Mad Max. Mas allá de la cúpula del trueno. Comentario.







Cartel , ficha técnica, sinopsis, trailer (Pinchad aquí).


Crítica:



Vivimos tiempos convulsos en los que comienzan a prevalecer los sentimientos sobre la razón, y en los que profesionales de todos los medios de comunicación, -periodistas, cineastas, escritores...-, comienzan a sentir la desazón que provoca el temor de la pérdida del modus vivendi y la posible caída en la pobreza, lo que los empuja en brazos del populismo, amado por quienes saben manejar y manipular a las masas, o iniciando una deriva hacia el exabrupto y la exageración. En este contexto los periódicos están sacando a la luz (ya llevan años, desde que comenzó esta crisis que dura casi dos lustros) distopías fabricadas en la década de los 80, que optaban por el extrañamiento, el alejamiento de una realidad que no les satisfacía e interponían entre los creadores y el mundo que les había tocado vivir una serie de metáforas que obligaban al hombre a reflexionar, a buscar una interpretación a lo que estaba sucediendo en la pantalla y había que ser muy bruto para sólo ver unas pandillas de moteros y coches tuneados, vestidos de cuero, con anillos en la nariz y crestas de colores, persiguiendo a pobladores pacíficos pero obligados a pelear por un desierto inhóspito, que indudablemente tenían referentes cinematográficos.

En esta tercer entrega de la saga  los que huían de los chatarreros y carroñeros, los salvajes de las carreteras, habían formado su nueva patria,  Negociudad, una núcleo de población populoso abigarrado, herrumbroso, con vehículos que levantaban nubes de polvo cuando se desplazaban por tierras desérticas y yermas, con una estética propia del arte povera, de los residuos, agobiante, con color y olor a óxido. Los nuevos 'ciudadanos'  se han dado unas reglas, una especie de carta magna, según la cual, en caso de enfrentamiento entre facciones , lucharán tan sólo dos hombres en el interior de una enorme jaula a la que llaman la  Cúpula del Trueno, de la que sólo uno saldrá vivo. Mad Max sobrevivirá al envite e iniciará de nuevo su marcha solitaria, como un héroe de western australiano, hasta dar con un poblado habitado sólo por niños y adolescentes que han encontrado 'testigos' de la antigua civilización malgastada y perdida, (rascacielos, aviones, cine...) que sueñan con recuperar algún día. Cuando por fin lleguen a una de estas ciudades, saldrán a su encuentro ruinas como las que tantas veces  nos ha ofrecido y nos ofrece el cine de ficción o de animación , (El planeta de los simios de   Franklin J. Schaffne y los remakes que vinieron después, las películas catastrofistas de Roland Emmerich, el cine de Christopher Nolan u Oblivion de Joseph Kosinski). Pero el relato ha de ser, como dice la líder a sus jóvenes seguidores, colectivo, realizado por todos ellos, y no un discurso propiedad de unos pocos., recordándoles la importancia de su historia, conocer quiénes eran y de donde venían, y al encender, en la ciudad abandonada, las luces de la memoria, muchos conocerán el camino para volver a casa.

Aunque resulte curioso el discurso, y se enaltezca, también en Australia, la importancia del héroe individual, emblematizado por Mad Max, una característica de la idiosincrasia anglosajona, que los demás hemos tenido que aprender, parece que la sociedad comienza a valorar el daño que se ha hecho a las generaciones venideras a las que se ha robado el futuro, el que buscan  estos jóvenes desamparados, a los que Miller ha representado solos, aislados, sin la protección de los adultos, para trasladar con claridad la idea de que no sólo se han quedado sin porvenir, sino con lo que ahora se da en llamar 'deuda gris', es decir la necesidad de tener que trabajar para construir de nuevo todas las infraestruturas que hagan posible comenzar a crear un mundo parecido al que la avaricia ha destruido por completo. Algo de lo que parece que el hombre sólo empieza a ser consciente cuando se encuentra en la situación  que representan George Miller y Terry Hayes en esta saga, que acaba de escribir su último y más brillante de los capítulo : Mad Max, furia en la carretera, dirigida de nuevo por George Miller (2015).

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