Oblivion. Joseph Kosinski. Comentario.










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Ficha técnica:

Título original: Oblivion
País: Estados Unidos
Año: 2013
Duración: 125 minutos

Dirección: Joseph Kosinski (Tron: Legacy)
Guión: Karl Gajdusek y Michael de Bruyn, basado en una historia original de Joseph Kosinski y William Monahan, inspirada en los cómics de Arvid Nelson
Casting: Marcia Ross, C.S.A.
Dirección de Fotografía: Claudio Miranda, a.s.c.
Música. Score: Anthony González y Joseph Trapanese; música original: M83 Edición: Richard Francis-Bruce, A.C.E.
Supervisor efectos visuales: Eric Barba Bjorn Mayer
Edición:Richard Francis-Bruce a.c.e.
Coordinador de especialistas: Robert Alonzo
Supervisor efectos visuales: Eric Barba,Bjørn Mayer.
Director artístico: Mark W.Mansbridge
Decorador del set: Ronald R.Reiss

Diseño de Vestuario: Marlene Stewart
Diseño y supervisión de maquillaje: Michele Burke
Peluquería: Michael White

Producción: Peter Chernin, Dylan Clark, Barry Levine, Duncan Henderson y Joseph Kosinski. Productores ejecutivos: Dave Morrison, Jesse Berger y Justin Springer
Co-Productores: Steve Gaub, R.J.Mino, Bruce Franklin, Mike Larocca
Productor asociado: Emily Cheung Diseño de producción: Darren Gilford
Diseño de producción: Darren Gilford
Compañías. Universal Pictures, asociada con Relativity Media Radical Pictures; distribución: Universal Pictures. Monolith Pictures y Chernin Entertainment asociadas con Radical Studios.

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Intérpretes:

Tom Cruise: Jack Harper,
Nikolai Koster:Waldau,
Morgan Freeman : Malcolm Beech,
Olga Kurylenko : Julia Rusakova,
Zoë Bell : Kara,
Melissa Leo: Sally,
Andrea Riseborough: Victoria
Nicolaj Coster-Waldau: Sykes Lindsay Clift: Jaylen Moore Operador de radio,


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Sinopsis:


En el año 2015 la nave Odyssey viaja a Marte para instalarse en la primera estación base. En pleno viaje, un gran cubo blanco interrumpe de repente su ruta, y toda la tripulación de la nave desaparece sin dejar rastro. Treinta años más tarde, la Tierra se ha convertido en un lugar dantesco formado por ciudades en ruinas rodeadas por inmensas dunas negras y extrañas formaciones geológicas. El misterioso cubo blanco, obra de una raza alienígena ya extinguida, tenía como misión encontrar mundos potencialmente habitables y crear en ellos ambientes adecuados para esa raza . En 2077, transcurrido ya ocho años desde el borrado de la memoria obligatorio de los terrícolas, que es lo que significa el título del film, (olvido del verbo latino obliviscor: olvidar). Jack seguía manteniendo sus sueños, sin perder la esperanza de recuperar la Tierra. Ya había transcurrido más de medio siglo desde que los scavengers, los carroñeros, destruyeran la Luna, sin la que nuestro planeta se sumergió en el caos, los terremotos destruyeron las ciudades, los sutnamis arrasaron lo que quedaba en pie, y por fin se produjo la invasión y los humanos hicieron lo que tenían que hacer y usaron armas nucleares que les hicieron ganar la guerra pero a cambio perdieron la Tierra, que quedó contaminada e inhabitable en su mayor parte. Lo que restó de la humanidad tuvo que abandonar nuestro planeta y construimos una estación espacial antes de habitar Titán, la Luna más grande de Saturno. En el momento actual todos están allí excepto Jack y Victoria, oficial de comunicaciones, con la misión de controlar las plataformas que producen energía de fusión para la nueva Tierras, que siguen sufriendo ataques 'alienígenas' (Reflexiones de Jack en la secuencia preliminar que introduce al espectador en la historia).

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Comentario:


Muchos escritores y grandes lectores se han lamentado de no poder leer todo lo que se había escrito antes de morir. Lo mismo está comenzando  a ocurrir con un arte tan joven como el cine, que tiene algo más de cien años ( En 1895 se filmó la primera película de la historia por los Hermanos Lumière : "La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir "(Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir) , y no son pocos los sexagenarios que en su infancia tan sólo pudieron disfrutar de un cinematógrafo todavía silente, y hasta 1990, año de su restauración, no se pudo ver 'Vértigo', la obra cumbre de Alfred Hitchcock, en formato panorámico, tal como fue concebida por su  autor, por la ausencia de una tecnología adecuada. Pero muchas de estas películas están ya descatalogadas o no se pueden adquirir en cualquiera de las fuentes existentes (filmotecas, tiendas especializadas, de segunda mano  o incluso YouTube, que en ocasiones incorpora películas enteras de forma gratuita). A todo ello se une la complejidad de muchas obras que imponen diversas lecturas, que se suman a las que cada espectador realiza de acuerdo con una percepción basada en su propia experiencia o estado de ánimo.

