Gorrión rojo. Crítica.



UNA MUJER EN UN MUNDO DE HOMBRES QUE FUNIONA COMO UNA MUJER


Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice, fotografías, cartel (Pinchad aquí)


Crítica:

Francis Lawrence, el realizador de una de las sagas más impactantes de lo que llevamos del siglo XXI,  'Los juegos del hambre', unas películas con las que disfruté y que aportaban aire fresco a la ciencia-ficción en la pequeña y la gran pantalla, es también el realizador de  otras películas, hoy reivindicadas, como 'Constantine', 2005 , 'Soy leyenda', 2007, 'Agua para elefantes', 2011 (el film más insípido de todos los que ha realizado hasta ahora), o Eddie Dickens and the Awfuld end, 2018, un obra de animación de la que todavía no hay datos. Para TV trabajó en 2012 en la serie Touch.  Ahora nos presenta este film masculinista, en el que los continuos desnudos o semi-desnudos de la sensual Jennifer Lawrence despiertan todas las fantasías de los hombres, gracias a su cualidad innata, lo que Laura Mulvey  llama Tobe-Looked-at-Ness, que se tradujo al castellano por 'sermiradaidad' ( 'Visual Pleasure and Narrative Cinema'). Según esta profesora de género (muy probablemente parodiada, junto a alguna otra compañera universitaria, en The Party por Sally Potter), una científica inglesa, experta en género a la que hay que escuchar, y  una mujer de 76 años a la que se ha distinguido con el título de  Profesora Visitante Mary Cornille de Humanidades en Wellesley College, nos recuerda que este calificativo se aplica a mujeres dotadas de gran atractivo físico, unas características biológicas que provocan el placer de mirar en el espectador, que según la experta se divide en activo masculino/pasivo femenino, y que en el cine se transforma en el leitmotif del espectáculo erótico, que combinado con la narración configura el cine convencional.

Desde el inicio del cine la mujer exhibida funciona en dos niveles: como objeto erótico para los personajes de la historia, y como objeto erótico para el espectador de la sala. Si el criterio de Mulvey se puede ilustrar de alguna manera, es precisamente con este relato, en el que el dispositivo de la showgirl permite la unificación de ambas miradas sin aparente ruptura de la diégesis, y el impacto sexual de la mujer "sitúa el film en un no man's land (tierra de nadie).  El director vienés, emigrado  a Estados Unidos,  que ha rendido a parte del gremio masculino a sus pies provoca expresiones de los críticos muy significativas. Javier Ocaña alcanza el climax de su cortísimo artículo con una descripción exultante que define a Jennifer Lawrence, como lo harán otros compañeros de profesión: " Gorrión rojo se aleja, por la vía formal clásica, y por el camino de fondo de lo malsano, de las habituales superproducciones de Hollywood." (...)  *

Oti Rodriguez Marchante afirma que nos enfrentamos a " un relato de una dureza excepcional y con una carga de erotismo sucio que se encarga de ennoblecer la total entrega de la actriz y su progresiva, inhumana y complejísima encarnación del personaje, constantemente empitonado por la fatalidad y con unas capacidades de supervivencia y control de la situación que asustan, desconciertan y convierten el argumento en un lugar irrespirable y embarrado."  Lo cierto es que hay dos visiones diferentes de lo que sucede en pantalla: la de los hombres y la de las mujeres, que vemos el trabajo de Egorova/Lawrence de una manera bien diferente, fuera y dentro de la pantalla, como luego trataré de justificar.**

Para Roger Salvans hay un implícito torture-porn, culminación tonal, que no clímax, de una desasosegante e inquietante atmósfera general que aporta una coherencia estilística al film" (...)'Gorrión rojo' es un puzzle en el que el sexo es la pieza clave y la traición es el elemento esencial de su entramado narrativo.Tu cuerpo es propiedad del estado, dice el personaje de Charlotte Rampling en un momento del adiestramiento de la protagonista. Explicación a una mirada sobre el sexo (instrumental, hiriente, desencantado, nunca placentero)..." ***

