Trono de sangre. Crítica.





Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice, cartel y trailer. (Pinchad aquí).



Crítica:



Filmada en blanco y negro, en 35 mm. y con las imágenes veladas por una constante niebla, Akira Kurosawa opta por una puesta en escena minimalista y teatral para la adaptación de Macbeth de William Shakespeare, no solo al cine, sino a su propia cultura. Esta obra del célebre dramaturgo inglés es una de las  más intensas y penetrantes que nos ha legado la literatura universal acerca del tema de la aparición del lado oscuro del hombre en su lucha por el poder, estimulada por las predicciones que hace una bruja a dos amigos, Washizu y Miki. Kurosawa logra imágenes verdaderamente impactantes como la  incapacidad de ambos personajes para salir de una emboscada que les tiende una espesa niebla tras escuchar las predicciones de la maga, o el traslado de los restos del Señor del castillo de las Telarañas por sus soldados, tras ser asesinados por Washizu.

La intensidad de las emociones contenidas, ocultas tras la frialdad del gesto y la represión del movimiento de los cuerpos da cuenta de la tragedia en que están envueltos los personajes y la imposibilidad de cambiar un destino determinado por las propias acciones de los hombres. La avaricia y la soberbia, desprovistas de empatía , los predisponen para cometer cualquier atrocidad por conseguir el poder y mantenerlo, a la vez que va consumiendo los ánimos de los que han cometido estos abusos y atroces crímenes hasta conducirlos a la locura, allí donde habitan sus fantasmas, a los que comienzan a temer los soldados que deben protegerlos y que afirman haber visto huir  del lugar a las mismas ratas. Una constante  en la obra de Shakespeare.

Realizado en 1957, fue el film favorito de T.S.Elliot y de Wim Wenders, y, curiosamente la pobreza de los recursos utilizados, la estrechez del set que provoca la dificultad de los actores para moverse, la tosquedad de los efectos sonoros, la pobreza de los visuales, fomentan la imaginación de un espectador que debe esforzarse para colaborar en la construcción de una diégesis que infunda terror. Washizu recibe un mensaje que no sabe interpretar: solo si los árboles se mueven perderá la guerra que ha provocado su insaciable sed de poder, que le incapacita para albergar un poco de clemencia hacia sus oponentes. Un mensaje del que se ríe, al interpretarlo como una simpleza difícil de creer, será la causa de su ruina. El egoísmo de una mujer, la Eva que incitó a Adán a comer la fruta prohibida, será la causa de la destrucción del poderoso, que inmediatamente será sustituido por otros. 

El film termina con un cántico: "Mirad este lugar desolado, donde hubo un orgulloso castillo, cuyo destino cayó en la red de la lujuria del poder, donde vivía un guerrero fuerte en la lucha pero débil ante su mujer que le empujó a llegar al trono con traición y derramamiento de sangre. El camino del mal es el camino de la perdición y su rumbo nunca cambia."

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