Estos días de canícula hemos adquirido una serie de CDs y blu-rays aprovechando las ofertas de las tiendas especializadas vacías de clientes, para encerrarnos en casa en la hora de calor asfixiante y disfrutar de una buena película, que con demasiada frecuencia nos mueve mucho más a la reflexión que  unos periódicos cada vez más manipulados, que quieren orientarnos en una única dirección; la película la elegimos nosotros. En esta ocasión le toca el turno a Joseph Kosinski y su cinta 'Oblivion', que en la versión comentada del film nos advierte de  que el lenguaje audiovisual de la ciencia-ficción (uno de nuestros favoritos) va avanzando y enriqueciéndose con cada película, especialmente desde que George Lucas construyó sus sólidos cimientos con su célebre franquicia, uno de los mayores legados de la cultura moderna al patrimonio material de los Estados Unidos, que supieron recoger la antorcha de una nueva manifestación cultural nacida en la vieja Europa que se dejó arrebatar el mérito por una nación joven y sin prejuicios.

Continúa Kosinski definiendo el nuevo cine de ficción, distópico, que ahora se define por la presencia de unos pocos personajes, una avanzada tecnología impostada en un mundo postapocalíptico destruido por una especie, el hombre, que, a causa de sus excesos se había debilitado y debía ser sustituida por otra, ya fuera terrícola, como los simios, o alienígena. La pelícu la de Kosinski evoca en el discurso formal, audiovisual e intelectual, la cinta de Duncan Jones 'Moon', pero como ya advirtiera Julio Carlo Argan  en relación a Théodore Géricault (La balsa de la Medusa, 1819.1819) y su coetáneo Delacroix (La Libertad guía al pueblo, 1830), el estadounidense no ha copiado al británico, hijo de David Bowie, sino que le ha dado la vuelta y ha abierto una puerta a la esperanza, a la reversibilidad de la catástrofe. Los clones del inglés sangran, enferman y mueren como lo hacen todos los hombres y no tienen otra salida que cumplir el destino inexorable que una sociedad avariciosa y egoísta ha marcado para ellos; los de Kosinski son héroes, como los replicantes de Ridley Scott, y se sacrifican por salvar a la humanidad, porque al fin y a la postre el Deus ex Machina, ese gran ojo que todo lo controla desde su pirámide invertida, ha tenido un gran fallo: no ha podido evitar que se produjeran ejemplares defectuosos, humanos, con memoria, generosos y capaces de enamorarse y sentir el frío del desamor. Tienen un tiempo marcado y sólo el rescate de la caja negra de una operación les permitirá conocer su propia naturaleza y la de su misión y rebelarse. A medida que Jack Harper entiende su lugar en el mundo su uniforme inmaculado pierde brillantez y se torna gris, mientras su cuerpo se llena de las heridas y cicatrices que deja la humanidad, acercándose en este punto a Duncan Jones y a la dialéctica que se establece entre  la situación interna y externa de unos personajes que habían sido concebidos para que funcionaran a la perfección, como las máquinas. Sally, desde el TET (el cubo donde se halla el control y se almacenan los drones) pregunta constantemente a la pareja si sigue siendo eficaz, lo que exige estar unidos en la sumisión y no hacerse preguntas; pero Jack comienza a tener recuerdos,no a soñar.

El problema de estas películas es que el público tiene que asumir mucha información desde los primeros minutos de película, lo que le exige mucha atención para captar una estética sutil, cargada de información, de imágenes clásicas,  minimalistas, que evitan cualquier intento de barroquismo y van acompañadas de pocos diálogos y de algunos conceptos extraños para el espectador, como TET, Técnico 49 o 53, drones, -vehículos aéreos no tripulados, teknautas..., que se están utilizando con fines civiles, algunos de los cuales han alarmado a sectores de la población más informada, y  han obligado al gobierno español a legislar sobre su uso, especialmente para los que pesan más de 150 kilos), antes de iniciar sus vacaciones. La razón permanece en la oscuridad.

