Valerie y su semana de las maravillas. Jaromil Jireš . Ficha técnica/crítica.







Ficha técnica:


Título original: Valerie a týden divu.
País: Checoeslovaquia.
Año: 1970.
Duración: 77 minutos.

Dirección: Jaromil Jires.
Guión: Jaromil Jires, Ester Krumbachová, Jirí Musil , basado en una novela de Vitezslav Nezval.
Dirección de Foografía: Jan Curik.
Música: Lubos Fisher, Jan Kulusác.

Productor: Jiri Becka.
Compañías productoras: Filmové Studios Barrandov.


Intérpretes:



Jaroslava Schallerová :Valerie,
Helena Anýzová : Babicka/Elsa/Matka/Rusovláska
Petr Kopriva : Orlík,
Jirí Prýmek : Tchor-konstàbl,
Jan Klusák : Gracián,
Libuse Komancová : Sluzka-novicka,
Karel Engel : Koci Ondrej,
Alena Stojáková : Hedvika

Sinopsis:


Al pueblo de Valerie, una muchacha de catorce años que vive con su abuela, llega una compañía de cómicos ambulantes, entre los que se encuentra un hombre capaz de las más diversas metamorfosis.


Crítica:



Cuando en 1960 se estrenó la opera prima del realizador checoslovaco, éste era un perfecto desconocido en medio mundo, lo que explica el escaso interés que despertaron sus películas y su ausencia de las listas más importantes de directores de todo el mundo, con independencia de  que se inclinaran por un cine presidido por una política de género o de autor, por  lo que apenas podemos encontrar en alguna página, como Filmaffinity, la opinión de algún espectador aislado que ha accedido al título mucho más tarde. Jaromil Jireš  es un magno representante  de la 'Nueva Ola'  Checoeslovaca, un movimiento cinematográfico de vanguardia, coetáneo de la Nouvelle Vague Francesa, que se impuso en Checoeslovaquia en la década de los 60 y principios de los 70, un periodo que ha sido considerado la edad de oro de las artes visuales y narrativas de este país. Lo que unía a sus representantes no era un sentido de pertenencia a un grupo o movimiento, sino el deseo de romper con el realismo socialista con el objetivo de abrir nuevas vías a la creación. La Segunda Generación representada por jóvenes licenciados en la Academia de Cine (FAMU), intentó mejorar el modo de representación cinematográfica de su país abogando por la libertad de expresión y el derecho a la innovación, un objetivo incomprensible en el cine del resto de Europa y Norteamérica, pero que en las viejas repúblicas socialistas soviéticas se convertirá en un efectivo motor de cambio.





Valerie y su semana de las maravillas, una película surrealista basada en la novela homónima de Vitezslav Nezval y protagonizada por Jaroslava Schallerová, una actriz de 13 años,  sólo se puede entender en un contexto de desilusión, que contrasta con el alborozo y la alegría de las masas en 1949, tras la derrota de Hitler y la implantación del comunismo, presente en las películas de  Jireš, que en el film son sustituidas por procesiones de religiosos pedófilos  y libidinosos y cabalgatas de cómicos, que participan de una corrupción que ahoga a la población y amenaza el despertar del deseo inocente de las niñas pre-adolescentes, convertidas en objeto de  las apetencias de los desaprensivos y carnaza para la superstición en la que había caído la población en su conjunto. La abundancia de imágenes eróticas muy escabrosas y de secuencias homoeróticas tenía como objetivo abrir paso a una sociedad más libre y acabar con la intolerancia oficial que censuraba cualquier discurso que escapara de sus argumentarios, una situación que se entiende muy bien en países que han sufrido una tiranía. Tras la 'Primavera de Praga' (Mayo de 1968) los cineastas que se enfrentaron al estatus político, como Jaromil Jires, fueron apartados de su oficio y películas como Valerie y su semana de las maravillas censuradas y retiradas de la circulación.





Jaromil Jireš opta por un discurso poético, con frecuencia surrealista, para retratar a Valerie, una niña que vive en un mundo variopinto y multicolor, en el que empieza su proceso de maduración sexual y comienza a sentir la llamada del deseo; su actitud desinhibida la convertirá en un cebo para hombres y mujeres corruptos, auténticos vampiros que olfatean la sangre joven y que no tendrán compasión con las más pequeñas que les nieguen sus favores. Mas Valerie, un personaje en el que muchos han visto reflejada a Alicia, posee unos pendientes mágicos que la ayudan a salir airosa de las trampas que sus 'enemigos', entre los que se encuentran su propia abuela y su madre, le van tendiendo. Una niña menos inocente de lo que su edad permite deducir estaba sentando las bases del personaje sórdido que llevó a la pantalla Louis Malle en 'La pequeña', interpretada por una jovencísima Brooke Shields  en el papel de Violet, un personaje mucho más sórdido que Valerie, cuya coquetería es innata a la par que inocente. Checoeslovaquia pasaba por una situación muy diferente a la de Francia, y los integrantes de la Nouvelle Vague Francesa estaban llevando a cabo una revolución que no circulaba paralela a la de la antigua república socialista soviética, aunque ambas luchaban por librarse de sus opresores.

Un alegato poético y muy bello, plagado de símbolos muy oscuros y con frecuencia difíciles de interpretar, que  podéis ver en Youtube.

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