El gran salto. Joel Coen.






Ficha técnica:

Título original: The Hudsucker Proxy.
País: Estados Unidos.
Año: 1994.
Duración: 111 minutos.
Dirección: Joel  Coen.
Dirección de Fotografía: Roger Deakins, B.S.C.
Diseño de producción: Dennis Gassner.
Guión: Ethan Coen, Joel Coen y  Sam Raimi.
Casting: Donna Isaacson. C.S.A. y John Lyons, C.S.A.
Música: Carter Burwell.
Efectos especiales: Micheal J.McAlister.
Efectos mecánicos: Peter M.Chesney.
Edición: Thom Noble.
Dirección artística: Leslie McDonald.
Decorador del set: Nancy Haigh.
Producción: Ethan Coen.
Co-Productor: Graham Place.
Productores ejecutivos: Eric Fellner y Tim Bevan.
Vestuario: Richard Hornung.
Maquillaje: Lidia Milars.
Universal, Warner Bros, asociada con Plygram Filmed Entertainment, Silver Pictures Production, asociado con Working title Films. Macrovision Quality Production.

Intérpretes:

Tim Robins : Norville Banes,
Jennifer Jason Leigh: Amy Archer,
Charles  Durning: Waring Hudsucker,
Paul Newman: Sidney J. Mussburger,
Jim True: Buzz,
John Mahoney: Chief,
Bill Cobbs: Moses,
Bruce Campbell: Smity.

Sinopsis:

Cuando Waring Hudsucker. presidente de la exitosa gran empresa Industrias Hudsucker, se suicida, su junta directiva encabezada por  Sidney Mussberger  (Paul Newman)  idean un brillante plan para conseguir un montón de dinero: poner a un tonto  al frente de la compañía. Cuando el stock esté lo suficientemente bajo Sidney y sus colegas podrán comprarlo barato, hacerse con la compañía y restaurar sus fortunas. Para llevar a cabo su plan eligen al idealista Norville Barnes (Tim Robins), que  acaba de comenzar en el departamento de Correos. Norville es lo suficientemente inocente y torpe para llevar a  cualquier empresa a la ruina, pero pronto la reportera Amy Archer (Jennifer Jason Leigh) huele algo raro y comienza una investigación encubierta de Industrias Hudsucker.

Comentario.

El gran salto  (The Hudsucker Proxy) es un film visualmente notable que evoca la estética de Tim Burton, desprendida de sus rasgos góticos y siniestros. Su imagen limpia y  minimalista, distorsionada, con picados y contrapicados constantes para amedrentar  e imponer, ojos de pez  u objetivos de gran angular  para deformar la imagen creando el efecto de mirilla, sonido del theremin, crean una diégesis navideña, un tanto borde  (fin de año de 1958), en la que todo es posible: que un ángel baje del cielo y evite el suicidio del protagonista, un claro cameo a Qué bello es vivir de Frank Capra, o que en  la ciudad nevada, pulule  gente sin esperanzas, sin  recursos  ni tiempo, almas en pena,  ratas arribistas, que consumen a las personas que machacan a la gente de tal manera que ya no quieren celebrar nada. Un gran reloj preside el rascacielos y evoca al gran  Harold Lloyd.

El famoso adagio  Espartacus, de Aram Khachaturian, es el leitmotif de un joven que llega a la Gran Manzana, lleno de ilusiones de alcanzar el sueño americano y aprovechar las oportunidades que ofrece la gran metrópolis, llevando en su maleta de la Universidad provinciana de Muncie su título de Licenciado en Empresariales y el proyecto del hula-hoop, un aro para los niños cuyo éxito  cruzó el Atlántico y se expandió mucho más lejos de lo que podía imaginar. Pronto descubrirá su condición de esclavo de los tiburones de Wall Street,  cuyas maquinaciones bursátiles y sus primas de riesgo están alcanzando, desgraciadamente, gran popularidad entre las gentes sencillas de todo el mundo. El lema de la empresa es de gran agresividad. "El futuro es ahora". El gran reloj de Harold  Lloyd, tantas veces evocado por el cine, será detenido por el buen Moses, un  ángel negro, que quiere que  Nrville tenga su segunda oportunidad.

Los hermanos Coen eligen un tono amable, bienintencionado, de comedia screwball, para mostrarnos la avaricia de un montón de viejos sentados a lo largo de una gran mesa de un Consejo de Dirección maquinando para alterar el precio de las acciones de su empresa, inmisericordes con los jóvenes con talento que aspiran a progresar y que con la ayuda de la prensa aparecen como unos imbéciles. La cara opuesta al  sueño americano  es la de un viejo que trabaja cuarenta y ocho años en el servicio de Correos, distribuyendo cartas en los casilleros  con el virtuosismo que da un gesto repetido a lo largo de tanto tiempo, y cuya aspiración más ambiciosa es que le asciendan a la sección de  paquetería. Como decía Groucho Marx, partiendo de la nada había alcanzado las más altas cotas de miseria",

Portar una carta azul, misiva que se envían los jefes entre sí, conlleva el trabajo de más lata responsabilidad de los que desarrollan los que están por debajo de la planta 44. Para el protagonista será decisivo. Tim Robins, Paul Newman y Jennifer Jason Leigh son los actores que llevan sobre sus espaldas el peso de esta comedia que satiriza el mundo de las finanzas con un lenguaje audiovisual  con rasgos del cuento, el cómic y la comedia loca. Carlos Boyero dice que no es buena, pero tampoco mala; a mí no me disgusta el resultado del trabajo de los Hermanos Coen, en el que colaboran actores de la talla de Tim Robins. Es una forma más de describir la avaricia sin huir de un final feliz, cuestión que atormenta a directores como  Joe Wright; la esperanza no está contra la realidad, sino contra el conformismo que no encuentra la forma de cambiar las cosas.

Escrito por Cmrl.


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