso: una cinta a medio camino entre la copia y el homenaje, lo animado y lo muerto." ('Annabelle: creatión': pediofóbicos todos. Diario 'El Mundo')

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