Howard, un nuevo héroe. Crítica






ciencia-ficción



Los miembros de los equipos técnicos cinematográficos pasan a primera línea y se ponen detrás de la cámara.


Ficha técnica, sinopsis, lo que se dijo (Pinchad aquí)



Crítica:



Hoy traemos a colación una curiosidad, una película dirigida por Willard Huyck con un guión realizado en comandita con su esposa Gloria Katz, ambos colaboradores y asociados de George Lucas, con el que se integraron en la compañía creada por Coppola, la Francis Ford Coppola's American Zoetrope, participando en guiones tan importantes para la historia del cine como American Graffitti, Indiana Jones  Temple of Doom, y dirigiendo cuatro películas, a cuyo frente se coloca Huyck, apoyado también en su esposa, miembro de la misma  asociación controlada por los Wonder Boys, los 'chicos de la barba', entre las que se encuentra 'Howard the Duck', un film que sirve para contradecir una opinión bastante generalizada entre amplios sectores de la crítica y del público  que rechazan todo aquello que etiquetan como `productos 'blockbuster', muchos de los cuales se han acabado convirtiendo en películas de culto que innovaron en su momento el séptimo arte, con diversos argumentos: que no se puede celebrar nada, ni originar magia y entretenimiento en momentos tan duros para la población mundial, especialmente cuando estas películas están sometidas a la censura de las grandes compañías, olvidando algo que saben los creadores: la criba se produce desde que cualquier artista se expresa e intenta llegar al público, modesto-por-supuesto, viendo cómo propuestas mediocres llegan a los circuitos de distribución, algo muy antiguo, del que se convierte en emblema uno de los pintores más cotizados del siglo XX: Vincent Van Gogh. Cada género tiene sus  condicionamientos y los impone. Frente a esta circunstancia se dan otras que tampoco carecen de interés: cuando nos ponemos delante de la pantalla de cine, en la que se va a desarrollar una ficción con el objetivo de asistir a la proyección de un film clasificado como alternativo, de los márgenes según historiadores del arte como Luís E.Parés, también se le niega cualquier lamento que pueda ser interpretado como ideológico.


Durante mucho tiempo algunos osaron hacer recaer el mérito del éxito de George Lucas en alguna de sus potentes realizaciones en sus guionistas y muy especialmente Willard Huyck y Gloria Katz y nos encontramos con un film que sorprende por lo bizarro de sus patos protagonistas, -llamar a esto mediocre diseño sería devaluar la realidad, (es mucho peor), dicho con toda la ironía del mundo -, unos gansos humanizados que, ubicados en un planeta lejano han reproducido un estatus económico y social paralelo al que han construido los terrícolas, ya que no sólo decoran las estancias de sus casas con sofás, mesas, sillas, televisores, sino incluso con publicaciones como Rolling Stone que aquí adopta el nombre de Rolling Egg, con una salvedad: odian los huevos. Cuando llegan a nuestro planeta su única dificultad reside en su promiscuidad sexual con unas chicas (no patas) unas integrantes de un grupo de rock, punks femeninas que actuaba protegidas por una verja. El film no fue barato, sino financiado con 33 millones de dólares, y sin embargo parece como si tan ilustres guionistas, que colaboraron con Lucas en películas importantes hubieran perdido toda la inspiración y no hubieran sido capaces de impedir una devaluación semejante de la calidad de sus 'muñecos' y su integración en un film que despertara, aunque fuera pequeño, cierto interés.


Si quieres saber hasta qué punto es capaz un crítico (críticos fueron los cineastas de la Nouvelle Vague, que llenaron páginas importantísimas de la historia del cine y pusieron en valor los géneros norteamericanos y a cineastas como Alfred Hitchcock y John Ford) de hacer algo importante. Daniel Monzon fue crítico de Fotogramas y se lanzó a hacer películas como Celda 211, El niño y ahora Yucatán, cuyo principal problema es que se inscriben en géneros  en los que se han realizado obras mucho más importantes con las que él no puede competir, fiándolo todo a las cejas pobladas de Luís Tosar, que en su última película dan la impresión de 'haber sido engrosadas' para compensar una calvicie, que todos podemos padecer, hombres y mujeres, en la que destacan lo que es difícil saber si son extensiones o injertos. El trabajo de diseño de peluquería no ha sido el mejor. Decían los antiguos que 'una cosa es predicar y otra dar trigo'. A los hechos me remito.


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