Ahora viene lo más difícil: decodificar el lenguaje audiovisual desde esos primeros minutos de que habla Kosinski, cargados de información y de significado. 'Oblivion' es, ante todo,una historia de amor en un mundo 'adanista' (que parte de cero y a cuyos habitantes se les somete a un borrado de memoria, el colmo de la felicidad para el que siente alergia por la'ilustración') que ha sobrevivido a una catástrofe nuclear, que ha acabado con la civilización, tal como la conocemos,  y de la que quedan 'cerros testigos' que, como en el Monumental Valley, son emblemas de la cultura americana: Cumbre del Empire State Bilding, cimas del Golden Gate Bridge de San Francisco, edificios de la costa de Beaton Rouge, capital de Louisiana..., símbolos de la cultura occidental de signo liberal y capitalista. Vika y Jack forman la pareja perfecta de un mundo ordenado, en el que el cultivo de la inteligencia, como  en 451 Farenheit de François Truffaut es clandestino. Pero algo les separa y kosinski lo expresa siguiendo la receta de Hitchcock para confeccionar un 'cine puro', sin necesidad de describir con palabras lo que se nos muestra con imágenes: la mujer lleva un traje ceñido y elevados tacones y realiza un trabajo de 'oficina', recluida en casa en contacto directo con TET (el control de plataformas y drones); Frank es un técnico, un trabajador manual, que debía haberse conformado con ello, pero, desgraciadamente para él, tiene recuerdos del pasado, le gusta leer, lleva una gorra de los 'Yankees' y unas gafas Ray-ban, que conserva junto con sus otros tesoros; es muy significativa la escena en la que le enseña una planta a su compañera, que ha encontrado en una de sus misiones de control, como ocurre con el chatarrero  Wall-E ( Andrew Stanton), un viejo robot oxidado,  que se emociona oyendo La vie en rose. Entre estos objetos de un valor inapreciable para él guarda en una cabaña, que evoca la nostálgica casa de Tarkovsky, en un espacio paradisíaco, un oasis en medio del desierto, un libro: Leyes de la Antigüa Roma de Macauly, hijo de un abolicionista, en el que Horacio Cocles se hace una pregunta "¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles presagios por las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?". TET, consciente de la gravedad del ataque de Harper, se presenta como su dios, pero él ya tiene sus propias divinidades que no son precisamente religiosas, en el sentido tradicional del término. La mujer que ama, la esposa en el pasado del Jack replicado, se llama Julia, como la hija de Julio César. 'Te amo desde que tengo memoria' le dice a la mujer, protagonizando uno de los momentos más deliberadamente oscuros de la historia, que ha dado pie, incluso, a explicaciones esotéricas y pro-existencia de extraterrestres, basadas en el pasado relevante de Tom Cruise en la 'Iglesia de la Cienciología'.

Desde que aparece Julia en el horizonte, Vika sabe que no puede competir con ella, que Jack ha vuelto a su humanidad y ha rechazado el mundo minimalista de 'IKEA' por el de su pasado de hombre al que le interesa toda la arquitectura intelectual que han levantado sus antepasados; ahora los hombres derrotados, los librepensadores progresistas, recluidos por los 'adanistas' en las cavernas, de las que penden lámparas de araña inmensas, conservan miles de volúmenes y  son llamados 'carroñeros', cualidad que define a todos los hombres que construyen, leen y guardan, y que están preparando una revolución global, para la que necesitan la deserción de un 'robot', conocedor de la tecnología represiva de los drones programados para matar, que han  implantado los nuevos jerarcas de la Tierra. Cuando Mangold ve a  Jack leyendo un libro sabe que es su hombre, al que, para unirlo a su causa debe abrirle los ojos y demostrarle de forma fehaciente que es un instrumento de un poder inmisericorde. "Tú estabas en alguna parte.", le dice, "Sólo había que hallar el modo de que volvieras a tu humanidad: ¡Bienvenido comandante! (lo era de la nave Odissey).


De nuevo el cine nos recuerda el origen criminal de las naciones, como lo hizo  antes la historia y la literatura ( recordemos otra vez los principios de la Roma Antigüa, cuyos cimientos se constituyeron sobre la muerte de Remo a manos de su hermano Rómulo, como hacíamos en el comentario de 'El amanecer del planeta de los simios'). La crítica ha preferido hacer un estudio formal, evitando el análisis del contenido. Nadie es perfecto, y recordamos lo que se dijo de Duncan Jones cuando hizo Moon: "Es menos listo de lo que se cree". El oficio de los críticos, que exige una formación seria y profunda que no vamos a minusvalorar, tiene, en ocasiones un problema: se sobrevalora a sí mismo y no siempre acierta . Claro que una cosa es predicar y otra dar trigo.



Comentarios

  1. Para mí sí. El lenguaje de ciencia-ficción, muy libre expresivamente, permite a cualquiera escudarse en el argumento de que tan solo se trata de una película,y no se atreve a profundizar más y acusar de demagogo a un cineasta (sería la hostia; cada uno dice lo que le dala gana) pero si te fijas bien, desde distintas perspectivas nos están obligando a desprendernos de la memoria histórica, a funcionar como si partiéramos de cero y fuéramos todos clones de Adán, sin recuerdos a los que asociar ningún tipo de mérito. ¿Qué eran Aristóteles, Marx o Miguel Ángel? ¿Unos privilegiados? Los norteamericanos que siempre llevan el paso adelantado nos están contando distopías históricas en las que se procede a borrar la memoria de los hombres. Eso significa Oblivion (del verbo deponente latino obliviscor, que significa olvidar). Granito a granito, ventana a ventana, el cine va construyendo su discurso, como aseveraba Godard. Y la crítica no es inocente, como no lo son las televisiones.. Muy interesante el papel que juegan los drones, que ya no sólo espían, ahora atacan. Y son unos hijos. de puta.Un abrazo.

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