El mundo perdido. Jurassic World







El copyright es de sus respectivos autores y/o de las compañías produtoras y distribuidoras



PARQUE NATURAL:  ¿DEL CAPITALISMO AL ANIMALISMO  Y EL EQUILIBRIO ECOLÓGICO,  O A LA INVERSA?



CRÍTICA:


Las primeras líneas que escribe la cámara dirigida por Spielberg están destinadas a realizar un espectacular preámbulo de su relato, sirviéndose con este objetivo de un  precioso plano-secuencia en el que la cámara avanza por el agua en dirección a  las islas que van a protagonizar su historia, después tuerce hacia la derecha hasta alcanzar una playa, que deja fuera de campo, mientras recorre con parsimonia una lujosa vajilla de cristal con bordes dorados que descansa junto a una cubitera en la que se adivina una mesa bien servida por hombres vestidos de marinos que señala inequívocamente la clase social de los beneficiarios de tantas comodidades; una vez emblematizados estos personajes secundarios, la apertura de una boca que emite un grito se enlaza por medio de un corte directo con un gesto muy parecido de significado bien diferente, éste en el túnel de un metro. Dos secuencias a las que el atrezzo da un sentido diferente y que ubican al protagonista en el lugar social que le corresponde. Más tarde veremos que, no sólo visualmente, sino a través de los diálogos, el sucesor de John Hammond (Richard Attenboroug), creador del parque con fines capitalistas,  coloca en su lugar a Ian Malcolm (Jeff  Goldblum), mientras le advierte de que la chaqueta de cuero que lleva (con la que casi tapa el objetivo) vale mucho más que sus estudios, una expresión muy radical y que sitúa a cada uno de ellos en una orilla del río. El viejo John, postrado en la cama, encarga a Ian y a tres colaboradores más, un estudio de lo que ha sucedido en la pequeña isla ficticia de Sorna, frente a la playa de Costa Rica, donde se ha  originado un nuevo ecosistema poblado por animales prehistóricos clonados cuatro años antes; pronto veremos que quien está ahora al frente del negocio tiene intereses bien distintos. A  esta división de los responsables del proyecto en diferentes clases sociales, en las que el elemento diferenciador es el dinero (como hemos dicho el protagonista viaja en metro), añadimos el ascenso de la familia multirracial a protagonista de una narración que se ubica en un mundo blanco o caucásico, el nuevo término políticamente correcto: la hija de Ian es afroamericana; Spielberg no aclara si es biológica o adoptada. Es su hija y punto .





A partir de esta entrada veremos a los personajes principales moverse entre animales prehistóricos con mucha cautela, ya que, si de momento no son peligrosos es sencillamente porque en la isla en la que se encuentran se ha desarrollado espontáneamente un ecosistema que no ha sufrido agresiones externas de ningún tipo, por lo que no tiene por qué huir de nada. Una situación de calma tensa que durará hasta que la pequeña isla sea invadida por un escuadrón de helicópteros que trasladan jeeps tecnológicamente pertrechados con el instrumental más moderno. Su objetivo no solo es criminal, sino que, como ha ocurrido con la sociedad en las puertas de la revolución tecnológica, ha evolucionado hacia una capitalismo neoliberal muy agresivo, de consecuencias incalculables para hombres y animales, en el que la destrucción aumenta la cuenta de resultados de ciertas empresas.





A medida que avanza la acción y se producen hechos luctuosos el relato va evolucionando hacia una historia muy parecida a la de King Kong, uno de los iconos más importantes de la cultura popular moderna, pero el Tiranosaurio Rex, aunque provocará mucho destrozo en la ciudad, - la colisión de automóviles, el aplastamiento de peatones, apenas visible, y  el vuelco de algún autobús -, incluirá también en su recorrido los suburbios de la clase media, constituidos por casas exentas rodeadas de jardín con una piscina en su centro. Será en este lugar, habitado por gente muy racional, poco dada a imaginaciones calenturientas, donde se producirán los gags más divertidos del film. Spielberg opta por un final menos drástico y más proclive a los animales que el que imaginaron en 1933  Merian C.Coop y Ernest B Schoedsack para el gigntesco simio Buscando la verosimilitud de su historia, Spielberg hace que su 'monstruo' acuda en pos de su cría y no de un amor entre especies diferentes, una barrera que sí saltaron sus predecesores de comienzos del siglo pasado, cuando todavía no se había implantado el Código Hays y los cineastas gozaban de total libertad.





En esta segunda entrega el director de 'Indiana Jones' pone su foco en los hombres, y, frente a la primera entrega, los dinosaurios tienen una presencia más reducida, no exenta de mala leche, como guiados por un sexto sentido que les indica qué deben hacer para librarse de los que interrumpen su vida apacible hasta ese momento. En este sentido es memorable la secuencia en la que tiran la caravana por un precipicio. Si bien George Lucas se encarga de recordarnos en 'La amenaza fantasma' que siempre hay un pez más grande que acaba devorando a los más pequeños,  el propio Spielberg en Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal' (2008), con los millones de hormigas de la marabunta destruyendo a los enemigos de sus héroes, aquí ya había ingeniado unos pequeños animales prehistóricos que actuaban en horda y acaban con quienes se sienten poderosos. Lo podemos tomar como una metáfora o no, según la sensibilidad de cada cual. La primera vez que estas 'bandas' atacan demuestran que su voracidad no tiene ningún límite, ni físico, ni moral, ni ético, aunque parecen guiadas por un espíritu justiciero.






Steven Spielberg demuestra una vez más que domina la escena, que tiene un estilo personal basado en una buena fotografía y un buen montaje y una capacidad de emocionar a su público que ha hecho escuela en los cineastas jóvenes más variopintos; uno de sus mayores admiradores es Alejandro Amenabar. El último en subirse al carro ha sido el español Juan Antonio Bayona, que parece haber sido recibido en Estados Unidos con cierta frialdad, donde la prensa le ha otorgado tan solo un índice de aceptación del 60%, consultadas 111 reseñas, sin datos todavía del público.

Comentarios

Entradas populares