Daniel de Partearroyo insiste en el erotismo del trabajo de Lawrence, y en su conclusión que llena de significado con la evolución de la actriz de 'The Winter's Bone' en los últimos tiempos, incide también en el carácter erótico de su trabajo:  "De sinsajo a gorrión: Jennifer Lawrence es la espía que queremos de nuestro lado. Y esta la película de Viuda Negra que estábamos deseando."  Se podía seguir metiendo el dedo en la llaga, pero preferimos pasar al análisis general del film.****

Gorrión rojo es un thriller de espionaje convencional, clásico, masculinista, que en la fase de confrontación del espectador con el tema que se le plantea, según terminología de Daniel  Tubaut, se  extiende en demasía entrando en un bucle temático al que no se ve el final; nos negamos a pensar que esta ralentización de la narración se deba a  la exhibición constante o a la simple sugerencia de que su única motivación es que Jennifer Lawrence salga desnuda de todas las formas posibles que constan en el contrato (Christopher Hooton, The Independent). Se ha querido comparar  a Egorova con las partners del famoso agente 007, con la espía agresiva de Atómica, e incluso si estiramos mucho de la cuerda con la Lucy de Luc Besson, y se las ha englobado bajo un etiqueta muy recurrente: las Matahari del nuevo milenio. Pero hay una gran diferencia entre unos y otro paradigmas.

La historia se sitúa en la actualidad, aunque la puesta en escena evoca la Guerra Fría entre Rusia y Estados Unidos, que ahora colaboran para poner y deponer presidentes sin objetivos claros, y mantienen cierto pulso que permite a ciertos personajes pedir asilo político en los dos países. Un claro ejemplo es Edward Snowden. La mayor novedad que aporta esta ficción es la introducción del personaje de la 'Gorrión', a la que se prostituye con el objetivo de obtener información y cazar a los posibles topos infiltrados en los servicios secretos. La protagonista no accede a este rol voluntariamente, sino porque, siendo bailarina del Bolshoi , sufrió un accidente en una función que la inhabilitó, lo que le hizo perder todas las prestaciones sociales, incluida la ayuda para su madre incapacitada. Es entonces cuando surge la mujer-mujer, que se ve obligada a aceptar el empleo para sobrevivir y salvar a su progenitora, pero que no consiente que la sodomicen y reta al hombre que ha tratado de humillarla, tras quitarse la ropa, a que la ataque de frente en presencia de jefes y compañeros, lo que enfría su pasión de dominador; la espía por obligación, demuestra ser una fémina con arreos, con una personalidad arrolladora, que se impone a los hombres, dentro y fuera de la pantalla, y los azota de veras, no como el protagonista de las 'Cincuenta sombras de Grey', oscuras, más oscuras o liberadas. ¿Ha convertido un thriller de espías en una película para mujeres? Hay muchas de 'ellas' que han llegado tarde a su liberación, y, paradójicamente, los hombres abandonaban la sala bien contentos.

Jennifer Lawrence se traga a todos los hombres que la rodean, los anula, y convierte a Joel Edgerton en su perro faldero, situando al mismo tiempo la película en ese no man's land de que hablábamos al principio; ya poco importa quien es el topo, si se le atrapa o se le mata después, sólo importa la suerte que correrá el 'gorrión', la mujer a la que se ha obligado a realizar un trabajo sumiso y humillante, y el que lo ha hecho ha sido precisamente su tío, que la deseaba desde que era una niña. Y en esto el film es rupturista y eleva la categoría profesional de la actriz, que triunfa en la ficción y en la realidad, porque ha comprendido que el sexo es sólo eso y que hay algo por lo que los hombres se matan y matan: el poder. Y 'Ella' lo consigue.



*      Mataharis del nuevo milenio. Otro cine de espías es posible. Diario 'El País', 2 de marzo de 2018.
**    Crítica Gorrión rojo: todo y toda por la patria. Diario ABC, 1 de marzo de 2018.
***  Gorrión rojo. Fotogramas.
**** Gorrion rojo. Cinemanía, 4 de enero de 2018.


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