El hijo del mal. Ficha técnica y crítica- cinelodeon





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EL PRÍNCIPE DESTRONADO DEVUELVE EL GOLPE



Ficha técnica:


Título original:Joshua
País: Estados Unidos
Año: 2007
Duración: 105 minutos

Dirección: George Ratliff (Plutonium Circus, 1994; Hell House, 2001; Salvation Boulevard, 2011;The Shuddering, 2016; Welcome Home, 2018)
Guión: George Ratliff, David Gilbert
Casting director: Patricia DiCerto
Director de fotografía: Benoit Debie
Música: Nico Muhly
Edición: Jacob Craycroft
Coordinador de especialistas: Manny Siverio
Director artístico: Katya DeBear
Decorador del set: Amanda Carroll

Diseño de Vestuario: Astrid Brucker
Estilista Jefe de Peluquería: Colleen Callaghan
Responsable de maquillaje: Sharon Ilson Burke

Productor: Johnathan Dorfman
Productores ejecutivos: Temple Fennell, Dan O'Meara
Diseño de producción: Roshelle Berliner
Compañías: Fox Searchlight Pictures presenta Acto Pictures; video:Twentieth Century Fox Home Entertainment


Intérpretes:


Sam Rockwell: Brad Cairn
Vera Farmiga: Abby Cairn
Jacob Kogan: Joshua Cairn
Celia Weston: Hazel Cairn
Dallas Roberts: Ned Davidoff
Michael McKean: Chester Jerkins
Alex Draper: Stewar Slocum
Nancy Giles: Betsy Polsheck
Linda Larkin: Ms.Danforth
Stephanie Roth Heberle: Pediatra






Sinopsis:


En este terrorífico thriller de suspense que "nos tiene en vilo hasta su impactante final", el mal tiene nombre. En apariencia, Brad y Abby Cairn (Sam Rockwell y Vera Farmiga) lo tienen todo: un matrimonio feliz, un espacioso apartamento en Manhattan y un inteligente hijo de nueve años que muy pronto tendrá una hermanita. Pero el resentimiento que el pequeño Joshua siente contra su hermana va a desencadenar una serie de terribles acontecimientos que harán que la desesperanza y el horror más aterrador reinen en el hogar de los Cairn. ¿Se trata de una increíble serie de dramáticas coincidencias o son el resultado de perversos cálculos de un hermano siniestro con un plan perfecto para vengarse?






Lo que se dice:


El film, aclamado en Sundance, recibió el aplauso de la crítica, aunque no el aprobado del público (la página Filmaffinity refleja una media de 4,7 obtenida de la valoración de 1586 usuarios). Duane Birge (The Hollywood Reporter) define el filme como un brillante relato de casas encantadas  con un toque a lo Hitchcock, una apreciación que no puedo compartir en ninguno de sus términos. Para David Broc (Fotogramas) es un thriller sobrio y duro, mas acertado en su vertiente de drama psicológico que en la fantástica y terrorífica, una opinión que comparte Jeanette Catsoulis, según la cual 'El hijo del mal' es un efectivo drama familiar latente bajo una apariencia de thriller demoniaco, que levanta tantas expectativas que finalmente defrauda con un desenlace, si bien no desastroso, si decepcionante.





Crítica:


George Ratliff, realizador, guionista y productor estadounidense de 52 años de edad, sigue siendo un cineasta prácticamente desconocido, a pesar del éxito de crítica del documental Hell House y del drama de que hablamos. Muestra cierta inteligencia en el desarrollo y caracterización de los personajes, un trabajo espléndido que permite al espectador hilvanar sus antecedentes con unos pocos datos bien distribuidos, que si los unimos nos ofrece la idiosincrasia de muchos inquilinos de Manhattan, oriundos de zonas suburbanas más atrasadas económica, social y culturalmente, que han accedido a la 'Gran Manzana' gracias a sus méritos profesionales Un planteamiento que nos sitúa ante un cineasta atento a lo que sucede a su alrededor y a realizar una buena crónica de su mundo.







El punto débil del discurso no reside en el relato lógico y psicológico de los acontecimientos, sino en la puesta en escena y en la creación de una atmósfera adecuada a la inquietud que se pretende generar. Entre el primer cine independiente de Sundance y el mumblecore indie de Greta Gerwig  y Noah Baumbach, opta por una representación prácticamente teatral, en la que los actores se amontonan en estancias reducidas, tomados en planos cercanos, primeros y medios, agobiantes y claustrofóbicos; al fondo y en el centro de las habitaciones, zonas comunes u oficinas, siempre hay una puerta entreabierta por el que entran y salen todos los personajes que interactúan con los principales, -el jefe, la psicóloga, los padres de los protagonistas y el pequeño monstruo que habita entre ellos-. Unas obras que se realizan en el piso superior intentan establecer una conexión de la historia con la que narra Polanski en 'La semilla del diablo'.







El conflicto se establece en el seno de una familia compuesta por un padre de familia, Brad (Sam Rockwell), su esposa, Abby (Vera Farmiga), un hijo de 9 años, Joshua, y una niña recién nacida. De forma dispersa y discreta se van introduciendo los elementos que caracterizan a los personajes, que permiten al espectador reconstruir los antecedentes de todos ellos sin explicitar aspectos que el ciudadano norteamericano conoce y los espectadores de cualquier lugar entienden gracias al cine. Brad, como muchos otros jóvenes estadounidense, ha crecido y se ha educado en zonas suburbanas, habitadas por una clase media baja, que ha construido sus casas con sus propias manos, o al menos ha contribuido con su trabajo a su mantenimiento. Los padres de los 'migrantes' a la gran ciudad profesan una de las múltiples religiones que practican estos pequeños núcleos, cuyas iglesias se anuncian en las entradas de estas zonas rurales, y contemplan con dolor la laicización de sus hijos que han progresado profesionalmente y han contraído matrimonio con hombres y mujeres urbanitas, que,  pueden ser ateos, agnósticos o judios, y practican artes superiores poco relacionadas con los trabajos físicos (música, literatura, pintura...). Llevan a sus hijos a colegios privados donde reciben  una formación pretendidamente intelectual que roza el ridículo y viven en edificios lujosos con un portero uniformado en la puerta, protegida por un toldo que cubre una especie de pasarela elegante.





Este es el mundo de Brad del que quiere sacarlo su madre, una fanática evangelista, aprovechando los aspectos más proustianos del joven, como el amor entrañable a su perro, que lo ata a la tierra. Estos mismos aspectos sentimentales que se manifiestan como los puntos débiles del joven broker serán también utilizados por su hijo, Joshua, que primero se alía con la abuela para hacer daño a su padre y poco a poco irá seleccionando sus objetivos de forma precisa, despreciando la capacidad de asociar y relacionar acontecimientos de los demás. El desenlace de  este relato de psicópatas, asesinos en serie, protagonizados por un niño que no ha podido soportar ser destronado por una nueva inquilina del hogar, que acapara toda la atención de los adultos, demuestra que, por mucho que se enreden las cosas, que se enredan, el criminal no siempre gana. Como hemos visto, el giro final defrauda a quien esperaba un relato de terror demoníaco, donde sólo había un thriller, con buenas interpretaciones y peor concepción del lenguaje cinematográfico, a medio camino entre el cine independiente que triunfó en Sundance,  que impregna la obra de Xavier Dolan, (mucho más afortunado en su expresión) y el indie que triunfa en los últimos tiempos, del que quizá anticipa el score musical, a cargo de Nico Muhly.

Páginas consultadas: Filmaffinity.

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